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Reportaje:música

Sexo de Nueva York

Fue fundador de Chic y productor clave de los ochenta. Dotó de sensualidad urbana a Bowie, Jagger o Madonna. Acaba de terminar su autobiografía ('Le freak'), combate un cáncer de próstata y mañana visita Madrid

Diego A. Manrique

Dicen que el guitarrista y productor Nile Rodgers (Nueva York, 1952) vive de las rentas. Bien, si alguien tuviera un currículo similar, seguramente no daría palo al agua. Ocurre que Nile es, como dicen allí, un "alcohólico del trabajo", y ha tenido uno de esos avisos que recuerdan nuestra mortalidad: un cáncer de próstata que combate con determinación y, parece, buenos resultados.

Lo recuerda riendo: "Me llegó en un momento dulce. Acababa de terminar de escribir mi autobiografía, Le freak, y estaba más que orgulloso. Nunca había escrito y la tarea de documentar todo lo que he hecho... ¡guau! Entrevisté a toneladas de artistas que habían grabado conmigo. Esperaba palmaditas, no la noticia de que tenía que pelear por mi vida en el Planeta Cáncer".

Pero Nile siempre fue así: convertía las frustraciones en música positiva y efervescente. Nochevieja de 1977: Nile y su socio, Bernard Edwards, acuden al Studio 54 neoyorquino. Han sido invitados por una reina del local, Grace Jones. Pero sus nombres no están en la lista. Pueden oír la música de su grupo Chic sonando en la pista, pero no entrar en la fiesta. Se retiran al apartamento de Nile, donde se ponen ciegos e improvisan un tema, Fuck off, atacando el elitismo del Studio 54. Rebautizado como Le freak, hoy se deleita recordando que fue "el single más vendido del sello Atlantic".

Chic combinaba elegancia indumentaria con música de alta precisión, disco más funk. Su influencia resulta incalculable: Rapper's delight, el primer bombazo del rap, cabalgaba sobre su Good times, un plagio tan evidente que Rodgers y Edwards se hicieron con los derechos de autor del tema. "Ahora somos el grupo más sampleado del rap. Aquel fue un momento único, eran músicos los que ponían las bases. En Manhattan, ni nos enteramos de lo que pasaba en el Bronx. Hasta que escuchamos al Sugar Hill Gang y nos caímos de culo".

Igual de brusco fue el final de la disco music. Hoy, Nile piensa que hubo más que agotamiento y saturación de la fórmula: "Volvió a la clandestinidad de los clubes para gais y se reconvirtió en house. Lo que pasó fue una reacción del mundo del rock, que se sentía amenazado por el éxito de tantos negros, latinos y homosexuales. De ahí la campaña aquella de disco sucks [la disco apesta]. Aparte de que llegó Ronald Reagan y decretó que se acabó el desmadre, que teníamos que sacrificarnos para asfixiar a la Unión Soviética. Y el sida".

Para Nile, aquel golpe de estado cultural fue una bendición. Con Chic, había producido sísmicas declaraciones de Sister Sledge (We are family) o Diana Ross (I'm coming out). Ahora estaba listo para aportar filo urbano a la música de David Bowie, Mick Jagger, Duran Duran, Madonna, INXS y muchas gentes pálidas más. Se entusiasma: "Cuando inicié el libro, pensaba que había producido a docenas de artistas. Ahora, contando las bandas sonoras, creo que son centenares".

Le ayudaban dos circunstancias. Primero, la abundancia de cocaína de alta calidad: "Era perfecta para mi ritmo de vida... hasta que empecé a perder dedos y claridad mental. Lo dejé en 1994". Segundo, Nile se consideraba un músico de rock: "Podía ganarme la vida tocando en la orquesta del Apollo Theatre, pero lo que deseaba era desmadrarme en un escenario de rock. Eso me hizo muy sensible a la dinámica de un grupo. Más allá de los discos de platino, atesoro lo que hice con Jeff Beck, Dan Reed Network o los B-52's".

Le quedan retos, asegura. "Tengo dos proyectos para Broadway. De hecho, mi autobiografía parte de un posible musical con Chic y mis producciones". Viene a Madrid invitado por la Red Bull Music Academy, donde el lunes ofrece una conferencia a los estudiantes. "¿Mi mensaje? Mantener la pasión por lo que haces. Ya sé que es un tópico pero yo soy incapaz de relajarme, de no hacer nada. Un día sin tocar, sin componer, sin hablar de música... es un día perdido. Y cada vez nos quedan menos días".

Nile Rodgers & Chic actúa mañana a partir de las 21.00 en Kapital (Atocha, 125). Bajo el paraguas de Uptown Sunday Night también se presentan el dúo Tiger & Woods, el colectivo Wonky DJ's, los holandeses Palmbomen y el noruego Joystick Jay.

El músico y productor neoyorquino Nile Rodgers.
El músico y productor neoyorquino Nile Rodgers.

Amigos y cómplices

- Madonna. "Su ética de trabajo es implacable. Con ella, no se perdía ni un minuto. Decía: 'El tiempo es dinero y aquí pago yo'. No sé si habrá cambiado ahora que toca la guitarra".

- David Bowie. "No sé de dónde sale eso de que tiene una enfermedad terminal. Cuando hablo con él, está pletórico, muy en la onda. Y quiere volver a grabar".

- Frank Sinatra. "Aparte de otros muchos trabajos extramusicales, me dediqué a limpiar aviones privados, como el de Sinatra. Muchos años después, su productor, Quincy Jones, me pidió prestados unos aparatos. Cuando fui a entregárselos, Sinatra me reconoció y se quedó impresionado. Fue mi momento de triunfo personal".

- Marta Sánchez. "¿Qué puedo decir? Era muy atractiva y eché el resto con su disco, Azabache. Hasta involucré a Slash, de Guns'N'Roses. Me dicen que no debo mencionarla, que no es cool, pero pasamos buenos momentos"Madrid.

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