El terrorismo y el modelo de Estado enfrentan a Rajoy y Zapatero
El líder del PP rechaza la iniciativa de Zapatero para poner fin al terrorismo, porque sería "traicionar al Pacto Antiterrorista y a las víctimas"
El primer debate del estado de la nación entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy ha tenido como principales escenarios de discusión la lucha para acabar con ETA y el modelo de Estado. El cara a cara no se ha salido del guión esperado, aunque el compromiso anunciado por Zapatero de contar con el respaldo de todos los grupos del Congreso para abrir un hipotético proceso de pacificiación en Euskadi ha alterado en parte el transcurso del debate.
Rajoy ha rechazado frontalmente el apoyo de su grupo a la iniciativa esbozada por el presidente del Gobierno, porque abrir dicho ese escenario sería "saltarse la Constitución y traicionar el Pacto Antiterrorista y a las víctimas". Además, ha acusado al presidente de inyectar fuerza a las tesis nacionalistas al promover un pacto en el País Vasco igual al de Lizarra "pero con usted dentro y disfrazado de Ley del Parlamento Vasco". Rajoy está convencido de que el Gobierno ha hecho suyos los objetivos de ese acuerdo y transmite el mensaje de que "está dispuesto a saltarse la Constitución, fulminar la Ley de Partidos, deshacer el Pacto Antiterrorista, legalizar a Batasuna, indultar a los asesinos, amordazar a las víctimas y entrometerse en Navarra". Luego Rajoy ha acusado directamente a Zapatero de romper el Pacto Antiterrorista por no impugnar ante los tribunales la candidatura de EHAK, tal y como reclama insistentemente el PP por su presunta vinculación con la ilegalizada Batasuna. "Usted ha permitido que ETA vuelva a las instituciones", le ha espetado.
Estas críticas las ha hilvanado con las dirigidas al modelo de Estado: "Ha organizado el mayor lío autonómico de los últimos 25 años, ha enfrentado como nunca las comunidades, ha puesto en almoneda la idea de España, ha desguazado la política anterior sin ofrecer alternativas [...] ha traicionado la Ley de Partidos y acaba de meter en el congelador el Pacto contra el Terrorismo". Tras afirmar que el Gobierno se sustenta en Maragall (presidente de la Generalitat) y en Carod-Rovira (líder de ERC), Rajoy ha calificado a Zapatero de "radical" que permite que los republicanos catalanes lleven "la vara alta" en el Gobierno. Rajoy le ha reprochado que desprecie el apoyo del PP para cuestiones de Estado por considerar mejor para "sus objetivos personales que España se hipotecara en manos de una minoría nacionalista".
Luego, en su segundo turno de réplica Rajoy ha retomado las críticas y ha acusado a Zapatero de debatir constantemente en torno a la idea de España: "Aquí se discute la nación, se discute la soberania nacional, todo lo que acordaron los españoles en 1978", ha denunciado. "Habla del diálogo, del talante, dice una cosa y la contraria. Usted está superado por los compromisos que ha adquirido con los que no quieren la Constitución", ha insistido Rajoy en referencia a ERC. "Yo le digo a usted", ha continuado "que reabrir viejas heridas es jugar a romper el consenso constitucional. Usted nos ha llevado a todos a debatir lo que es España. Eso estaba superado y por este camino usted va a ser responsable del mayor fracaso, la ruptura material de la Constitución española".
"Una política tercermundista"
La política exterior del Gobierno también ha sido objeto de los ataques más incisivos de Rajoy, que ha acusado a Zapatero de degradar la imagen de España en el mundo y de practicar "una política inconsecuente y tercermundista hacia América Latina y, en Europa, ruinosa". Como ejemplo, Rajoy ha citado la retirada de Irak, que llevó a cabo "de malos modos", con lo que "todo el mundo entendió que España no respetaba sus compromisos". Ha recordado que Zapatero votó en la ONU a favor de enviar "asistencia" a la fuerza internacional desplazada en Irak y, meses más tarde recomendó desde Túnez a los países que estaban en Irak que imitaran la decisión española. "¿No le suena todo esto un poco antojadizo, veleidoso e inconsecuente?", se ha preguntado Rajoy, para añadir: "Y luego pretende que se le pongan al teléfono".
Sobre la economía, Rajoy ha considerado que Zapatero "se ha cruzado de brazos" y se limita a "vivir de las rentas", pero le ha recordado que no son eternas: "Las cosas, cuando no se hace nada, tienden a empeorar". Rajoy ha insistido en que el líder del PSOE no tiene "nada bueno que atribuirse" en materia económica, aunque admite que "tampoco ofrece nada escandalosamente malo". Según Rajoy, "ha hecho el ridículo" con la vivienda, pues "nunca tan poco ha dado que hablar tanto" y "sólo surgen disparates". "Y no voy a profundizar en el problema porque no quiero ser calificado de cruel". Rajoy ha indicado "dos señales de alerta": el diferencial de crecimiento de los precios con la zona euro y el "brutal" incremento del déficit corriente. Respecto al debate en la UE sobre las perspectivas financieras, Rajoy ha indicado que "ya nos han dado el primer guantazo".
La derecha del año 77
Zapatero ha comenzado su réplica con una clara advertencia a Rajoy: "Llamar a los nacionalistas enemigos de España es un profundo retroceso en el discurso que debería haber en este país, que ha vuelto al 77". El presidente se ha enfadado sobre todo ante una afirmación "inaceptable" de Rajoy, al que le ha pedido que retire porque no lo acepta que "la política del Gobierno es una traición a los muertos". A continuación, el líder socialista ha lanzado un ataque frontal contra el PP: "Desde las elecciones, la actitud de la oposición ha tenido dos etapas. Pasaron los primeros nueve meses haciendo partidismo con el atentado del 11-M y con el terrorismo islamista. Nueve meses levantando cábalas estrambóticas. Cábalas que se desmoronaron porque no respondían más que a la falsedad. Y ahora llevan tres meses haciendo confrontación partidaria con el terrorismo".
Zapatero ha metido de rondón el fantasma de José María Aznar, al señalar: "No sé quién le está empujando en esto, pero le voy a decir que quien sea no quiere bien a los españoles y tampoco a usted". Zapatero ha desgranado los pasos dados por el PP tras su llegada al poder en 1996 para tratar de negociar con ETA el fin de la violencia, que culminaron con una reunión en Suiza: "Le voy a ayudar a recuperar la memoria de su actuación en el Gobierno para que los españoles vean hasta que grado de hipocresía tienen sus tesis". Y ha querido dejar claro que, "convencido de cuál es el deseo de la mayoría de los españoles", lo que piense al respecto al PP no le va a detener en su intento de tratar de "acabar con la violencia sin precio político".
"¿Quién abraza a Fidel Castro?"
Zapatero ha dedicado también una parte de su réplica a las críticas de Rajoy sobre la política exterior: "Le tengo que recordar que yo no conozco personalmente a Fidel Castro, pero sí sé quién le abraza reiteradamente: el fundador de su partido, Manuel Fraga. Estuvieron durante semanas hablando del material militar que España ha vendido a Venezuela. Mi Gobierno no ha vendido armas de fuego a Venezuela. Quien vendió 600.000 cartuchos, 6.000 pistolas y más de 600 granadas de mortero fue el Gobierno del PP. Y tienen una preocupación reiterada por las relaciones con EE UU. La relación funciona. He reconocido que hay una diferencia que arranca de la retirada de Irak. Y es verdad que no he tenido una reunión oficial con Bush. Pero en este año me he reunido cuatro veces con el secretario general de la ONU y me siento muy orgulloso de ello".
"Ha entrado muy poco en economía", ha dicho Zapatero, para añadir: "Comprendo sus razones. Los datos objetivos son elocuentes. Y sus profecías sobre lo que iba a pasar en cuanto a la economía no se han cumplido". A continuación, ha defendido las inversiones del Ejecutivo, con especial mención a Galicia, y ha recalcado la puesta en marcha de sus promesas electorales de carácter social (como la subida de las pensiones mínimas, "un poderoso factor de cohesión social y territorial"). Sobre inmigración, Zapatero ha insistido en que con Rajoy como ministro de Interior se regularizaba a los inmigrantes sin contrato de trabajo, lo que le ha servido para defender el proceso "ético" y consensuado con sindicatos y patronal que acaba de llevar a cabo el Gobierno.
Zapatero ha cerrado su intervención recordando "la sonrisa" de los pensionistas, los homosexuales, las mujeres "protegidas contra la violencia doméstica" y los 700.000 inmigrantes "tratados como personas y no como esclavos". "Ya ve, no son tan malas las sonrisas para esa gente a la que no se ha referido porque ha hablado mucho de España y muy poco de los españoles". "Va a tener que hacer mucho esfuerzo para demostrar que lo que le importa es España y no el Gobierno de España", ha añadido Zapatero.
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