Mourinho regaña a la afición

Sumó el Madrid su décima victoria consecutiva. Lo hizo al mediodía. Contra Osasuna y tras endosarle siete goles: su mayor goleada en lo que va de temporada. A la fiesta del estadio Santiago Bernabéu se apuntaron todos: Cristiano, con otro hat-trick; Benzema, Higuaín, incluso Pepe. Di María, con tres asistencias; Arbeloa, con dos. Özil, participando en casi todas las jugadas de gol. Y Sahin, con su regreso a los terrenos de juego, que no pisaba desde el pasado abril. Se apuntó también la afición, que ayer llenó el estadio.

Para José Mourinho no fue suficiente. El portugués criticó a la hinchada madridista cuando le preguntaron qué le había parecido jugar por la mañana y si veía factible disputar un clásico a esa hora. "Si la gente está contenta, yo encantado. Para mí, lo más importante en el fútbol es quién lo compra. El campo estaba lleno y las entradas agotadas desde hace días...", comentó el técnico. Parecía haber terminado la frase, pero no. Hizo una pequeña pausa y añadió: "Quiero agradecer a los pocos que estaban detrás de la portería [la zona de los Ultras Sur] porque si no es por ellos me voy creyendo que el campo estaba vacío".

"Si no es por los de detrás de la portería, me voy creyendo que el campo estaba vacío"

Sí se hizo escuchar Chamartín. El estadio entero aplaudió a Di María cuando se tuvo que retirar en camilla por una rotura muscular. También ovacionó a Sahin cuando entró en la segunda parte. Y a Özil cuando se fue para dejar un hueco a Callejón. Era el minuto 66 y el Madrid iba ganando por 6-1.

La goleada la terminó Benzema. Para Mourinho, el resultado no fue el reflejo del partido. Cuando se gana por tantos goles, "¿cuál es la pregunta que Mourinho se haría a sí mismo?", le interrogó un periodista. "Me preguntaría si el resultado se adapta al partido que hemos jugado. Y no, no refleja nada el primer tiempo. Ha sido difícil. Ellos llegaron muy bien organizados, cerrados atrás y con dos jugadores, como Nino e Ibra, muy rápidos arriba. Nos ha costado un poco entrar en el partido. Podríamos haber marcado ocho o nueve goles, pero es un resultado demasiado abultado para lo organizado que ha sido el rival", explicó.

Osasuna no creó demasiado peligro, pero sí consiguió romper la imbatibilidad de Casillas, que llevaba desde el 15 de octubre sin encajar un gol. De ello se encargó Ibra en el minuto 30.

Fue el gol del empate a uno. Se aprovechó Osasuna de un despiste de los futbolistas blancos para marcar en una jugada a balón parado. Sergio Ramos, Arbeloa y Coentrão estaban protestando al árbitro porque Pepe se encontraba en la zona técnica esperando a entrar tras recuperarse de un golpe. Ni se dieron cuenta casi de que Osasuna acababa de empatar. "¿Le molesta encajar goles así?", le preguntaron a Mourinho. "Lo que más me molesta en el fútbol son las diferencias entre unos y otros. Ayer vi que le sacaban una tarjeta amarilla a Munúa por salir 10 metros fuera de su área para protestar al árbitro. Hay porteros en la Liga que salen 100 metros para protestar y no les amonestan", se quejó. "Contra el Lyon, hace tres semanas, nos anularon un gol por sacar una falta rápida y Xabi Alonso se llevó una amarilla. Y hoy Osasuna ha marcado de falta rápida. Me molesta la diferencia de criterio. Me parece que el árbitro ha hecho un buen partido, pero yo necesito saber si se pueden marcar goles de falta rápida o no. Ya lo dije ese día contra el Lyon: 'Nos marcarán un gol así y no lo anularán'. Y tenía razón", prosiguió.

Lo dijo antes de dejar bien claro, en el día en que Alex Ferguson cumplía 25 años en el banquillo del Manchester United, que él no está para esas hazañas. Porque España no es Inglaterra y porque el Madrid no es el Manchester. "Es un técnico especial y está en una Liga especial. Yo aquí no me veo tantos años... Con la prensa deportiva que hay, la cultura, las necesidades del club de ganar títulos..., no veo posible ni siquiera que me pueda acercar a los 25 años de Ferguson. Es más, con un cuarto hasta me daría por satisfecho", concluyó. Mourinho lleva año y medio en el Madrid y le quedan dos temporadas más.