Murillo, en nombre de Petro: “Por la paz de Venezuela, se requiere conocer todas las actas”

Desde el cierre de las elecciones venezolanas en la noche del domingo, el presidente Gustavo Petro ha sido duramente criticado por su silencio, su total ausencia durante más de un día y medio en la red social X, su favorita para opinar más de 20 veces al día. Ante las grandes sospechas de fraude electoral, y la presión internacional en la nuca de Nicolás Maduro, Petro ha delegado hablar sobre la crisis venezolana a uno de sus funcionarios más cercanos, el canciller Luis Gilberto Murillo. Este último se pronunció, y explicó que lo hacía directamente por indicación del presidente, en la tarde del martes.

“En nombre del Gobierno colombiano, y por instrucción precisas del señor presidente Gustavo Petro, se ha realizado un seguimiento al proceso electoral de Venezuela”, declaró el canciller. Ese seguimiento implica un diálogo “con todos los interesados en el proceso electoral del domingo pasado”. No especifica qué actores, pero pueden ser el Gobierno de Maduro, la oposición, o países como Brasil y Estados Unidos. Las Cancillerías de esos dos países también han exigido conocer todas las actas electorales para que agentes independientes verifiquen quién ganó en las urnas, y los presidentes Lula Da Silva y Joe Biden publicaron, poco después del pronunciamiento de Murillo, un comunicado conjunto reiterando el mismo punto: “divulguen de inmediato datos completos, transparentes y detallados de las votaciones en los colegios electorales”, dice. Se rumora que los tres Gobiernos se han concentrado en servir de mediadores entre las partes en Venezuela, con la esperanza de apoyar una transición democrática ante la crisis.

El canciller Murillo explicó que el Gobierno colombiano también ha hecho seguimiento a la situación de orden público —hay denuncias de represión contra los manifestantes de la oposición que reclaman la publicación de las actas, y que dan a Edmundo González como ganador. “Mantener el diálogo entre las partes, y evitar la violencia en las calles, será fundamental para avanzar en un acuerdo”, dijo el canciller este martes. “Por la paz de Venezuela, se requiere conocer todas las actas de los resultados finales, y que estas sean auditadas por el mundo”, añadió.

El mensaje del canciller a nombre del presidente ha dejado en claro que Petro le apuesta a la diplomacia para ser un puente que permita la transición democrática en el país vecino, una apuesta arriesgada políticamente si no da resultados en el corto o mediano plazo. Antes de los comicios del domingo, el Gobierno de Colombia tuvo un papel importante en el bloque de Estados que incidió en Maduro para llevar a cabo unas elecciones, y que fueran transparentes. Murillo incluso promovió un acuerdo entre el régimen de Maduro y la oposición para que el ganador de las elecciones se comprometiera a no perseguir al perdedor —un acuerdo que finalmente no se firmó. Las elecciones sí ocurrieron, pero no con las garantías electorales que exigía la comunidad internacional.

Si el presidente se pronunciara públicamente, pondría en riesgo incluso las relaciones diplomáticas con el régimen de Maduro —como ya ocurrió para los Gobiernos de Chile o Argentina, cuyos presidentes de izquierda y derecha se pronunciaron contra la reelección. Colombia ya tuvo un rompimiento diplomático durante el Gobierno de Iván Duque, algo que afectó sobre todo a los casi 3 millones de venezolanos que viven en Colombia y no logró el cometido de presionar una transición democrática.

En contracara, el silencio de Petro también podría dificultar sus relaciones con la oposición venezolana, que lo lee como una muestra de complicidad con Maduro. Con la alternativa de hablar a través de su canciller, el presidente envía la señal de que no está tan callado como parece y se mantiene en su apuesta por ser un líder regional, algo que se definirá con lo que ocurra en Venezuela.

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