El Banco de España alerta del riesgo de volver a negocios en "la sombra"
El responsable de regulación advierte de que la nueva regulación de Basilea III puede llevar a los bancos a apostar otra vez por la innovación financiera
El director general de regulación del Banco de España, José María Roldán, ha advertido hoy de que los nuevos requisitos de capital de la normativa internacional Basilea III pueden hacer que algunas entidades financieras desplacen su actividad a negocios en "la sombra", al margen de la regulación, y que vuelvan a poner en marcha la ingeniería financiera para esquivar las restricciones que entrarán en vigor desde ahora hasta 2013.
En su intervención en una jornada sobre la banca tras la reestructuración, organizada por el Instituto de Empresa y la consultora PricewaterhouseCoopers, Roldán ha explicado que el "problema fundamental" para hacer cumplir la nueva regulación es que las entidades medirán sus activos de riesgo y, en función de si cumplen los mínimos o no, tenderán en algunos casos a desplazar su actividad financiera del perímetro regulado a un sistema bancario "en la sombra", que está crisis demostró que es "mucho más problemático".
"Sería trágico que pusiéramos un marco regulatorio perfecto sin tener en cuenta el impacto de esa mayor exigencia", ha afirmado Roldán antes de insistir en que se corre el riesgo de que se desarrolle una "innovación financiera" que no sería positiva. Según ha matizado, esta política de buscar siempre la máxima rentabilidad en función de las normas del mercado es "inevitable" y en determinadas ocasiones "puede ser positiva", por lo que "no nos podemos oponer" a ella. No obstante, ha defendido que sí hay que ser capaces de analizar si es sana y ver la proporción de rentabilidad en función del riesgo que se asume con cada producto.
Evitar otra crisis
Con estas palabras, Roldán ha hecho referencia al germen de la crisis financiera que empezó a dejarse ver en verano de 2007 y, un año después, dejó al sistema internacional al borde del colapso tras la quiebra de Lehman Brothers. Entonces, la práctica de las entidades de aglutinar sus créditos sin tener en cuenta la calidad de los mismos, ya que incluían muchas hipotecas concedidas en los años de boom inmobiliario a personas con escasos recursos, y venderlos debidamente empaquetados en los mercados desembocaron en un aluvión de impagos que se extendió por el sistema. Este hecho desató la desconfianza entre los bancos, con el consiguiente recorte de la liquidez a ambos lados del Atlántico. Para ello, las entidades que vendían estos paquetes contaron con la complacencia de las agencias de calificación, que dieron a estos productos su máxima nota pese a incluir activos dañados.
La idea de Roldán es que un mejor conocimiento de cómo funciona el sistema financiero en la sombra puede ayudar "a atajar el problema" para conseguir que en una crisis futura se tenga "un conocimiento exhaustivo de cómo se desplaza el riesgo de un sector regulado a uno no regulado". Por eso, ha pedido abrir de forma inmediata el debate internacional sobre la necesidad de ampliar el perímetro de regulación para incluir más entidades financieras que se dedican a actividades no reguladas.
Pendientes de Basilea III
También ha insistido en que con Basilea III no se ha terminado de definir la regulación, sino que se ha fijado un nuevo camino que hay que recorrer y en el que hay que tener en cuenta que para que la regulación sea buena, debe serlo al mismo tiempo la supervisión que verifica su cumplimiento en la práctica. En cualquier caso, sobre las entidades españolas, ha querido dejar claro que en la tesis del Banco de España de que la implantación de la nueva regulación "no debe preocuparnos en exceso", principalmente porque el negocio del sistema financiero español está centrado en banca minorista.
Pero además, la banca española no se caracteriza por tener grandes diferencias entre los plazos del activo y el pasivo, es decir, aunque las entidades hayan dado hipotecas a largo plazo, se han financiado siempre al mayor plazo que han podido. En cuanto a las entidades que por su tamaño podrían suponer un riesgo para el conjunto del sistema financiero internacional, Roldán ha insistido en la necesidad de prestar atención a ellas, al tiempo que ha alabado que una estructura en filiales es "más segura", especialmente si cuenta con colchones de capital que permitan garantizar la mayor solidez de esas instituciones.
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