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Sólo el 1% de los venezolanos en el exterior puede votar en las elecciones presidenciales

Las autoridades venezolanas han impuesto numerosas trabas para impedir que los emigrantes tengan un peso decisivo en los resultados electorales

venezolanos en el exterior
Dos personas salen del Consulado venezolano en Cúcuta (Colombia), el 18 de julio.Mario Caicedo (EFE)

De los cerca de cinco millones de venezolanos con derecho al voto en el exterior, sólo el 1% podrá depositar su voto en una urna este domingo por las numerosas trabas impuestas por las autoridades venezolanas. El último padrón electoral contempla 69.000 personas habilitadas para votar fuera de Venezuela en las elecciones presidenciales en las que Nicolás Maduro busca su segunda reelección frente al candidato opositor Edmundo González Urrutia. Los críticos atribuyen esa cifra tan baja a una estudiada estrategia gubernamental para impedir que los emigrantes tengan un peso decisivo en un resultado electoral que los sondeos preveen adverso para el chavismo.

El Consejo Nacional Electoral estableció un lapso de sólo 30 días para registrarse para votar, mucho más acotado que en elecciones presidenciales previas, que había sido de varios meses. Pero en la mayoría de oficinas diplomáticas ese plazo fue aún menor, lo que dejó afuera a muchos potenciales votantes. Los numerosos requisitos exigidos para inscribirse fueron otro obstáculo infranqueable.

Puedan o no ejercer su derecho a voto, los ojos de los venezolanos en el exterior están puestos en las elecciones en su país natal, que se anticipan clave tanto para el futuro del país como de la fuerza política que lo gobierna desde hace 25 años. “Depende de lo que ocurra, volveremos”, dicen muchos de los inmigrantes que abandonaron Venezuela en la última década por la crisis económica y social.

Casi tres millones de venezolanos en Colombia

Colombia, como vecino de Venezuela, es el país que más migrantes venezolanos concentra. A cierre de abril, las autoridades colombianas registraban 2.813.997 personas venezolanas en el país, pero tan solo 7.012 de ellas están habilitadas para votar porque para inscribirse en el registro electoral se exigía cédula de extranjería o ciudadanía, así como pasaporte vigente o en trámite de renovación.

Los registrados tampoco tendrán fácil votar el domingo. Aunque hay presencia de venezolanos en toda Colombia, solo habrá mesas habilitadas en un puñado de lugares: en Bogotá, la capital; en las ciudades de Medellín, Barranquilla, Cartagena, Riohacha y en la fronteriza Cúcuta.

No se espera una gran cantidad de venezolanos regresando para votar en Venezuela, pero la oposición intenta movilizarlos con la idea de que cada voto cuenta. “Si no te permiten registrarte, debes buscar la manera de ejercer tu derecho al voto, y miles de venezolanos se embarcaron en la ‘ruta de la esperanza’ para regresar y votar”, señaló en rueda de prensa Mariluz Palma Colmenares, coordinadora de la campaña del movimiento político Vente Venezuela.

Pasaporte y residencia poco accesibles para peruanos

Después de Colombia, las tierras peruanas son las que más venezolanos han acogido en medio de la crisis socioeconómica. Las cifras oficiales de la Superintendencia Nacional de Migraciones de Perú indican que son alrededor de 1,1 millones, aunque los cálculos de organizaciones no gubernamentales los elevan a 1,5 millones, de los cuales 900.000 son mayores de edad. Es un grueso de votantes que tendría que ser decisivo en las elecciones de este domingo, pero no lo será por los requisitos impuestos por las autoridades venezolanas.

Diversos colectivos han denunciado que para sufragar en el Perú se les exige contar con un pasaporte vigente, cuyo costo es de 320 dólares, un monto particularmente alto y restrictivo para la diáspora e incluso para los ciudadanos peruanos, pues está por encima del sueldo mínimo (270 dólares). Pero quizá la condición que más los ha limitado para ejercer su derecho ciudadano es contar con residencia permanente, donde las vallas son el estado civil, el arraigo e ingresos anuales por encima de los dieciséis mil dólares. Cifras irreales para una población que en su mayoría vive al día, con oficios menores y pequeños emprendimientos.

Yerson Pepper Infante, representante del Equipo del Comando con Venezuela en el Perú, ha comentado al respecto: “Los sondeos nos dicen que no son unas elecciones cualquiera, y en Perú han sido varias trabas las que se han presentado. Estamos hablando de un pasaporte muy caro a nivel internacional. Un obstáculo que hemos tenido que sobrellevar y cuyo resultado es que solo 659 compatriotas puedan votar en la ciudad de Lima, en la embajada (...) Solo pedimos que se respeten los derechos y que no ocurra ninguna masacre como lo ha expresado el candidato de gobierno”, señaló.

Sólo unos pocos tendrán la posibilidad de viajar a su país para participar de las elecciones generales, donde Maduro tentará una nueva reelección, en medio de cuestionamientos y encuestas que predicen su derrota frente al opositor González Urrutia. A los demás no les quedará otra que seguir el proceso desde lejos, con la impotencia de no haber podido expresar su voluntad en las urnas.

Largas filas en Buenos Aires

“Tenemos claro que no hay una disposición por parte del régimen de [Nicolás] Maduro de permitir que las elecciones sean competitivas”, señala la activista venezolano-argentina Elisa Trotta. Esta abogada, residente en Buenos Aires desde hace 13 años, sostiene que los obstáculos para ejercer el voto desde el exterior son muy superiores a los impuestos para las elecciones de 2018, en las que no había candidatos opositores y fueron muy cuestionadas por la falta de garantías electorales.

En Argentina, de los más de 200.000 venezolanos residentes, sólo podrán votar 2.638, según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. Era necesario inscribirse en el consulado con un pasaporte venezolano en vigor y tener residencia permanente en Argentina. El requisito del pasaporte desalentó a aquellos inmigrantes que no pueden darse el lujo de pagar 320 dólares por renovarlo (el sueldo mínimo mensual en Argentina equivale a unos 240 dólares) y a aquellos que tenían miedo de pagar pero no recibirlo a tiempo. Entre quienes sí lo tenían, hubo miles que intentaron inscribirse en el consulado, pero sólo unos pocos lo lograron. Las puertas estuvieron abiertas sólo diez días en horario de oficina. Aunque se formaron larguísimas colas desde antes del amanecer, el personal diplomático entregó sólo unos pocos números por día y no hubo prórroga para anotar a todos los que quedaron afuera.

“Honestamente, ni lo intenté. Las filas sumaban cuadras y ya había escuchado de los retrasos aquí y en otros países. Tengo una amiga que lo intentó un par de veces y no lo logró”, comenta Nolan, uno de los miles de venezolanos en Argentina que sigue con gran expectativa las elecciones del domingo, pese a estar excluido de ellas.

Cierre de consulados en Ecuador

En Ecuador, el quinto país que más acoge migrantes venezolanos en América Latina, el registro para votar culminó por sorpresa antes del plazo estipulado. Los consulados de Venezuela en Quito y Guayaquil amanecieron cerrados el pasado 16 de abril, el último día de registro de datos para las votaciones presidenciales, la oportunidad que esperaban cerca de 100.000 venezolanos que están en Ecuador con una visa de residencia y deseaban participar en las elecciones.

Maduro anunció el cierre de las oficinas diplomáticas ecuatorianas en protesta por el asalto a la Embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, el 5 de abril. Maduro dio la orden al encargado de negocios de la misión diplomática, Pedro Sassone, que regrese al país caribeño. “Hasta que se restituya el derecho internacional de manera expresa”, dijo el mandatario.

Ningún venezolano que resida en Ecuador podrá ejercer su voto en otro lugar, porque al hacer el cambio de domicilio, todos los datos están en un centro de votación que ahora está inhabilitado. Pero aún con temor a que les cierren las fronteras, algunos venezolanos que no se inscribieron en Ecuador emprendieron el largo viaje de regreso en bus hacia Venezuela. “Tardé cinco días en atravesar Ecuador y Colombia para llegar a Caracas”, dice Gean Luis Lanz, quien llegó a Guayaquil en 2021 expulsado por la crisis económica de su país. Llegó la mañana de este jueves a la capital venezolana y ahora camina por la avenida principal de las Mercedes para unirse al cierre de campaña de Edmundo González Urrutia.

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