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PORQUE LO DIGO YO
Columna
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‘In memoriam’

La paz de Colombia, una de las noticias más esperanzadoras de 2016, sigue sin ser tan rentable como un 'souvenir' de Pablo Escobar

Wiz Khalifa
Wiz Khalifa
Ana Marcos

El rapero Wiz Khalifa llegó a Bogotá para tocar en el festival Estéreo Picnic, pero antes se pasó por Medellín y se fumó un porro en la tumba de Pablo Escobar. Sobre la lápida dejó otro canuto como homenaje. Y el alcalde de la ciudad le llamó “sinvergüenza”.

La hazaña la publicó en su perfil de Instagram, con 15 millones de seguidores. Entonces todo el mundo volvió a recordar esa versión de Colombia. La de un señor con bigote que decía muchas veces “malparío, hijueputa”. La del hombre que dirigió el país con la ley de plata o plomo. El que asesinó a más de 4.000 personas. El mismo que llegó a controlar el 80% de la producción mundial de cocaína en los ochenta. Y todo porque un chaval criado en Pittsburgh, un icono pop de estos tiempos, tuvo la feliz idea de fumarse un porro.

Lo cierto es que Wiz Khalifa se pasa más tiempo en nubes de marihuana que en la realidad de los colombianos. Igual de cierta es la imagen recurrente de filas de turistas en la entrada de la finca Nápoles, la casa de Escobar en Antioquia. Esos mismos curiosos que compran camisetas con la cédula (el DNI) del Patrón en las calles empedradas de Cartagena. Y luego están los genios de la publicidad que colocan un gran cartel en el centro de Madrid para promocionar la serie Narcos con el lema: “Oh, blanca Navidad”.

La paz de Colombia, una de las noticias más esperanzadoras de 2016, sigue sin ser tan rentable como un souvenir del narco.

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura. Forma parte del equipo de investigación de abusos en el cine. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional, además de participar en la fundación de Verne. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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