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Reportaje:

Salvar al lince es un buen negocio

El Life ha facilitado contratos a 500 empresas por valor de 6,8 millones

Todavía hay voces que critican los esfuerzos económicos y humanos que invertidos para salvar al lince ibérico. Pero lograr la supervivencia del felino más amenazado de Europa puede ayudar económicamente a las áreas rurales donde se desenvuelve. Solo con los trabajos de protección llevados a cabo desde 2006 dentro del programa de conservación Life se generaron 29.740 jornales y una treintena de contrataciones estables de especialistas y técnicos.

Además, desde que estos programas se implantaron, se han realizado subcontratas a unas 500 pequeñas y medianas empresas por valor de 6,8 millones de euros, según datos de la Junta de Andalucía y el Gobierno central.

La ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar y el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, presidieron ayer en Montoro (Córdoba) el acto de presentación del tercer programa Life para la conservación del lince. Este plan, denominado Iberlince, ha sido aprobado y financiado con 34 millones de euros por la Comisión Europea. Entre sus objetivos está aumentar las poblaciones de linces de los 270 ejemplares que vivían en 2010 hasta los 450 para 2016. Ello permitiría rebajar un peldaño el grado de amenaza de esta especie.

El nuevo programa pretende llegar a los 450 ejemplares en cinco años

Pero ayer, ni Aguilar ni Griñán dejaron escapar los potenciales beneficios económicos y sociales que pueden disfrutar aquellas comunidades que albergan a estos animales en sus montes mediterráneos. "El lince ibérico se asocia a Andalucía, a los pueblos que han sabido conservar su entorno para que permanezca este tesoro mediterráneo. Y también a los grupos de desarrollo rural y a las empresas que han sabido aprovechar el valor añadido del lince para impulsar las economías locales, crear empleo y difundir los valores paisajísticos, naturales y culturales del territorio", subrayó el presidente de la Junta.

Por su parte, Rosa Aguilar apuntó que la presencia del lince "está generando un importante atractivo en las poblaciones que lo acogen, desarrollando el turismo de naturaleza en un monte mediterráneo que promueve así su flora, su fauna y sus usos tradicionales".

Los trabajos han logrado algo que hace una década parecía una meta casi imposible. Así, se ha logrado duplicar las poblaciones de felinos desde 2002. Tras los éxitos cosechados, y a pesar de que queda mucho por hacer, el programa Life se plantea una nueva y ambiciosa meta: aumentar las áreas de expansión de los linces.

Ahora el programa se define como una iniciativa transnacional entre España y Portugal, que apunta a restaurar la distribución histórica del lince. Desde Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura hasta Portugal.

Asimismo, se busca introducir ejemplares individuales en las poblaciones existentes para aumentar la diversidad genética de las mismas. La endogamia ha sido uno de los principales problemas de estos felinos, especialmente en las áreas más aisladas, como Doñana, donde la movilidad geográfica es muy complicada.

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