Los administradores de la memoria de la guerra, a juicio ante el tribunal de paz en Colombia

En diciembre de 2019, el senador Iván Cepeda realizó ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) una solicitud de medidas cautelares para proteger la exposición Voces para transformar a Colombia, que sería el primer piloto de un guion experimental para el proyecto del Museo Nacional de la Memoria de Colombia. De acuerdo con la petición de Cepeda la muestra sufrió graves cambios sin previo diálogo con las víctimas. Dichas modificaciones habrían sido orientadas por su entonces director Dario Acevedo. La JEP acogió la solicitud y decidió vincular al proceso a cuatro ministros de la administración saliente de Iván Duque, que este lunes comparecieron ante el tribunal de paz, aunque no llegaron a declarar.

Durante varias diligencias, se le ha pedido a la junta directiva del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) explicar las acusaciones que alertaron de las alteraciones del guion del Museo de la Memoria, como cambios en terminología y conceptos, además de la supresión de un mural sobre el genocidio del partido político, Unión Patriótica, entre otras.

Este lunes, la Sala de Ausencia de Reconocimiento citó a todas las entidades que componen el Sistema Integral para la Paz, así como 36 entidades expertas, incluyendo universidades y organizaciones de víctimas para que rindieran su testimonio frente a cómo fue la interlocución con el CNMH y la construcción de la exposición. En el marco de este proceso, la JEP citó a Wilson Ruíz, ministro de Justicia; Diego Molano, ministro de Defensa; María Victoria Angulo, ministra de educación; y Angélica Mayolo, ministra de cultura.

Durante la mañana, la Sala escuchó el testimonio de Dario Acevedo, que negó las acusaciones o algún tipo de cambio sustancial en el guion, pero también afirmó que no había entendido que dicha exposición fuese el guion del Museo de la Memoria. Continúo haciendo un informe de su gestión durante los años en el puesto y culminó mencionando que aunque se le tilda de negacionista en Colombia “el negacionismo no es un delito”.

La magistratura también le dio el micrófono a las víctimas. Soraya Bayuelo, lideresa de Montes de María, puntualizó lo que las víctimas esperaban con la muestra: “Lo que queremos es que haya realmente tranquilidad en Colombia. Que podamos convivir tranquilos incluso en medio de nuestros adversarios, nosotros hemos dado ese paso (...) Creo que la memoria puede hacer eso”. Acto seguido, tomó la palabra Helena Urán, víctima de crimen de Estado y quien, visiblemente afectada, rechazó el manejo que se le ha dado al Centro de Memoria durante el período de Acevedo. Y reclamó que su caso y el de otras víctimas de este tipo de crímenes han sido invisibilizados en ese tiempo.

Después de más de nueve horas y en calidad de peticionario, intervino Iván Cepeda: “solicito respetuosamente a la Jurisdicción Especial para la Paz decretar la Colección Voces para Transformar a Colombia en el componente central del guion del Museo Nacional de Memoria, y por tanto, ordenar al Centro Nacional de Memoria Histórica que en el futuro cualquier modificación, incorporación, cambio o sustitución -en tanto guion abierto- esté sujeto al principio de participación de las víctimas y sus organizaciones como parte del ejercicio de los derechos a la verdad, la justicia y la reparación, así como de las garantías para la no repetición de la violencia y los crímenes contra la humanidad”.

Un recorrido problemático

Dario Acevedo ocupó la dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica desde febrero de 2019 y renunció a este el pasado 7 de julio. Su paso por esta dirección estuvo marcado por numerosas polémicas relacionadas con sus posiciones respecto al conflicto armado. Desde su posesión en el cargo iniciaron los reparos. Primero, varios por historiadores y académicos de trayectoria criticaron su nombramiento, luego se presentaron constantes renuncias dentro de la entidad y después, empezaron las tensiones con organizaciones de víctimas, citaciones a varios controles políticos en el Congreso, y denuncias de posibles alteraciones a otras exposiciones. La más recientemente polémica se suscitó por un documento de la entidad en el que no se hacía mención al rol del paramilitarismo en el conflicto armado interno en las décadas de los 90 y 2000.

Para la mayoría de las víctimas presentes en la audiencia la pluralidad de voces en la construcción de la memoria histórica es clave, apuntando a la relevancia del eventual Museo de la Memoria en un momento trascendental para el país, luego de la publicación del tomo inicial del informe final de la Comisión para Verdad.

El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE) le ha pedido a la JEP acoger las recomendaciones que hizo la Comisión de la Verdad en lo relacionado con la concertación de políticas que contribuyan en la superación de los daños que ha dejado el conflicto: “La decisión que pueda tomar la Sección de Ausencia de Reconocimiento en este trámite y las acciones que tome el Gobierno entrante serán determinantes para que las narrativas negacionistas con las cuales se ha querido desconocer nuestro dolor y a su vez nuestra resistencia, no consoliden su objetivo con la alteración del guion del Museo Nacional de la Memoria y no profundicen así los daños ya causados”.

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