La derecha y la ultraderecha vencen las municipales de Brasil con São Paulo como la joya de la corona
La izquierda solo conquista 2 de las 26 capitales, incluida una para el PT, tras la segunda vuelta de los comicios locales
Ricardo Nunes, de 56 años, el candidato apadrinado sin entusiasmo por Jair Bolsonaro ha sido reelegido este domingo como alcalde de São Paulo (12 millones de habitantes) frente al aspirante respaldado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, Guilherme Boulos, de 42. El político conservador ha logrado una holgada victoria (59% de los votos) exenta de sorpresas y con 20 puntos de diferencia frente a Boulos (40%).
La de la ciudad más rica de Brasil —y la más poblada del hemisferio sur— era la principal batalla en la segunda vuelta de las elecciones municipales, celebrada este domingo. Los comicios, en el ecuador del mandato presidencial de Lula, han supuesto un fuerte varapalo para el Partido de los Trabajadores (PT). Muestran un Brasil que mantiene la apuesta firme por la derecha clásica y bolsonarista mientras castiga a las formaciones de izquierda. Los progresistas gobernarán 2 de las 26 capitales estatales, incluida una para el PT de Lula, frente a las cinco en manos de la extrema derecha y las nueve de la derecha.
Nunes, un gris tecnócrata de derechas, heredó la alcaldía de su predecesor, que murió de cáncer. Logrado el beneplácito de las urnas, tiene ahora cuatro años al frente de la metrópoli y motor económico de Brasil. El expresidente Jair Bolsonaro le ha apoyado, pero con muchas reticencias y tras coquetear con el candidato outsider que quedó fuera en primera vuelta, el gurú de la autoayuda Pablo Marçal.
Quien se ha implicado a fondo en la campaña para que Nunes ganara la alcaldía paulistana ha sido el pupilo más aventajado de Bolsonaro y posible sucesor, Tarcisio de Freitas, gobernador de São Paulo. El alcalde Nunes se lo ha agradecido tras la victoria. “Agradezco al líder más grande, sin el cual esta victoria no sería posible. El amigo que me dio una mano en el momento más difícil, el gobernador Tarcísio de Freitas”, ha declarado Nunes junto al aludido.
En plena jornada de votación, el gobernador ha asestado un golpe bajo de juego sucio a Boulos, el candidato del PT. De Freitas ha sugerido, sin pruebas ni nombres propios, que el mayor grupo criminal de Brasil, el Primer Comando de la Capital (PCC), una hermandad de delincuentes, ha pedido el voto para el izquierdista en las cárceles. En cualquier caso, la victoria de la derecha en São Paulo fortalece al gobernador, que se deja querer, es más pragmático que su padrino político y no tiene prisa por ser candidato presidencial. Bolsonaro está inhabilitado hasta 2030 por cuestionar la seguridad de las urnas electrónicas.
Unos 30 millones de electores estaban convocados a votar este domingo en medio centenar de municipios, incluidas 15 capitales, donde la disputa no quedó resuelta en la primera vuelta, hace tres semanas.
Una de las pocas alegrías que el recuento le ha debido dar al presidente Lula es que, en la mayoría de las disputas dentro de la derecha, los partidos clásicos —más centristas o menos ideologizados— han vencido a la derecha dura de su predecesor.
“Las mismas municipales que han resaltado las fragilidades del PT, de la izquierda y del Gobierno de Lula también han mostrado que el expresidente Bolsonaro ha perdido el control del antipetismo [el odio al PT]”, ha escrito el analista Thomas Traumann en la revista Veja.
Las municipales han quedado resueltas en una votación celebrada prácticamente en el segundo aniversario del reñidísimo triunfo que Lula logró en 2022 al frente de una amplia coalición que abarcaba desde la derecha clásica hasta la extrema izquierda. Además, el presidente izquierdista tiene enfrente un Congreso dominado por la derecha que le frena muchas iniciativas y que, cuando se aviene a negociar, cobra carísimo cualquier apoyo parlamentario.
El presidente Lula no participó en persona en la recta final de la campaña de Boulos. Y tampoco ha votado porque eso requería viajar desde Brasilia hasta São Bernardo do Campo (São Paulo). Aunque ha vuelto al trabajo, aún está convaleciente del fuerte golpe que se dio en la nuca hace ocho días, que requirió cinco puntos de sutura y le impidió viajar a la cumbre de los BRICS+. El presidente ha cumplido este domingo 79 años.
Pese al regreso de Lula al poder, el PT vive tiempos muy complicados. Llegó a ser la máquina electoral más potente de América Latina a principios de siglo, aunque su poder territorial nunca fue mayoritario. Esta es la primera vez desde 2016 que gana una capital estatal. En la última década, su poder municipal no ha dejado de mermar. En estos comicios había renunciado a presentar a sus propios candidatos en São Paulo y muchas otras ciudades. Tuvo que contentarse con respaldar los de otros partidos en contrapartida por el apoyo que estos le dieron en las presidenciales.
Solo uno de los cuatro candidatos que el PT logró meter en las capitales estatales en esta segunda vuelta ha ganado y lo ha hecho por la mínima, algo que se está convirtiendo rutinario en Brasil y el resto del planeta. El candidato petista, Evandro Leitão, será alcalde de Fortaleza (Ceará) tras sacarle 0,7 puntos (menos de 11.000 votos) al aspirante del Partido de la Libertad, la sigla que acoge al expresidente Jair Bolsonaro.
La victoria de Nunes coloca el foco en su compañero de candidatura, un antiguo policía militar retirado al que Bolsonaro escogió para ese cometido. El coronel Ricardo Mello Araújo, que estuvo al frente de la ROTA, la unidad de intervención de la Policía Militar de São Paulo, ha sido investigado al menos en ocho casos de homicidio por muertes en operaciones policiales, según reveló el diario Estadão. Su campaña respondió que todas las investigaciones fueron archivadas por los jueces.
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