Los 145 ex empleados de Primayor esperan ser recolocados desde 2007
La Junta prometió integrar a los ex trabajadores de la cárnica jiennense en Dhul
Los 145 ex trabajadores de la firma jiennense Primayor son los últimos mohicanos del largo túnel en el que se encuentra el que llegó a ser el principal grupo cárnico andaluz. La antigua Cárnicas Molina -creada a mediados del siglo pasado- llegó a emplear en la década de los noventa a más de 1.100 personas, pero tras varios cambios accionariales y la intervención de la Junta, hace dos años certificó su defunción al presentar suspensión de pagos. Desde entonces, el Gobierno andaluz promete de manera cíclica su recolocación en otros grupos industriales, pero el tiempo sigue pasando sin que se haga realidad. Quizá por ello, y para no caer en el olvido, no les ha quedado más remedio que intensificar sus protestas en las últimas semanas y anunciar un nuevo calendario de movilizaciones tras la Navidad.
La empresa madre, Cárnicas Molina, recibió 60 millones en ayudas públicas
Los ex empleados -que han agotado ya sus prestaciones por desempleo- y sus familias se las prometían muy felices cuando en septiembre de 2008 del año pasado el Ayuntamiento jiennense y la Junta escenificaron a lo grande el acuerdo alcanzado con los grupos Dhul y Proasego. Según se dijo entonces, ambos grupos iban a invertir 140 millones de euros en dos plantas de producción en Jaén, que generarían un total de 400 nuevos puestos de trabajo, entre ellos los 145 despedidos de Primayor.
La llegada de estas empresas había sido posible por los incentivos prometidos por el Gobierno andaluz y central y las facilidades para instalarse por parte del Ayuntamiento. Sólo el grupo Dhul ha recibido ayudas de 5,6 millones para la industria de platos precocinados de Jaén. Pero, cerca de un año y medio después, no sólo no han llegado esos proyectos, sino que tampoco han realizado los cursos de formación necesarios para poder reciclarse. "No queremos más engaños, que cumplan lo prometido", recalca Damián Jiménez, uno de los trabajadores más veteranos.
Después de muchas comparecencias echando balones fuera, desde el Gobierno andaluz se ha admitido que el futuro laboral para estos empleados no es nada fácil. La delegada de Empleo en Jaén, Irene Sabalete, ha reconocido que tendrán que pasar al menos dos años para que los dos proyectos de Dhul y Proasego se encuentren a pleno rendimiento, y que los cursos de formación se demorarán todavía unos ocho meses. "Tienen que tener paciencia porque los plazos se han alargado", espetó Sabalete.
"Nos dicen que están poniendo toda la carne en el asador, pero eso ya no nos vale, queremos resultados", señala Manuel López, presidente del comité de empresa en Primayor. López asegura que se sienten agraviados porque la Junta trata de desigual forma a los empleados de Delphi y a ellos. "No sé si será porque somos menos, pero lo cierto es que falta presión política en Sevilla".
En los años noventa, las dificultades económicas de la empresa cárnica motivaron la intervención de la Junta, que asumió el 80% del accionariado. En 1997, la Junta puso al frente de la cárnica a César Braña, ex gobernador civil de Cádiz, que intentó reflotar las cuentas de la empresa con un ajuste de plantilla. Sin embargo, poco después, el Tribunal de la Competencia de la Unión Europea declaró ilegales los casi 60 millones en ayudas públicas recibidas por Molina. La cárnica pasó en 1999 a manos de Campocarne, filial de Campofrío, pero ésta tampoco cumplió sus acuerdos y vendió la empresa a Proinserga, que finalmente presentó suspensión de pagos. "Todas las empresas han querido especular con nosotros", lamenta Jiménez.
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