Lula insiste en exigir transparencia sobre los resultados electorales en Venezuela

Ocho días después de las muy cuestionadas elecciones presidenciales de Venezuela, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha vuelto a insistir este lunes en la necesidad de que las autoridades faciliten públicamente las actas oficiales del recuento. El chavismo sigue empeñado en hacer oídos sordos a la clamorosa demanda. Lula considera ese paso imprescindible para que los comicios tengan legitimidad y neutralizar posibles injerencias externas. “El respeto por la soberanía popular es lo que nos mueve a defender la transparencia de los resultados [en Venezuela]”, ha declarado Lula este lunes ante su homólogo chileno, Gabriel Boric, en el Palacio de la Moneda, en Santiago. El brasileño ha aprovechado la visita de Estado para exponer en persona a Boric las gestiones que realiza junto al colombiano Gustavo Petro y al mexicano Andrés Manuel López Obrador para lograr una salida dialogada ante la crisis abierta por las sospechas de que el chavismo cometió fraude.

Lula también ha recalcado en la comparecencia junto a Boric el llamamiento del trío de presidentes “al diálogo y a promover el entendimiento entre Gobierno y oposición”. El brasileño mantiene la presión sobre Nicolás Maduro para que el Consejo Nacional Electoral (CNE) divulgue la documentación oficial. Una postura que la líder de la oposición venezolana, la vetada candidata María Corina Machado, ha alabado en una entrevista con el canal brasileño Globo: “Agradezco la posición nítida del Gobierno brasileño y del presidente Lula, cuando ha exigido que sean divulgadas una a una las actas de votación del Consejo Nacional Electoral y que sean sometidas a una verificación independiente que dé confianza a todas las partes”. Se refería Machado al contenido de un comunicado conjunto de los presidentes de Brasil, México y Colombia en el que piden una verificación imparcial y piden contención a los implicados.

Estados Unidos mantiene un contacto estrecho con los tres países latinoamericanos en busca de una salida, según ha explicado un portavoz del Departamento de Estado. Preguntado si la Casa Blanca está preparada para reconocer un presidente interino, como a Juan Guaidó en 2019, ha respondido: “Ese no es un paso que vamos a dar hoy”. El colombiano Petro, por su parte, ha vuelto a señalar la necesidad de una salida dialogada a la crisis: “Aunque aún no es clara la posición estadounidense, la oposición y Maduro deben llegar a un acuerdo político porque, sino, estallará el éxodo y la guerra en América toda”, ha advertido en un mensaje en sus redes sociales.

Son numerosos los movimientos diplomáticos para zanjar una crisis que podría tener graves consecuencias dentro y fuera de Venezuela. Avisa también la política venezolana que, “si Maduro decide permanecer [en el poder] por la fuerza, lo que viene es un proceso de desestabilización con enormes y terribles consecuencias… y un proceso de migración masivo que afecta y desestabiliza a la región”. La posibilidad de que se produzca un nuevo éxodo causa enorme preocupación en los países vecinos, como Brasil, que ha reforzado la vigilancia de la frontera. Machado también ha agradecido a los gobiernos europeos su “compromiso con la democracia” en Venezuela.

Este mismo lunes, Lula ha conversado con el francés Emmanuel Macron, que junto al español Pedro Sánchez y los mandatarios de Alemania, Italia, Países Bajos, Polonia y Portugal anunció que no reconoce a Maduro como vencedor y le apremia a presentar las actas. También se han sumado a esta demanda aliados tan cercanos de Maduro como la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Por su parte, el presidente Boric, que desde el primer momento mantuvo que los resultados eran “difíciles de creer”, ha agradecido a Lula la voluntad de “construir una izquierda y un progresismo que sea democrático y que siempre, a todo evento, respete y haga respetar los derechos humanos”. Mientras, 30 expresidentes latinoamericanos y de España, mayoritariamente de derechas, han suscrito una carta abierta en la que reclaman a Lula que “haga prevalecer la democracia en Venezuela”. Entre los firmantes, el argentino Mauricio Macri, el mexicano Felipe Calderón, el colombiano Álvaro Uribe o el español José María Aznar.

El Gobierno de Lula mantiene canales de comunicación abiertos tanto con el chavismo como con el candidato opositor, Edmundo González Urrutia, al que los suyos, EE UU y varios países consideran el vencedor legítimo de los comicios.

Este mismo lunes, los gobiernos de Brasil y Venezuela han formalizado el acuerdo por el que el primero asume los asuntos consulares y la custodia de las embajadas de Argentina, donde se refugian seis colaboradores de la opositora Machado, y Perú después de que el chavismo expulsara a los diplomáticos de ambos países y de otros, incluido Chile, por acusarlos de fraude electoral.

Boric fue uno de los primeros líderes internacionales en exigir transparencia y que un veedor externo verificara los resultados. En represalia, el chavismo expulsó al emanado chileno. El mandatario de izquierdas insistió: “No reconocemos el proclamado triunfo de Maduro y no validaremos ningún resultado que no esté verificado por organismos internacionales independientes”.

El canciller chileno Alberto Van Klaveren reconoció en una entrevista con EL PAÍS que Brasil, Colombia y México no invitaron a Chile a sumarse a sus gestiones conjuntas, pero recalcó están en está en contacto con ellos. “Creo que los tres países evaluaron que incorporar a Chile podía dificultar el esfuerzo de mediación con el Gobierno de Maduro. Básicamente, porque fuimos uno de los primeros países en cuestionar los resultados de la elección a nivel mundial. Y eso generó una tensión grande con el Gobierno de Maduro”.

Siga toda la información de El PAÍS América en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.