Anand se aleja de Carlsen
El indio cae ante Nakamura y está a medio punto de Caruana y Kariakin a falta de dos rondas
Es muy improbable que Viswanathan Anand gane otra vez el Torneo de Candidatos y se enfrente de nuevo al campeón, Magnus Carlsen. El indio, empeñado en seguir la moda de las aperturas en lugar de ir contra ella, cayó en una preparación casera de Hikaru Nakamura y quedó perdido en la jugada 11. Fabiano Caruana y Serguéi Kariakin, que se enfrentarán el lunes en la última ronda, aventajan a Anand en medio punto.
Nakamura desveló la clave de la partida: “Vishy tenía una jugada mejor en la 11, tal como indican las máquinas. Pero la que ha hecho él es la más humana, aunque también cae en la trampa que yo había preparado, basándome exactamente en ese factor psicológico”. Y añadió: “Lamento mucho que mi preparación haya funcionado sólo contra Anand; hubiera preferido que fuera frente a algún otro rival, porque su actuación en este torneo a los 46 años tiene un mérito enorme. Pero mi obligación profesional es luchar por igual frente a todos los adversarios”.
Ese testimonio de su verdugo refuerza la idea de que el indio no cometió su principal error en el escenario sino en el hotel, como ya había ocurrido dos rondas antes, cuando fue batido por Caruana. En ambos casos, Anand se empecinó en jugar la variante de la Apertura Inglesa que se ha visto varias veces en este torneo, a pesar de que su sabiduría en cuestión de aperturas es mucho mayor que la de sus rivales más jóvenes, a quienes dobla en edad. Esa obstinación le está costando carísima.
Y además es incoherente. Anand agradeció el jueves por la noche el trabajo de uno de sus ayudantes, el polaco Grzegorz Gajewski, quien le había advertido sobre cuán peligrosa era para las negras la posición que logró tras la apertura frente a Kariakin, a pesar del aspecto de tablas. Ciertamente, el pentacampeón demostró que su analista tenía razón y tumbó al ruso, invicto hasta entonces. Pero lo hizo rozando la perfección: “Estoy muy orgulloso de esta partida”, fue lo último que dijo a los periodistas antes de irse al hotel. Es decir, Anand hizo lo mismo que hubiera hecho Carlsen –de quien tal vez ha aprendido mucho durante los dos duelos entre ambos por el título, como ocurrió con los cinco de Kárpov y Kaspárov-, exprimir con paciencia, tesón y exactitud de reloj suizo una ventaja muy pequeña. Dicho de otro modo, sacó el máximo provecho de la combinación de su enorme experiencia, sabiduría y talento.
Por el contrario, cuando se dedica a preparar concienzudamente variantes agudas de la apertura de moda –justo lo contrario de lo que haría Carlsen-, está renunciando a esas ventajas objetivas que tiene frente a sus oponentes más jóvenes, y se expone a que estos y sus potentes computadoras lo masacren, como le ha ocurrido ante Caruana y Nakamura. Ahora, sólo una milagrosa carambola de resultados le permitiría lograr la proeza de enfrentarse por tercera vez al noruego.
Ese honor corresponderá probablemente a Caruana o Kariakin. Éste ha aprovechado hoy muy bien la alegría con la que juega Véselin Topálov para montar un típico ataque contra la Defensa Siciliana del búlgaro, quien cometió una imprecisión y quedó perdido. El ruso tendrá las negras ante Aronián el domingo, tras el descanso sabatino, y las blancas contra Caruana el lunes en la última ronda. Y está como un niño con zapatos nuevos: “Me he puesto muy contento cuando Topálov ha jugado la Siciliana, porque era justo lo que necesitaba para intentar ganar. Y más aún cuando se ha equivocado, porque mi ataque ganaba de inmediato”.
La jornada pudo haber sido aún mucho más emocionante. No tanto porque Anish Giri logró ventaja con negras ante Péter Svídler y estuvo cerca de ganar por fin tras once empates en un combate que duró siete horas. Sino porque Aronián no vio, en apuros de tiempo, un asombroso sacrificio de torre que hubiera tumbado a Caruana y cambiado radicalmente el panorama de las dos últimas rondas.
Fue una lucha muy tensa de seis horas y media, en la que parecía que Caruana iba a conseguir una clara ventaja, pero Aronián entregó un peón a cambio de la iniciativa y jugó muy bien, situando al ítalo-estadounidense contra las cuerdas hasta que, presionado por el reloj, cometió la imprecisión que tal vez hubiera cambiado el significado histórico del torneo. Pero era una idea muy difícil de ver y calcular para un ser humano, incluso con tiempo.
Esos agotadores dos empates indican que, con toda probabilidad, el próximo retador de Carlsen será un estadounidense o un ruso. Quien tenga los nervios más templados.
Clasificación: 1º-2º Caruana y Kariakin 7 puntos; 3º Anand 6,5; 4º-6º Aronián, Giri y Svídler 6; 7º Nakamura 5,5; 8º Topálov 4.
Nakamura no quiere que triunfe Caruana
“Mi favorito es Kariakin, que está jugando muy sólido, con muy pocos errores, y merece ganar el torneo”, respondió Nakamura durante una breve conversación con EL PAÍS tras batir a Anand. ¿Y quién prefiere usted que gane? “Kariakin”, repitió el estadounidense, confirmando así con toda claridad los indicios de que no su compatriota Fabiano Caruana no es santo de su devoción. Aún añadió un matiz: “En realidad, quien ha tenido más posiciones ventajosas y ha jugado un ajedrez de mayor nivel es Giri, pero esa es otra historia”.
Caruana nació en Miami, de padre estadounidense y madre italiana, luego se trasladó a Nueva York con su familia, y hasta los doce vivió en Estados Unidos. Pero desde que comenzó su trayectoria deportiva internacional adoptó la bandera italiana (tiene doble nacionalidad) a pesar de que primero vivió en Madrid, luego en Buedapest, después en Lugano (Suiza), en función de sus diferentes entrenadores, y nunca en Italia. En mayo de 2015 cambió de bandera y empezó a jugar con la de Estados Unidos.
No se conoce incidente o enfrentamiento alguno entre Caruana y Nakamura. Éste, nacido en Japón pero trasladado a Estados Unidos a los dos años, era el niño mimado del ajedrez estadounidense, y especialmente del mecenas Rex Sinquefeld, cuyo sueño es convertirlo en campeón del mundo, hasta que se nacionalizó Caruana, medio año después de que lo hiciera el filipino Wesley So, tras varios años de residencia en San Luis (estado de Misuri). En consecuencia, EEUU tiene ahora un equipo potentísimo, claro aspirante al oro en la Olimpiada de Bakú (Azerbaiyán), que se celebrará en septiembre. Esa medalla es otro sueño de Sinquefeld.
A medio plazo es probable que Nakamura salga beneficiado de todos esos cambios, porque el ajedrez podría ganar mucha popularidad en su país. Pero todo indica que ahora está muy molesto, y que hubiera preferido que Caruana aceptase la oferta que también recibió de Azerbaiyán para cambiar de nacionalidad.
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