‘Obviedo’, en la pelea por Bogotá
Al que le queda más cómodo ese traje antipolítico de pantalón corto y barba a la moda es a Juan Daniel Oviedo. Lo cual no le otorga el carácter de triunfador
Los aspirantes a reemplazar a Claudia López en la Alcaldía de Bogotá quieren destetarse de las organizaciones políticas conocidas. Por eso han inscrito sus candidaturas por firmas y de una o de otra manera rechazan cualquier cercanía con los movimientos partidistas. No olvidar que, por Constitución, Bogotá es la capital de la República y del departamento de Cundinamarca, lo que obliga a un entendimiento armónico con el presidente de la República y con el Gobernador del departamento. Es el segundo cargo de elección popular más importante.
Los problemas y las necesidades de la capital de la República son gigantescos. Ninguno tiene el secreto ni la magia para resolver las complejidades de la noche a la mañana. La inequidad social, la inseguridad y el transporte mandan la parada. En esa competencia, al que le queda más cómodo ese traje antipolítico de pantalón corto y barba a la moda es a Juan Daniel Oviedo. Lo cual no le otorga el carácter de triunfador.
No tiene antecedentes clientelistas. Su paso por el Gobierno de Iván Duque, producto de la recomendación de la exministra María del Rosario Guerra de la Espriella, profesora suya en la facultad de Economía de la Universidad del Rosario, no lo contamina. Por el contrario, su desempeño en el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DIAN) es motivo de reconocimiento. Además es un tipo muy distinto a sus competidores. Su paso exprés por la televisión lo mostró como buen profesor, expositor descomplicado y con un aire juvenil refrescante, que comunica con claridad. Su vestimenta, muy informal. Nada de corbata. Mucho zapato de tenis blanco sin medias y suéteres de colores fuertes. Pelo abundante y barba poblada. Tono de voz fácil de imitar en los programas de humor en la radio.
Una encuesta tempranera del Centro Nacional de Consultoría lo muestra empatado en el primer lugar con Carlos Fernando Galán, quien todavía no ha destapado sus cartas pero que se presume rival muy fuerte en la contienda. En todo caso, muy por encima de Gustavo Bolívar y de Rodrigo Lara, los otros aspirantes de importancia indiscutible. Lara, porque es un político de garra, heredero de renovación ideológica; Bolívar, por contar con el apoyo del presidente de la República. Prematura la encuesta, repito, porque el tercer lugar de por quién votaría es por ninguno con una cifra muy similar a las que reciben Galán y Oviedo.
Lo interesante de Obviedo es su condición de candidato sorpresa enfrentado a unos gallos de alta consideración, lo que los gringos llaman un outsider. Y eso que retiraron de la carrera a Guillermo Alfonso Jaramillo y a Hollman Morris para despejarle al exsenador Bolívar el aterrizaje a su candidatura por el Pacto Histórico.
Tomé la iniciativa de agregarle una b al apellido del candidato Oviedo para darle una notoriedad a sus propuestas de autenticidad, para sus amigos más cercanos, la característica principal de su talante. “Es su modo de vida. Es la forma de actuar en política. Es su manera de interactuar con los ciudadanos y convivir en la calle. Es como enfrenta los desafíos, los problemas, las injusticias. Es su razón de ser. Es su ADN”.
Su nombre de pila, Juan Daniel, no ayuda mucho a la promoción de su candidatura. Obviedo (de “obvio”) sería más eficaz para enfrentar a los pesos pesados Galán, Bolívar y Lara. En todo caso, no la tiene fácil.
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