La Superintendencia de Transporte toma el control de Viva Air

La Superintendencia de Transporte ha tomado este lunes el control de Viva Air, según ha informado el Ministerio de Transporte en un comunicado. Además, ha solicitado a la Superintendencia de Sociedades que acepte a la aerolínea en un proceso de reorganización empresarial, lo que le permitiría congelar las deudas pasadas para buscar evitar la quiebra. Según la Superintendencia, el objetivo es superar las situaciones críticas que enfrenta Viva y que han perjudicado directamente a los usuarios. Se estima que 16.000 pasajeros se han visto afectados cada día desde el cese de operaciones el pasado martes.

El Estado será ahora quien decida si Viva sobrevivirá o irá a liquidación. De momento, la resolución de la Superintendencia de Transporte establece un plazo de dos días para presentar un plan de recuperación y mantenimiento. Asimismo, la empresa tendrá que restablecer su sede administrativa antes del jueves y definir el estado de las reservas de los pasajeros. Las deudas contraídas por la venta anticipada de tiquetes o cuponeras deberán preservarse hasta que se superen las condiciones actuales.

La superintendenta de Transporte, Ayda Lucy Ospina, ha explicado en una rueda de prensa que las instrucciones de sometimiento a control impiden la venta de bienes o la modificación de estatutos sin el consentimiento de la entidad que ella dirige. Según la funcionaria, los administradores de Viva y el representante legal serán removidos si no acatan las directivas.

El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, ha vuelto a exigir a Viva que asuma sus responsabilidades. “Lo primero que necesitamos es que los directivos pongan la cara y digan que van a hacer con todos estos usuarios”, ha subrayado. Asimismo, Reyes ha recordado que los pasajeros con tiquetes ya expedidos no son los únicos afectados: también hay preocupación por quienes compraron cuponeras para canjear a futuro y por las agencias de viajes que tenían acuerdos con Viva.

El Gobierno había avisado sobre la inminencia de esta decisión. El ministro de Transporte exigió el pasado miércoles a la aerolínea que se garantizase a los usuarios el traslado a sus destinos o el reintegro de las sumas que pagaron por los pasajes. En caso de que esto no se concretase, el Ejecutivo informó que evaluaba la intervención del mercado aéreo.

Viva Air afirma que no puede devolver el dinero de aproximadamente un millón de tiquetes que no se han utilizado y que tienen vigencia hasta septiembre de 2024. La empresa señala a la Aeronáutica Civil como responsable de la crisis, ya que en noviembre la entidad rechazó preliminarmente la integración de Viva con Avianca. La aerolínea de bajo costo alega que la operación es esencial para superar la “situación financiera crítica” en la que se encuentra. Las demoras de la Aeronáutica Civil en definir el caso, reabierto en enero, son las presunta causa del cese de operaciones. “Viva no tomó este paso drástico como estrategia para presionar al Gobierno. Se tomó porque nuestra realidad es que estamos en crisis financiera”, se lee en un comunicado del pasado martes.

La Aeronáutica Civil indicó en noviembre que ambas compañías participan en 59 rutas domésticas y que, de integrarse, sumarían el 100% de la participación en 16 de ellas. Cuatro meses después, se mantiene firme en su postura. El lunes pasado, reiteró que la integración “tendía a producir una indebida restricción a la competencia” y que había dado oportunidades a las compañías para presentar soluciones. Según la entidad, su interés es velar “especialmente” por el respeto de los derechos de los usuarios que pueden verse afectados por la integración.

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