El Perito Moreno, el gigante de hielo, muestra indicios de retrocesos
Científicos advierten una pérdida de masa en el glaciar más famoso de Argentina, posiblemente relacionado al cambio climático
EL PAÍS ofrece en abierto la sección América Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete aquí.
Una brisa helada resquebraja las manos y la cara. El Glaciar Perito Moreno, de 260 kilómetros cuadrados de manto blanco, se impone ante los ojos de miles de personas en las pasarelas turísticas que lo bordean en el Parque Nacional Los Glaciares, región de los Andes Australes de la Argentina, próxima al límite con Chile. Esta enorme masa de hielo blanco y azul cristalino con paredes de casi 60 metros de altura presenta un movimiento de retroceso en el frente norte del Canal de los Témpanos que la comunidad científica estudia con especial atención.
De acuerdo a monitoreos satelitales y mediciones con radares de penetración terrestre, los científicos advierten que “a diferencia de otros glaciares, durante mucho tiempo el Perito Moreno no cambiaba. Si se calcula el balance de su masa, en los últimos 50 años el promedio nos daba cero. Era un gigante en equilibrio que ganaba o perdía muy poca masa, pero se recuperaba”, explica Lucas Ruiz, científico del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Junto a su equipo, estudia el comportamiento del glaciar a través de una metodología que calibra un modelo numérico para ver los cambios de masa del glaciar en el largo plazo. Las mediciones se realizan mediante la cantidad de nieve acumulada que comparan con la cantidad de hielo que pierde en su frente cuando ocurren los desprendimientos de hielo.
El perito Moreno es uno de los 49 glaciares que forman el campo de hielo sur que es la extensión de hielo más grande que existe en todo el hemisferio sur, fuera de la Antártida. Esa gran extensión ocupa 12.363 kilómetros cuadrados y está ubicada en los Andes Patagónicos entre Argentina y Chile. Los glaciares son reservorios de agua dulce que se forman por la nieve que no llega a derretirse.
En Argentina, de norte a sur, a lo largo de 3.500 kilómetros en la Cordillera de los Andes, 12 provincias y 39 cuencas hídricas hay más de 16.000 glaciares. “Tener glaciares principalmente en la cordillera es como andar en el auto con el cinturón de seguridad. Si algo pasa, si hay sequías, el ‘cinturón’ glaciar es la reserva de agua sólida”, explica Ruiz. De esa manera, los glaciares favorecen al planeta en los momentos más secos del año aportando agua y perdiendo masa. Y si hubiera un superávit de nieve, ese tesoro de agua congelada vuelve a recuperarse.
El deshielo de los glaciares y el calentamiento global
Desde el año 2020, investigadores del Ianigla observaron que hay un retroceso del Perito Moreno que interpretan como una pérdida de masa de más de 700 metros, aproximadamente unas siete cuadras. “Tenemos que ser muy cautos y decir que tendremos que seguir observando para tener más certezas de que efectivamente el glaciar está iniciando una fase de retroceso, porque aún no perdió su punto de apoyo con la península”, advierte el investigador Ruiz.
La pregunta se desprende naturalmente es: ¿este movimiento se relaciona con el calentamiento global? El aumento de temperatura es un dato clave para analizar contextos de deshielos. Pedro Skvarca, director científico de Glaciarium, un centro de interpretación glaciológica de la Patagonia Argentina asegura que 2022 fue uno de los años más cálidos en Sudamérica desde los registros que se tienen (1910). “A la temperatura se suma un factor y es que una morena subacuática, una suerte de montaña de rocas sobre la que se encontraba apoyado el glaciar, se desacopló y desconectó”, explicó este glaciólogo en una exposición realizada a la prensa en ese centro de interpretación.
Este fenómeno de pérdida de la masa en glaciares se observó también en otros de la región patagónica argentina como el famoso glaciar Upsala, próximo al Perito Moreno y con el que comparte el Lago Argentino. Hace tres años comenzó un proceso de movimiento y adelgazamiento y sólo en sólo ocho meses retrocedió 300 metros en su sector este.
Todos los fenómenos se relacionan: la morena subacuática que se desconectó del glaciar Perito Moreno, la pérdida de la masa encadenad al aumento de temperatura de los veranos, la presión del agua subglacial que influye en la perforación de la base, todo señala un cambio que debe observarse con mucha atención. “Yo ya vi en la Antártida la desintegración de las Barreras de Hielo Larsen A y B. El mundo está haciendo uso indebido de energía y muy pocas personas son conscientes de que algo hay que hacer. La naturaleza sola no puede combatir este daño”, reflexiona con preocupación Skvarca.
Lucas Ruiz, de Ianigla, apunta al rol de las emisiones de gases de efecto invernadero y la concentración de dióxido de carbono en el cambio climático. “Es debido, principalmente, a la quema de combustibles fósiles que la concentración de estos gases en la atmósfera es la más alta de los últimos 2 millones de años, lo que genera un calentamiento anormal que llamamos cambio climático”, explica el investigador Ruiz. Esa explicación coincide con un estudio realizado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales sobre el caso argentino de yacimientos petrolíferos donde se mencionan los impactos ambientales generales de componentes volátiles lanzados a la atmósfera.
La Argentina asumió compromisos de limitar el calentamiento global a partir de la firma del Acuerdo de Paris y es a través del Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global y de la Estrategia de Desarrollo Resiliente con bajas emisiones a Largo Plazo a 2050 que se compromete con las metas de reducción neta de emisión de carbono y de emisión de gases de efecto invernadero. Sin embargo, el presidente electo, Javier Milei, que niega la existencia del cambio climático, prometió en campaña salirse del Acuerdo de París, que busca limitar el aumento de temperaturas a 1,5 ºC antes de 2050, y también un recorte a la investigación científica.
Científicos, los guardianes de glaciares
Frente a la incertidumbre política, los científicos advierten que son necesarios más estudios y la ciencia básica para obtener datos en lugares remotos, como los glaciares, no es barata. “Hacer mediciones en la zona de acumulación de los grandes glaciares del Campo de Hielo Sur representa montar equipos de varias personas, helicópteros que nos asistan y también están los riesgos de una expedición en una zona remota”, indica Ruiz.
Por eso, hasta ahora las colaboraciones con otros países se han convertido en algo fundamental. Recientemente, una expedición entre científicos de Alemania, Chile y Argentina realizó estudios utilizando un avión alemán para conocer mejor los cambios en los glaciares de los grandes campos de hielo de la Patagonia.
No restan dudas que, los mayores aliados y guardianes del Perito Moreno son ellos, los científicos. Y los entrevistados insisten en la urgencia de cuidarlos e investigarlos. “Los glaciares son una especie de caja de ahorro de agua dulce que nos está quedando cada vez más pequeña. Es fundamental discutir cómo vamos a mitigar el efecto del calentamiento global”, concluye el investigador Ruiz.