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Un incendio en la mayor cárcel de Haití eleva la tensión en medio de las negociaciones para crear un consejo de transición

La Penitenciaría Nacional del país caribeño fue noticia hace dos semanas por la fuga de la mayoría de su población carcelaria, más de 3.500 presos

Violencia Haití
Un camión de bomberos, frente a la Penitenciaría Nacional en Puerto Príncipe, la mayor cárcel de Haití.Johnson Sabin (EFE)
Pablo Ferri

La Penitenciaría Nacional de Haití, la más grande del país, que funciona en la capital, Puerto Príncipe, ha sufrido un incendio este jueves, de consecuencias todavía indeterminadas. Medios locales han alertado del fuego en la mañana. Vídeos del siniestro muestran una enorme columna de humo elevándose sobre la prisión. Hace un par de semanas, el ataque coordinado de decenas de bandas criminales, que dominan buena parte de la capital, permitió la evasión de la mayoría de sus presos, que sumaban algo más de 3.500.

Se ignora de momento el origen del fuego, si ha tenido que ver con algún tipo de ataque nuevo, si es, en cambio, una consecuencia del primero, o si se trata de una coincidencia en una ciudad donde todo parece colapsar. Medios locales han informado de que los pocos internos que quedaban en la prisión después del ataque de las bandas han sido evacuados. La agencia Efe ha explicado que el incendio está siendo sofocado, aunque no descarta que pueda reactivarse.

Además del incendio en la prisión, en redes sociales han trascendido noticias de tiroteos cerca del aeropuerto, junto al cuartel de la Dirección General de la Policía Nacional. De nuevo, no se sabe si se trata de un ataque directo contra las oficinas de la policía. Medios locales han informado también de que criminales han atacado la casa del jefe de la Policía Nacional, Frantz Elbe, situación que ha confirmado en la tarde el principal sindicato policial del país. La casa de Elbe está cerca de Croix-des-Bouquets, barrio en el que ha campado a sus anchas estos años la banda 400 Mawozo, señalada de varios secuestros masivos.

La Penitenciaría Nacional de Haití, este jueves tras el incendio.
La Penitenciaría Nacional de Haití, este jueves tras el incendio.Ralph Tedy Erol (REUTERS)

La Policía Nacional aparece así como objetivo de los ataques de las bandas criminales. Hace dos semanas, además del ataque contra la Penitenciaría Nacional, estos grupos atacaron comisarías y cuarteles policiales, además de la academia de la corporación, que los bandidos saquearon. La embestida dejó al menos seis policías asesinados y nueve instalaciones de la corporación incendiadas y saqueadas, como informó la organización civil Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos.

El incendio de la prisión ocurre en medio de las negociaciones de actores políticos en Haití para la conformación de un consejo de transición, que saque al país de la inmovilidad institucional y permita convocar elecciones a medio plazo. El primer ministro, Ariel Henry, anunció esta semana que dejaría el cargo una vez conformado el consejo. Su creación, una idea de líderes de países caribeños, amparada en el beneplácito de Estados Unidos, supone un reto para las élites haitianas, que deberán elegir a sus miembros y estos, a su vez, a un primer ministro, que capitanee al país hasta los comicios. Haití no celebra elecciones desde 2016.

El reto es mayúsculo. Las decisiones de las élites dependen en parte de la volatilidad de líderes criminales como Jimmy Cherizier, alias Barbecue, Izo, o Vittelhome. El ataque coordinado de hace dos semanas mostró la capacidad organizativa de estos grupos, que controlan buena parte de la capital. Pasado el pico de agresiones, no está claro si la alianza, que ellos llamaron Vivre Ensemble, prevalece, o se imponen, en cambio, los intereses económicos de cada uno.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).
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