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Chantajes y conspiración en Palacio: Laura Sarabia y Benedetti entran en guerra delante de Petro

La jefa de gabinete del presidente acusa al embajador en Caracas, su antiguo jefe, de haberle tendido una trampa con un caso que ha acabado en la Fiscalía

Juan Diego Quesada
Armando Benedetti y Laura Sarabia
Armando Benedetti y Laura Sarabia.Andrea Hernández Briceño

En los pasillos de la Casa de Nariño, la residencia presidencial, se ha ido tejiendo estas semanas una historia de conspiración que va camino de convertirse en un escándalo nacional. El enredo implica a dos de las personas más cercanas al presidente colombiano, Gustavo Petro, al que se le empiezan a amontonar los líos internos. Por un lado, su jefa de gabinete, Laura Sarabia, mano derecha y figura en alza de su Gobierno con solo 29 años. Por el otro, Armando Benedetti, el político que le guió en campaña hasta el poder y que hoy es embajador en Caracas. Benedetti y Sarabia eran íntimos hasta hace nada. Él era jefe de ella y fue quien se la presentó al presidente, lo que le dio acceso a ese cargo tan relevante. Hoy ambos han entrado en una guerra que ha obligado a Petro a intervenir como si fuera un padre.

El nombre de Sarabia llevaba varios días en la prensa por un caso con tintes domésticos que acabó en Palacio. La cuidadora de su hijo, Marelbys Meza, había sido sometida en enero al polígrafo en la Presidencia de Colombia tras la desaparición en la casa de la funcionaria de un maletín con varios miles de dólares —la procuraduría le ha abierto una investigación a la asesora de Petro por aplicarle la máquina de la verdad—. La niñera contó a la revista Semana que se sintió intimidada y sometida a presión por un hurto que, según ella, no había cometido. La trabajadora denunció lo que ella consideraba un acoso ante la Fiscalía, que decidió ponerle protección. Sarabia se defendió y aseguró que la jefatura de protección presidencial y la Policía actuaron según los protocolos marcados por la ley. Parecía que todo iba a quedar ahí, pero la historia dio un vuelco.

El periodista Daniel Coronell ha publicado este miércoles en W Radio que el actual embajador en Venezuela estaría detrás de la polémica. Coronell asegura que fuentes cercanas a Sarabia acusan a Benedetti de chantajearla con este asunto. La niñera ya habría trabajado con el político y su familia previamente, y en ese tiempo fue sometida al polígrafo por un robo en casa de sus jefes, que dio como resultado que ella era la autora del hurto. Hace unas semanas, antes de que se conociera el escándalo, Benedetti trasladó a Meza en un vuelo privado a Caracas, donde la niñera permaneció varios días, hasta que a su vuelta a Colombia dio la entrevista a Semana.

La información también revela que un día antes de la publicación, el embajador se reunió con la directora de esa revista, Vicky Dávila, y después envió un mensaje a Sarabia: “Acabo de hablar con Vicky (sic) después de lo que me dijiste sobre la Mari (…) Tenías razón. Es posible que se pueda evitar esa circunstancia (sic)… ojalá entiendas el sentido de este mensaje!”. Sarabia lo leyó como un chantaje.

El embajador sostiene que en su mensaje no hay ninguna amenaza y ataca con dureza a su antigua amiga. Defiende que en principio actuó para ayudar a Sarabia, que le pidió a él su mediación después de que la niñera supuestamente hablara con varios medios por su cuenta, sin su mediación. “Es al revés: Laura Sarabia me busca a mí y yo lo que hago es contratarla [a la niñera]. Para ese momento, el problema para Sarabia es que se revelara la cantidad de dinero o el flujo de dinero en efectivo que había en su casa”, lanza un misil Benedetti en Twitter, dejando ver que el dinero es de procedencia ilícita.

Según Sarabia, alguien robó 7.000 dólares que ella justificó como viáticos de viajes oficiales y así lo denunció ante la Fiscalía. Benedetti, en su hilo de Twitter, llega a hablar de más de 30.000 dólares en efectivo. “Porqué tenía 150 millones de pesos en una maleta, hechos que sí se están investigados? (sic)”, se ha preguntado el embajador. Eso sí, en última instancia reconoce ante Coronell que participó en la conspiración: “Solo fui cómplice al final, con mucho placer”.

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En medio de este escándalo que involucra a dos de sus personas más cercanas, Petro ha decidido intervenir. Aunque está estos días en Brasil participando en la cumbre sudamericana, el presidente ha citado el jueves a Benedetti para tratar el asunto nada más aterrizar en Bogotá. A lo largo de esta mañana, Presidencia ha difundido imágenes desde Brasil en las que se ve a Sarabia junto a Petro. Mientras, Benedetti busca su defensa en redes sociales: “Queda clarísimo que no construí ninguna conspiración. Es Marelbyss, a través de una amiga, la que empieza a buscar a los medios. Mi “pecado” es saber que se iba a publicar y me quedé callado. Por la veracidad y gravedad de los hechos, no había forma de pararlo”. Está por ver si Petro le da la absolución.

En una entrevista-perfil que le hizo EL PAÍS, Sarabia reconocía a Benedetti como su mentor. “Con él aprendí todo. Es un zorro político, una persona compleja. Aprendí a tener cuero”, decía de él. “Juntos recorrieron el país de punta a punta, empezaron a andar 24/7. Compitieron en una elección al Senado en las que Benedetti resultó elegido. Mezclar a dos almas tan distintas tuvo éxito”, se lee en el texto. Después Benedetti y Sarabia se unieron a Petro, fueron su sombra durante la campaña electoral y lo acompañaron hasta la misma puerta del éxito. Eran entonces tres amigos que conquistaron juntos el poder. El triángulo ahora se ha roto y vista las acusaciones que se lanzan unos y otros parece imposible de recomponer. Petro tiene un incendio en casa.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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