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Bañuls se pasea por Benidorm a dos días de la moción de censura

Maruja Sánchez estuvo oculta semanas antes del ascenso de Zaplana a la alcaldía - Bañuls recibe muestras de apoyo en Benidorm por la moción de censura

El concejal tránsfuga del PP, José Bañuls, pasea tan pancho por las calles de Benidorm. Nada que ver con la moción de censura de 1991 que aupó a Eduardo Zaplana. Entonces la tránsfuga del PSOE, Maruja Sánchez, tuvo que esconderse y ser escoltada.

A pesar de que el PP intenta calentar el ambiente ante el pleno del próximo martes en el que se debatirá la moción de censura, de los 12 concejales ex socialistas y de Bañuls, contra Manuel Pérez Fenoll, mediante mensajes de móvil y panfletos, en la calle el debate político se muestra entre la indiferencia y la resignación.

Ayer, durante toda la mañana, Bañuls paseó tranquilamente por el centro, recibió decenas de llamadas de apoyo, encontró muestras de solidaridad inesperadas como la de una tendera que no conocía de nada y se le acercó para felicitarle. Nadie recriminó su actitud. Todo lo contrario, hasta un ex concejal del PP con el que coincidió por la calle le animó a seguir su camino político.

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Si algo sorprende del carácter de este benidormense de 40 años, dedicado a los negocios inmobiliarios, es la templanza y serenidad con la que afronta a las situaciones adversas. Ayer se distribuyó por la ciudad un panfleto de 16 páginas atacando a los firmantes de la moción, que presenta a portada completa su foto con el titular "Escándalo. José Bañuls, alias El Tránsfuga".

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Lejos de molestarse, cuando lo hojeó reflexionó sobre la publicidad gratuita que representa para quien pretende acudir a las urnas en 2011 como cabeza de lista de Iniciativa Benidorm. Porque si de algo está convencido es de que el tiempo dejará en su sitio a los que han visto tras la moción una trama urbanística tras un pacto secreto. Hace 10 años Bañuls abandonó el PP porque nadie quería las elecciones primarias. Ahora se ha vuelto a ir, entre otras cosas, porque dice que no estaban cumpliendo el programa electoral con el que concurrieron a las urnas.

A pesar de ser sábado, Bañuls madrugó como cualquier día. A primera hora se dio un baño en la playa de Poniente. Tras el desayuno, fue recoger los periódicos y repasó los titulares. EL PAÍS acompaña a Bañuls durante buena parte de la jornada. En una cafetería se encuentra con su tío, Pepe Bañuls, de 72 años, un hostelero jubilado que iba hacia el puerto para echar un vistazo al barco con el que sale a pescar. La conversación giró, obviamente, en torno a la actualidad política, aunque en un momento concreto viró hacia la pesca con artes tradicionales.

El apellido familiar delata el origen de su linaje. José Francisco Bañuls (Banyuls en catalán) nos citó 36 horas antes de la moción de censura. La convivencia con él transcurrió completamente en valenciano en una ciudad donde nadie parece de aquí.

A los puristas lugareños, como Bañuls, les pesa la tierra que vieron traicionada con la llegada de nuevos empresarios al albur de las leyes urbanísticas valencianas. Los Bañuls se criaron entre el casco histórico y la huerta. Por eso, el ahora concejal tránsfuga fue a un pleno a vaciar un saco de tierra de la zona de Armanello frente al entonces alcalde, Vicente Pérez Devesa, el día que se adjudicó la urbanización de ese sector a Enrique Ortiz, para protestar por la desaparición de una parte de la huerta.

El futuro concejal de Participación Ciudadana acudió a las urnas en 2003 coaligado con el Bloc Nacionalista Valencià. Tiene una vena valencianista que le lleva a reconocer como ilógico que un partido con más de 100.000 votos no obtenga representación parlamentaria. Y acabó en la lista del PP en 2007 de la mano de otra de las familias benidormenses, la Barceló, cuyo patriarca, el ex senador Miguel Barceló, es suegro de Zaplana.

Pero nadie cayó en la cuenta de que durante la Revolución Francesa el collado de la localidad de Banyuls desempeñó un papel esencial para intentar frenar el avance de las tropas españolas que encabezaba el general Ricardos a finales del siglo XVIII. La resistencia de las gentes de Banyuls es todavía para algunos un símbolo del patriotismo francés, y un icono para contrabandistas.

Y ese papel de resistencia de Bañuls a comulgar con la gestión del alcalde ha sido determinante. Casi todos los sectores del partido a nivel local aplauden, aunque de tapadillo, la decisión del tránsfuga. Ahora el PP pasará a la oposición, y aunque la dirección regional ya ha confirmado a Manuel Pérez Fenoll como candidato para 2011, al menos hay otros cuatro dirigentes del PP con aspiraciones a la alcaldía.

La agenda diaria de quien está a punto de propiciar el cambio político en Benidorm no se ha alterado por la proximidad de la moción de censura. Para Bañuls este sábado también fue un día familiar y de fútbol. Comió con sus padres y se fue a ver el partido del Benidorm contra el Mallorca B con la bufanda puesta. En el palco de Foietes están las malas compañías que, según el PP, acunan a Bañuls para que proteja sus intereses. Esas malas compañías son los empresarios Doménech, presidente del Benidorm, y Leopoldo Bernabéu, del Grupo Noticias.

Bañuls no sabe qué hará hasta el martes a las 12 del mediodía, ni siquiera ha decidido si se concentrará con los concejales socialistas antes del pleno. Lo único que tiene claro es que el martes volverá a gobernar. Y que el Benidorm puede ascender a Segunda División.

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