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Anatomía de un ataque: los insultos, las formas y las amenazas de Benedetti a Sarabia

La hasta ahora jefa de gabinete trabajó como asistente personal del político durante siete años. En los audios publicados, Benedetti le habla a gritos y le insiste en que todo lo que ha conseguido se lo debe a él

Laura Sarabia y Armando Benedetti.
Laura Sarabia y Armando Benedetti.El País / Reuters
Inés Santaeulalia

“No vales nada”, “te has portado como una mierda conmigo”, “yo todavía no he tratado mal a nadie como lo sé hacer”, “tú no sabes un culo”, “ahora sí te amenazo, hija de puta”, “se ha portado como una hija de puta después de todo lo que yo hice por usted”, “ imbécil”, “a alguien como yo no se lo culean”, “bájale a la mamadera de gallo, no respondo, una vez que dispare nos ahogamos todos”, “Laura, por favor, que estás jugando con profesionales”, “¡usted está allá por mí, hija de puta, por mí!”, “bobita”, “claro que todo me lo debes a mí, ¡todo!”, “eres el hazmerreír delante de todo el mundo”, “idiota”, “estúpida”, “estás más chiquitica de lo chiquitica que eres”, “eras eficiente de las cosas que a mí se me ocurrían y ahora como no se me ocurra nada estás siendo eficiente para un culo, para acabar con el Gobierno”, “¿me estás usando, hija de puta?, se acaba el mundo tuyo, el mío y el de todo el mundo”, “pendeja”, “tu hijueputa puesto te lo puedes meter por el culo porque ese puesto no lo coge nadie, sino los perdedores como ustedes”.

El párrafo anterior es un resumen, incluso incompleto, de una parte de los audios de Armando Benedetti enviados a Laura Sarabia revelados por la revista Semana. En esta trama de mil aristas, el foco se suele poner en las escuchas ilegales, los polígrafos, los maletines de dinero en efectivo, la financiación de la campaña electoral, incluso en la adicción a las drogas. Pero hay otro punto que llama la atención al escuchar la casi media hora de audios entre el entonces embajador de Venezuela y la jefa de gabinete. Es la forma y las palabras que usa Benedetti para dirigirse a Sarabia, que hasta llegar al Gobierno había trabajado con el político siete años como su asistente personal. Es importante señalar que hasta ahora se trata de un diálogo unidireccional, ya que las respuestas o los audios de Sarabia no son públicos.

El embajador y la jefa de gabinete que protagonizan la mayor crisis que ha vivido el Gobierno de Petro en estos 10 primeros meses son viejos conocidos. De la mano de Benedetti, Sarabia tuvo su primera experiencia laboral. Fueron inseparables durante años, aunque es difícil encontrar personalidades tan distintas. Él, costeño, excesivo, explosivo y lenguaraz. Ella, ordenada, hija de militar, temerosa de Dios y discreta. Juntos se unieron a Petro por la insistencia de él, que pronosticó una victoria electoral que parecía improbable y de la que no quería quedarse fuera. Y juntos salieron el viernes del Gobierno por decisión del presidente, después de una guerra intestina entre ambos que amenaza con llevárselo todo por delante.

En los audios, Benedetti clama varias veces sentirse “maltratado” por Sarabia. Ahora ya no son jefe y subordinada, pero él le recuerda varias veces que todo lo que tiene se lo debe a él. Para entender ese rencor hay que irse hasta junio pasado, cuando Petro ganó en las urnas la presidencia de Colombia. A esas alturas, los dos se habían ganado un hueco en el corazón del candidato. Benedetti le ayudó a abrir puertas que nunca se habrían abierto para un líder de la izquierda con pasado guerrillero, mientras Sarabia le organizó de forma meticulosa la agenda, incluso durante su embarazo. Con él se lo pasaba bien, había camaradería y grandes planes de futuro. Con ella estaba seguro de que nada podría fallar. A la hora de darles un puesto en el Gobierno, Sarabia se quedó al lado de Petro, mientras que a Benedetti fue nombrado embajador en Caracas. No fue una forma de deshacerse de él, sino la manera de mantenerlo, pero no lo demasiado cerca como para que las causas judiciales que lo perseguían pusieran en riesgo al Gobierno.

Benedetti se lo tomó como un destierro y trabajó desde el primer día para volver a Bogotá. En los audios se ve que le traslada a Sarabia esa urgencia, a gritos, y la hace responsable de que él siga en Venezuela casi un año después. La presión sobre ella es insoportable, en medio de amenazas y acusaciones. La culpa de no hacer bien las cosas, de ser la responsable de que las encuestas de popularidad de Petro hayan caído. Le recuerda su inexperiencia y su ingenuidad, la llama imbécil, idiota, le repite que fue él quien la condujo hasta el poder. Se llega a llamar a sí mismo “el salvador”, al que ella debería recurrir para enderezar el rumbo de un Gobierno que Benedetti ve al borde del fracaso. Por momentos cambia el tono, parece triste, entonces le pide que vuelvan a hacer equipo y que podrían volver a triunfar los dos juntos otra vez.

En un comunicado, los abogados de Sarabia aseguran que “se defenderá de los ataques indignantes y humillantes a los cuales fue sometida en su condición como mujer desde tiempo atrás por Armando Benedetti”. La nota desliza que ese trato podría venir de antes. “Laura ha recibido una presión enorme que desconocía. Debe haber sufrido y sufre mucho”, tuiteó el presidente, en otra forma de apoyo.

El propio Benedetti, que se cenó el domingo sus audios en internet uno detrás de otro, ha tratado de quitarle hierro a sus palabras: “Yo reconozco que la traté muy mal. Mal es un decir, porque yo soy mal hablado y eso cualquier transcripción, de cualquier audio, siempre se escucha mal. Pero yo la traté mal, yo le reconozco que yo la trate mal. Yo soy demasiado impulsivo, no estoy justificando, pero lo que ella hace, lo hace frío y premeditadamente”, le dijo a Semana. En su cabeza, ella es fría y calculadora, desleal; mientras él es un mal hablado impulsivo.

Sarabia, salvo ese comunicado, ha guardado silencio desde que Petro decidió prescindir de los dos, al contrario que Benedetti, que ha seguido usando su Twitter y los medios para escalar la intriga. Este lunes por la noche publicó una frase que podría quedar para la historia política de Colombia: “He sido parte fundamental del actual proyecto político del presidente Petro. Sin embargo, no satisfecho con lo que me correspondió políticamente, en un acto de debilidad y tristeza me dejé llevar por la rabia y el trago”. Suena a retirada, pero hablando de Benedetti nada está escrito.

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Sobre la firma

Inés Santaeulalia
Es la jefa de la oficina de EL PAÍS US, antes fue responsable en Colombia, Venezuela y la región andina. Comenzó su carrera en el periódico en el año 2011 en México, desde donde formó parte del equipo que fundó EL PAÍS América. En Madrid ha trabajado para las secciones de Nacional, Internacional y como portadista de la web.

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