Laura Sarabia declara a la Fiscalía que el maletín contenía documentos oficiales de la Presidencia
La defensa de la exjefa de Gabinete argumenta que el uso del detector de mentiras era necesario por motivos de seguridad nacional
La niñera Marelbys Meza fue sometida en enero a un detector de mentiras por el robo de miles de dólares en casa de su entonces empeledora y jefa de Gabinete de Colombia, Laura Sarabia. El caso conmocionó a la opinión pública cuando se reveló en mayo a través de la revista Semana y contribuyó a la caída de quien era la mano derecha del presidente Gustavo Petro. Lejos del foco mediático, Sarabia se reservó los detalles de su versión de los hechos para cuando acudiera a declarar ante la Fiscalía, algo que se concretó el miércoles. Según reveló este jueves su abogado a Caracol Radio, el robo incluyó varios documentos oficiales de la Presidencia de la República. No solo se trataba de una pérdida personal, sino de un asunto de seguridad nacional, alegó.
Sarabia reiteró que la suma del dinero robado era de 7.000 dólares (unos 30 millones de pesos). De acuerdo con su versión, no fueron los más de 35.000 dólares (150 millones de pesos) que mencionó en unos audios filtrados el exembajador Armando Benedetti. Y mucho menos medio millón de dólares pertenecientes al presidente, como aseguró hace unos días una fuente reservada a la revista Semana. La exjefa de Gabinete asegura que el dinero era producto de los viáticos que recibió por viajes oficiales a Europa y que iba a destinarlo a pagar unas deudas de su tarjeta de crédito.
La defensa aportó a la Fiscalía unos documentos bancarios que señalan que Sarabia tuvo que pedir un préstamo de 50 millones de pesos (12.000 dólares) después del robo. El abogado busca demostrar que no es plausible que una persona que necesita un crédito sea alguien que tiene fácil acceso a miles o millones de dólares.
La exjefa de Gabinete, además, informó que el ladrón se llevó el dinero y los documentos oficiales en una bolsa negra. El maletín en el que estaban los billetes, que también contenía ropa, nunca fue robado y la exfuncionaria todavía lo tiene en su poder.
La caída de Sarabia fue un duro golpe para el Gobierno de Gustavo Petro. No solo por el uso de un detector de mentiras, que Presidencia justificó desde el principio con el argumento de que los protocolos indicaban su uso cuando había un robo a alguien del círculo presidencial. Los problemas más incendiarios fueron las acusaciones de escuchas ilegales a dos empleadas y el modo explosivo y desprolijo en el que se fueron dando las revelaciones, a cuentagotas.
Los audios de Benedetti evidenciaron la violencia con la que el exembajador se dirigía regularmente a su antigua asesora —parte de su equipo cuando era senador—. Estaba fuera de sí por los celos que sentía de que ella ahora tuviera más poder. “No vales nada”, “yo todavía no he tratado mal a nadie como lo sé hacer”, “ahora sí te amenazo”, ”imbécil”, “todo me lo debes a mí, ¡todo!”, “eres el hazmerreír delante de todo el mundo”, son algunas de las frases que le dijo.
Tanto Benedetti como Sarabia dejaron el Ejecutivo hace tres semanas. “Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador de Venezuela se retiran del Gobierno”, anunció Petro en un acto de ascenso de oficiales del Ejército. El exembajador amenazó en algún momento con hacer más revelaciones, relacionadas con el financiamiento de la campaña presidencial el año pasado. Pero luego dijo que había hablado por “la rabia y el trago” y guardó silencio. Este viernes, sin embargo, la Fiscalía aguarda su versión de los hechos.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.