El video que quema los puentes entre Petro y Fajardo
El centro condena como ‘guerra sucia’ las palabras de la senadora petrista Isabel Zuleta, que reviven la sombra de una persecución política contra el exgobernador de Antioquia
Las palabras de una senadora electa del Pacto Histórico, la variopinta coalición de izquierdas en Colombia, han reavivado la sombra de una persecución con motivaciones políticas que buscaba lastrar la aspiración presidencial de Sergio Fajardo, el candidato del centro en las elecciones del 29 de mayo. El fin de semana se conoció el video de lo que parece ser una reunión de estrategia política en el que Isabel Zuleta, una activista medioambiental que adquirió notoriedad por su oposición al megaproyecto energético de Hidroituango, afirma que ya habían conseguido quemar ante los organismos de control al exgobernador de Antioquia, que marcha rezagado en las encuestas que lidera Gustavo Petro, a la cabeza del Pacto Histórico. Zuleta también anticipa que se propone salpicar con denuncias a Federico Fico Gutiérrez, el candidato de la coalición de derecha, quien se ha mostrado solidario con Fajardo.
“Ya a Fajardo lo quemamos, y fue una tarea dura, fue una tarea hasta Procuraduría, Contraloría, de demostrar que ese tipo no puede estar en la presidencia”, asegura Zuleta en el pasaje más controversial del video. Sus palabras agitaron de inmediato la campaña, con diversas voces de la Coalición Centro Esperanza que condenaron lo que interpretan como una admisión de ‘guerra sucia’ desde la izquierda. Petro ha salido a defender a Zuleta, que ocupó un lugar destacado en las listas del Pacto Histórico, incluso en detrimento del movimiento de la candidata vicepresidencial Francia Márquez, al afirmar que criticarla por su lucha contra Hidroituango equivale a criticar “toda la actividad de los líderes sociales en el país”. La inoportuna polémica ahonda la ruptura entre los sectores progresistas.
El video “confirma una vez más que desde hace años se desató una estrategia sistemática y continua en mi contra, para enlodar mi trayectoria y afectar las posibilidades de un proyecto de cambio decente para Colombia”, declaró este lunes el propio Fajardo. “En esa campaña de desprestigio han confluido distintos sectores políticos, liderazgos e instituciones del Estado que fueron utilizadas para perseguirme e incluso impedir jurídicamente que me presentara como candidato a estas elecciones. Nos han puesto toda clase de obstáculos en el camino, somos un estorbo, una amenaza para quienes se oponen al cambio y la lucha contra la corrupción”, sostuvo.
“Hoy puedo afirmar que no lograron su objetivo y seguimos firmes en la lucha, con nuestras convicciones intactas”, señaló Fajardo, que busca mantenerse a flote en una campaña que se inclina a la polarización entre los extremos. Hace cuatro años, cuando por apenas 250.000 votos se quedó por fuera de la segunda vuelta que disputaron Petro y el presidente Iván Duque, Fajardo optó por votar en blanco antes que apoyar al candidato de izquierdas. Desde entonces han mantenido numerosos desencuentros, aunque Petro también ha intentado cortejar al centro, en especial de cara a otro eventual ballotage donde necesitaría convocar a todas las fuerzas alternativas frente a la política tradicional. “El video nos reafirma que el camino que emprendimos es el correcto para Colombia, que tenemos profundas diferencias con la forma de hacer la política de las otras candidaturas”, reivindicó Fajardo al reiterar que no piensa aliarse con sectores que han intentado hacerle daño.
A tres semanas de que se abran las urnas, el centro necesita un vuelco para cerrar la brecha frente a Fico Gutiérrez en el pulso por un cupo en la segunda vuelta, que Petro parece tener asegurado. Con ese propósito, Fajardo se ha lanzado por “la remontada” en diversas regiones de Colombia, sin que por ahora esa estrategia haya tenido impacto en los estudios de opinión.
La filtración de las palabras de Zuleta aterrizó en un ambiente enrarecido para Fajardo, que a lo largo de su carrera política ha abanderado la educación y la lucha contra la corrupción como herramientas para transformar la sociedad. En las primeras etapas de la campaña, Fajardo tuvo que emplearse a fondo para demostrar su inocencia y defenderse en dos procesos en su contra por sus actuaciones cuando era gobernador de Antioquia, entre 2012 y 2015. Uno de la Fiscalía por no haber anticipado la volatilidad del dólar al adquirir un préstamo, según fue presentado originalmente, y otro ante la Contraloría por Hidroituango, un proyecto que ha sufrido retrasos y litigios millonarios. El primero se mantiene abierto, mientras el segundo ya se cerró a su favor a comienzos de este año.
El también exalcalde de Medellín se siente víctima de una persecución por parte de organismos de control que están en manos de personas cercanas al presidente Duque, y ha llevado su defensa a instancias internacionales. Incluso el relator especial para la independencia de jueces y abogados de las Naciones Unidas, el peruano Diego García-Sayán, ha expresado su “preocupación” con respecto a los procesos contra Fajardo, en un documento fechado el pasado 8 de abril al que ha tenido acceso EL PAÍS. El relator advierte que ambos procesos deben incluir “ciertas garantías para asegurar imparcialidad e independencia”. Esas garantías, señala García-Sayán, “parecerían no estar presentes en lo actuado ante la Fiscalía y la Contraloría”. El documento detalla cómo la Fiscalía, en cabeza de Francisco Barbosa, un amigo íntimo de Duque, “modificó por completo la teoría del caso” en el proceso por el préstamo en dólares, al punto de presentar uno “sustancialmente distinto al que se había anunciado públicamente”.
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