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Un faro de luz al pie de los Andes Aunando delicadeza y grandeza, el Templo Bahá’í de Sudamérica, en Santiago de Chile, recibe a los visitantes en un ambiente sereno, propicio para la reflexión silenciosa La estructura entera del edificio descansa sobre 10 aisladores sísmicos, que separan completamente al templo del suelo. Francisco González Los templos bahá’ís son espacios para la oración abiertos a todos. En ellos no se realizan ceremonias. Francisco González El vidrio fundido y el mármol son los materiales principales del edificio, pero también hay muchos detalles hechos de bronce y madera de nogal. Francisco González Forjado en cristal, piedra y luz, el templo, con una vista privilegiada de Santiago, recuerda que uno de los propósitos de la reflexión y la oración es el enriquecimiento de la vida cotidiana. Francisco González La única actividad que se realiza en el interior de los templos bahá’ís es la lectura o el canto de textos sagrados. Un coro suele acompañar esos momentos. Francisco González En nombre de la máxima autoridad del mundo bahá’í, la Casa Universal de Justicia, la señora Antonella Demonte encabezó la ceremonia de dedicación de este templo, el 13 de octubre de 2016. Francisco González La frase “Oh Gloria del Más Glorioso”, escrita en árabe, adorna la cúpula de los templos bahá’ís. Francisco González Los pueblos originarios de las Américas estuvieron en su mayor parte representados en la ceremonia de dedicación del Templo Bahá’í de Santiago de Chile. Francisco González Las 6 hectáreas de jardín de flora totalmente nativa sirven de antesala para quienes visitan este templo Francisco González Los jardines cuentan con 9 espejos de agua, y pueden verse como una extensión del propio templo. Francisco González La posibilidad de participar en la dedicación del Templo Bahá’í de Sudamérica significó para muchos el cumplimiento de un anhelo largamente esperado. Francisco González El templo y sus jardines sirven de inspiración para reflexionar sobre las cuestiones fundamentales de la vida, incluida la responsabilidad individual y colectiva para el mejoramiento de la sociedad. Francisco González La dedicación de este templo, en octubre 2016, incluyó una reflexión profunda sobre el aporte fundamental de los pueblos originarios de las Américas a la sociedad de hoy. Francisco González El vidrio fundido que conforma la cobertura exterior del edificio ofrece distintas tonalidades a lo largo del día. Francisco González Los visitantes del templo tienen la posibilidad de pasar el día completo en este lugar dedicado a la oración y la reflexión. Francisco González Las paredes translúcidas permiten que durante el día, el interior esté siempre iluminado con una suave luz natural. Francisco González Cerca de 5000 personas, representando a 131 países y hablando 56 idiomas diferentes, acudieron a la inauguración del templo del 13 al 15 de octubre de 2016 Francisco González El silencio impregna el interior del templo, generando un espacio trascendente que busca la unidad y fomenta el respeto por todas las tradiciones religiosas. Francisco González Muchas poblaciones indígenas americanas han sido atraídas por el mensaje de Bahá’u’lláh, el fundador de la fe bahá’í, y la mayoría estaban representadas en la inauguración de este templo. Francisco González El magnífico edificio que resplandece sobre Santiago de Chile, se convierte en el “Punto de Amanecer del Recuerdo de Dios” tal y como se define en los Escritos bahá’ís. Francisco González En el mármol que cubre las paredes interiores se pueden apreciar evocadores juegos de luces y sombras a lo largo del día Francisco González Los templos bahá’ís (Masriqu’l-Adkhar es su nombre original en árabe) y sus dependencias vinculadas, personifican dos aspectos esenciales e inseparables de la vida bahá’í: la adoración y el servicio. Francisco González Los jardines que rodean el templo ofrecen diferentes espacios aptos para reflexionar, descansar y conversar. En su primera semana de funcionamiento, recibió más de 10.000 visitas. Francisco González Cuando las luces interiores se encienden al atardecer, el templo se transforma en una lámpara que ilumina la vida devocional y social de Santiago Francisco González