La moneda virtual cambia una vida real
La tranquila existencia californiana de Dorian Nakamoto dio un vuelco el pasado 6 de marzo. La revista ‘Newsweek’ le señalaba en su portada como el misterioso creador de la popular ciber divisa 'bitcoin' que se oculta bajo su mismo apellido. Él asegura que es solo un jubilado enfermo y aficionado a los trenes de juguete
Casi todo gran misterio viene seguido de una gran decepción. ¿Quién mató a J. R.? Todo era un sueño. ¿Y el final de Perdidos? Todos están muertos. ¿Quién es Satoshi Nakamoto? O mejor, ¿es Dorian Satoshi Nakamoto, también conocido como Satoshi Nakamoto a secas, el fundador de la moneda virtual bitcoin?
Satoshi Nakamoto es el nombre de la persona o grupos de personas que hace cinco años crearon esa moneda virtual, la más popular en Internet, con una capitalización de más de 11.000 millones de dólares en la actualidad.
La revista Newsweek afirma haber descubierto a su fundador. Según la publicación, se trata de un ciudadano de 64 años que reside en Calfornia, padece un cáncer de próstata y se llama realmente Satoshi Nakamoto. Con esta información en portada, Newsweek ha vuelto a los quioscos por primera vez desde 2012. El regreso de una publicación que desde que suspendió su edición en papel se daba prácticamente por muerta no ha podido ser más comentada. Aunque solo sean 70.000 los ejemplares a la venta de los millones de suscriptores que tuvo en sus días de gloria. O solo sean 248.000 las visitas que recibe su página web cuando la revista Time atrae 12,1 millones. Para Newsweek, la historia de Nakamoto se traduce como un grito de “estamos aquí”.
La semana pasada, Nakamoto salió de su casa para almorzar y se vio rodeado de periodistas. “No tengo nada que ver con el bitcoin”, dijo a los periodistas. “No sé nada de eso”. La publicación sigue asegurando que dice la verdad. Defiende que ha descubierto al verdadero fundador del bitcoin, al hombre de carne y hueso que se ocultaba detrás de ese nombre que se creía un seudónimo; a alguien capaz de revolucionar el mundo de las finanzas llevando sus ideas libertarias al mercado de divisas y amasando una fortuna de 287,6 millones de euros en el camino. “Muchas de las grandes exclusivas periodísticas han provocado una reacción similar. El debate es parte del proceso democrático y esencial en el ejercicio de la libertad de prensa”, rezaba el comunicado con el que respondía Newsweek. Tras dos meses de investigación, la revista cree haber desvelado el enigma en la figura desaliñada de Dorian Prentice Satoshi Nakamoto, jubilado, padre de seis hijos, amante de los trenes de juguete y el anonimato. Un vecino de la ciudad dormitorio de Temple City, en el condado de Los Ángeles. “Una vida humilde”, resumió un policía a Newsweek.
Muchas grandes exclusivas han provocado una reacción similar. El debate es parte del proceso democrático y esencial para la libertad de prensa
Porque uno espera que el programador que en 2008 sentó las bases de la moneda electrónica en Silicon Valley con los grandes de la Red esté escondido con su fortuna en un lugar, por ejemplo, como Bel Air. Al margen de vivir camuflado entre los cerca de 50.000 Nakamotos que viven en Japón, al tratarse de uno de los 500 apellidos más populares del país. ¿Pero en una anodina casa de dos plantas que necesita una manita de pintura en una ciudad conocida por sus camelias? Eso sostiene Leah McGrath Goodman, la autora del artículo, que forma parte de la nueva redacción de una publicación que —tras 80 años de historia— solo conserva a cinco de sus antiguos empleados en el equipo de 30 periodistas y editores que ahora la componen. “¡Cómo me alegro de no estar al frente!”, soltó la exdirectora de la revista Tina Brown.
Dorian negó tener nada que ver con la moneda virtual, durante una entrevista con Associated Press en la que ni tan siquiera sabía decir bitcoin, divisa que se empeñó en llamar “bitcom”. Por su parte, el supuesto verdadero Nakamoto escribió, en una cuenta que no había vuelto a utilizar desde 2009, esa frase corta y lapidaria que dice: “No soy Dorian Nakamoto”.
Si la investigación de Goodman es cierta, además de descubrir al creador del bitcoin, habría sacado a la luz a un grandísimo actor llamado Dorian Nakamoto. De paso, habría creado un héroe que cuenta con el apoyo de los internautas. Ya le han abierto una cuenta de bitcoin para sufragar los trastornos que el artículo le está causando. Al salir la publicación, sufrió una persecución automovilística de la prensa por las calles de Los Ángeles.
Sobre la cabeza de Nakamoto puede recaer otro tipo de persecución, la fiscal, dada la fortuna que supuestamente posee. Por no hablar del riesgo de sufrir cualquier ataque por parte de algún ladrón avispado. Menos mal que vive en Temple City, la quinta ciudad más segura de California, y que enseguida acudió la policía a su casa para protegerle del asedio.
El otro Nakamoto —suponiendo que no sean la misma persona— tampoco tiene más que decir. Su secreto está bien guardado en el silencio cómplice de sus seguidores. Porque, como se atrevió a comentar Jacques Cabou, de la consultoría legal de muchas compañías de bitcoin, “se trata de un sistema abierto, de persona a persona, y la idea de que un líder tenga el control va contra su ética”. Según Reddit, la publicación digital autodenominada “portada de Internet”, nadie quiere un Satoshi Nakamoto: “Los hombres pueden ser débiles, pero las ideas están a prueba de bala”. Vamos, que sea quien sea Nakamoto, nadie quiere descubrir a otra especie de Julian Assange al final de esta intrigante historia.
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