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Sacyr sufre pérdidas de 940 millones al dar a la banca el 10% de la petrolera

Los bancos ponen condiciones mucho más duras en el préstamo hasta 2015

Miguel Jiménez

La aventura de Sacyr en Repsol se salda provisionalmente con un rotundo fracaso económico. El grupo constructor pagó 6.525,5 millones en 2006 por hacerse con el 20,01% de la petrolera (una media de 26,71 euros por acción), pero además, se había ido apuntando beneficios no distribuidos de Repsol. De ese modo, en sus cuentas, la participación figuraba contabilizada por 6.986,8 millones el pasado 30 de junio. Sacyr reconoció ayer en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que la entrega del 10% de Repsol a los bancos acreedores en pago de la mitad de su deuda con ellos le genera un resultado consolidado negativo, neto de gastos e impuestos, de 940 millones de euros. Además, el grupo constructor tiene minusvalías latentes de varios cientos de millones en el 10% restante.

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Las pérdidas derivadas de la inversión en Repsol supondrán previsiblemente que el grupo constructor entre en pérdidas en el ejercicio 2011, a punto de cerrarse, pues de enero a septiembre acumulaba un beneficio de solo 120 millones.

A cambio de la venta parcial, Sacyr logra oxígeno financiero para mantenerse en el capital de la petrolera con el otro 10% hasta enero de 2015. Habrá que ver ahora si las buenas noticias de la petrolera y la recuperación económica le permiten rentabilizar ese 10% en los próximos tres años. Eso sí, las nuevas condiciones del crédito sindicado son mucho más duras que las originales, pues la época del dinero abundante y barato ha quedado atrás. En el nuevo préstamo de 2.446 millones, Sacyr ha tenido que pagar, para empezar, una comisión de estructuración o apertura del 2,5% (unos 61 millones). Además, el tipo del préstamo pasa a ser de 350 puntos básicos por encima del euríbor a tres meses (un diferencial que casi triplica el actual, de 120 puntos básicos). Con los tipos actuales, eso supone el pago de unos 120 millones anuales, a los que Sacyr podrá hacer frente con los dividendos de la petrolera (el año que viene recibirá unos 141 millones por su 10%). En cuanto a las garantías, junto al 10% de Repsol, se mantiene la prenda sobre Testa y Valoriza.

La alternativa era peor: el embargo del 20% de Repsol y de Testa y Valoriza en la medida necesaria para que los bancos recuperasen todo el préstamo. El grupo presidido por Manuel Manrique llegó incluso a plantearse acogerse a la ley concursal para evitar esa ejecución de las garantías. Por eso, aunque la venta suponga la plasmación de un fracaso, los inversores se mostraron aliviados con que Sacyr solo hubiera tenido que entregar a la banca el 10% de Repsol, que luego fue comprado por la propia petrolera.

Desde que el grupo constructor presidido entonces por Luis del Rivero se hizo con el 20% de Repsol en el otoño de 2006, ha perdido en Bolsa casi el 90% de su valor. Sacyr llegó cargado de deuda a la crisis financiera, inmobiliaria y económica y la venta de activos no ha bastado para hacer frente a sus efectos.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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