Votar berracos (segunda temporada)
Daniel Quintero despertó de su letargo a la derecha de Antioquia, y el triunfo en la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín es fruto del miedo y la indignación
En 2016, tras la derrota del Plebiscito por la Paz, Juan Carlos Vélez, gerente de la campaña del “No” a los Acuerdos de La Habana, hizo famosa la frase: “Buscamos que la gente saliera a votar berraca”. Daniel Quintero, entonces viceministro TIC del gobierno de Juan Manuel Santos, impulsó el “Sí” en Antioquia y tomó nota atenta de la lección del oponente: lograr que la ciudadanía votara berraca. Pero su cálculo operó a la inversa: la “berraquera” se tornó en contra de él, de su administración y lo que representa.
El triunfo de la derecha en la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, con el exalcalde de Rionegro, Andrés Julián Rendón (943.988 votos), y el exalcalde de Medellín, Federico ‘Fico’ Gutiérrez (689.519 votos), es producto de la indignación y del miedo. Aunque el gran artífice detrás de este resultado es el exalcalde de Medellín Daniel Quintero, quien logró aglutinar en su contra a algunos sectores de la izquierda y al centro político, pero sobre todo a la derecha tradicional conservadora, al uribismo y sus alas más radicales; el presidente Gustavo Petro es el principal receptor del mensaje de castigo.
La paliza que Fico, con su partido Creemos y el apoyo del Centro Democrático, le propinó a su oponente del partido Independientes, con luz verde del Pacto Histórico, Juan Carlos Upegui (95.393 votos), le servirá para posicionarse como el “salvador de Medellín” y, en el camino, hacer su campaña presidencial oponiéndose a Petro. Porque, como Alejandro Char en Barranquilla, ‘Fico’ es otro alcalde “repitente” que quiere ser presidente.
En la carrera hacia la Gobernación de Antioquia, la fallida coalición “anti-petro” (o contra Luis Pérez), contó con un avezado lector de coyunturas y activador de maquinarias electorales: el exsenador José Obdulio Gaviria. Él es Geppetto y Andrés Julián Rendón, su Pinocho.
Federico Gutiérrez y Daniel Quintero se necesitan para sobrevivir en la política.
En 2015, ‘Fico’ marcó un precedente: cualquier aspirante, a pesar de que desconozca el funcionamiento de lo público, puede ser alcalde de Medellín. Por esa hendija, en 2019 se deslizó el “muchacho del barrio Tricentenario”, disfrazado de “candidato de izquierda”, después de haber pasado por partidos como el Conservador y del Tomate.
En las pasadas elecciones locales, ‘Fico’ dividió la derecha paisa (entre su candidato Santiago Gómez, y el del Centro Democrático, Alfredo Ramos) y dejó el campo libre a las maquinarias que entronizaron a Quintero. En 2015, cuando fue elegido a la alcaldía de Medellín con 246.221 votos, ‘Fico’ ondeaba las banderas de la independencia, tal como su sucesor y ahora predecesor.
Ambos han sabido sacar provecho de la transformación de su naciente partido político en una fábrica de avales: Creemos avaló a 1.954 aspirantes (24 candidatos a alcaldías, solo en Antioquia) e Independientes, a 2.499.
En 2019, Quintero sacó la votación más alta que había logrado un candidato a la alcaldía de Medellín, 303.420 sufragios (38.56%). ´Fico’ acaba de superar más del doble de ese récord.
La abstención en Medellín, que en las dos últimas contiendas locales ha rodeado el 50%, disminuyó ligeramente a un 46,25%. El voto en blanco, la protesta ciudadana, logró el tercer lugar a la alcaldía (65.837 votos) y cuarto a la gobernación (255.143 votos).
Retos
Quintero despertó de su letargo a la derecha de Antioquia… y la dejó asustada. Son tres los miedos que movieron estas elecciones regionales: (1) En la Gobernación, el temor a los escándalos de corrupción y aliados de Luis Pérez (597.123votos); (2) el continuismo de Independientes tanto con Upegui en la alcaldía, como con Esteban Restrepo en la Gobernación (232.540 votos); y (3) la paz total en las áreas rurales y la mesa urbana.
Esta no es la “derrota de las maquinarias”: es la derrota de las maquinarias de Luis Pérez y de Daniel Quintero (las cuales se entrecruzan). Detrás de ‘Fico’ y Rendón están los caudales electorales de Álvaro Uribe, José Obdulio Gaviria, Paola Holguín y Juan Espinal, y de Eugenio Prieto Soto (Liberal), entre otros.
Otros perdedores de la jornada son el gobernador Aníbal Gaviria y su exsecretario de Gobierno y exalcalde encargado, el candidato de “Unidos por Antioquia”, Luis Fernando Suárez.
A Antioquia le esperan retos que rayan con obstáculos. Afrontará dificultades para acercarse y actuar con el gobierno Petro, en especial en tres frentes: Savia salud, EPS intervenida con más de 1,6 millones de usuarios (la mayoría en áreas rurales) que están en la incertidumbre; los $2,8 billones de pesos que están pendientes para las vías 4G; y la paz total en los territorios. Y un detalle que no es menor: el gobernador elegido con la votación más alta en la historia de Antioquia deberá responder ante Fiscalía y Contraloría por presuntas irregularidades en contratos en la construcción de dos CAI.
En Medellín, ‘Fico’ deberá demostrar que la seguridad, su constante promesa de campaña, sí es su fuerte: de acuerdo el Informe de calidad de vida de Medellín, 2018: “Entre 2017 y 2018 aumentó en Medellín la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes, pasando de 23,2 a 25,2, esto significa 582 homicidios en 2017 frente a 632 en 2018″. La mesa urbana de la paz total, tan criticada por el alcalde electo, será sin duda su caballito de batalla para oponerse a Petro.
Gutiérrez tendrá en sus manos la recomposición del tejido social que desbarató Quintero; así como la recuperación de la confianza en las instituciones, empezando por EPM. También le corresponde reiniciar el diálogo con el sector empresarial (la cercanía de ‘Fico’ y Gilinski es conocida, y el GEA fue aliado de su primera alcaldía).
Nunca fue tan importante el control político y, sin embargo, en Medellín puntearon al Concejo los candidatos de los partidos Creemos, Centro Democrático y Conservador. Gutiérrez no tendrá oposición significativa.
El empalme entre las alcaldías saliente y entrante será muy complejo.
Esta es la cuenta de cobro que recibe Gustavo Petro por no oír a las regiones, por su protección a Daniel Quintero y dos de sus fichas clave en el Congreso: Alex Flórez e Isabel Zuleta. Lo que el Presidente parece no entender aún es que el líder de Independientes arrasó con las luchas históricas de la izquierda antioqueña, la más victimizada de Colombia… la misma que, también, votó berraca.
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