Alejandro Gaviria se une a Petro: “Algunas ideas de Rodolfo Hernández son mera charlatanería”

Alejandro Gaviria, uno de los intelectuales más importantes de Colombia, ha anunciado este jueves que votará por Gustavo Petro. “No es tiempo para la neutralidad. Creo que con salvedades y preocupaciones en algunos temas, Petro representa ahora mismo la opción de cambio más responsable, institucional y liberal. Los riesgos de un rompimiento institucional, sobre todo en el Congreso y en las cortes, son mayores con Rodolfo Hernández”, anunció Gaviria en un vídeo que colgó en Twitter. El exrector de los Andes, muy respetado en la academia y entre los empresarios, se aventuró por primera vez como candidato en estas elecciones sin mucho éxito. Su respaldo, sin embargo, supone un claro acercamiento entre las élites del país y Petro, dos universos que a menudo se han mirado con desconfianza.

El mensaje no es nada condescendiente con Petro. Gaviria cuestiona varias de sus ideas de campaña, pero concluye que el apoyo a Hernández, un empresario populista con un discurso antisistema, conlleva un riesgo mucho mayor. “Petro ha hecho un esfuerzo por articular una visión de cambio, ha respetado el debate, ha presentado ideas, propuestas. Rodolfo, no. Me parece cuestionable una campaña que simplemente ha apelado a un discurso anticorrupción eficaz, pero oportunista”, dijo. Según su visión, el discurso del exalcalde de Bucaramanga acaba con la confianza de las instituciones y mina la idea de la democracia por “una ventaja electoral”.

La campaña de Petro esperaba la adhesión de Gaviria desde que este, en una entrevista en el Financial Times, asegurara que en caso de tener que decidirse por algún candidato que no fuera el de centro lo haría por él. Describía así la situación del país: “Estamos durmiendo en la cima de un volcán. Hay mucha insatisfacción. Podría ser mejor una explosión controlada con Petro que embotellar el volcán. El país está exigiendo un cambio”. El académico hacía referencia a las protestas del año pasado que paralizaron el país. Las dos opciones que han quedado ahora en segunda vuelta, Petro y Hernández, representan un golpe de timón respecto a la historia política del país.

Aunque él cree que la de Hernández es la errónea. “Tiene una idea de austeridad que desconoce la realidad económica y presupuestal, que no está basada en un conocimiento profundo de la economía. Petro es consciente de la necesidad de un ajuste fiscal. Su idea de reforma tributaria tiene que mejorarse y concretarse, pero apunta en el sentido correcto. Algunas de las ideas de Hernández son mera charlatanería”, abundó.

Antes de iniciar la carrera electoral, Petro consideraba a Gaviria uno de sus principales rivales. Temía la altura intelectual y el tirón que pudiera tener alguien tan respetado en sectores tan diversos. El líder de izquierdas pensó que si Gaviria iniciaba su carrera como miembro del Partido Liberal se lo iba a poner muy difícil. El académico optó por otro camino, el de unirse a la coalición del centro. Allí compitió por ser el candidato de los moderados con otras figuras como Ingrid Betancourt o Sergio Fajardo, un amigo personal. Betancourt, en uno de los debates, acusó a Gaviria de tener detrás maquinarias, políticos profesionales que le apoyaban. Eso causó un cisma en la coalición y acabó con la salida de ella, que ahora apoya a Hernández. Con Fajardo las cosas no fueron mejor. El desgaste de competir por la candidatura los separó. Fajardo no invitó a Gaviria a las últimas reuniones de los supuestos aliados, según fuentes cercanas a ambos. Todas estas tensiones internas hizo que su movimiento perdiera fuerza. Fajardo, que fue quien finalmente se llevó esa contienda, sacó un resultado muy bajo en la primera vuelta (4,2%) que lo dejó fuera de cualquier aspiración.

Ahora le tocaba a los de centro tomar partido y Gaviria ya lo ha hecho con algunos matices. Critica el enfoque que quiere darle Petro al sistema de salud y considera que un gobierno suyo podría ser ineficaz y no llevar a cabo las reformas que necesita el país. Eso sí, no le ve como un peligro para la institucionalidad o la democracia, como piensan mucho en los círculos de poder en los que se mueve Gaviria. “Su capacidad para dar voz a los jóvenes fortalece y legitima nuestra democracia. Mi voto será para Gustavo Petro”, acaba.

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