La caída del ladrillo lastra el futuro de Bailén
El nuevo modelo económico propuesto por Zapatero pone en vilo a la comarca
En medio del mar de olivos de la provincia de Jaén, Bailén había hecho de la excepción virtud y había basado su economía en la industria del ladrillo, una apuesta ganadora durante los años de eclosión del mercado inmobiliario. El municipio llegó así a convertirse en el principal foco ladrillero del país, con un 18% de la producción nacional. Pero la construcción hizo crack y llegaron los nubarrones a las 40 industrias locales, la mayoría de ellas sumidas en la actualidad en Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).
Los más optimistas se aferraron a que sería algo coyuntural y que volverían las vacas gordas. Pero no va a ser así. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dejó claro en el último debate sobre el estado de la nación que se ha acabado la época dorada del ladrillo y, tras anunciar que desaparecerá la desgravación por vivienda a partir de 2011, certificaba el nacimiento de un nuevo modelo productivo.
"Dejar el sector de la construcción sería catastrófico", dice la patronal
"Abandonar al sector de la construcción sería catastrófico para Bailén puesto que toda su economía gira en torno al ladrillo de manera directa como indirecta, ya que son numerosas las empresas de reparación, talleres, combustibles, canteras y transporte que giran a su alrededor", advierte el presidente de la Asociación de Ceramistas de Bailén, Juan Soriano. A su juicio, alrededor de la industria del ladrillo giran numerosos sectores que también se verían afectados: cerámica, madera, metal, azulejerías, áridos, cementeras así como los propios bancos que en este sector tienen un importante nicho de mercado. "Abandonar o tratar de minimizar el papel de la construcción en la economía nacional entiendo que no es posible, cosa distinta es que se modere, que sí que puede ser hasta beneficioso", reflexiona Soriano.
Bailén tiene hoy una tasa de paro que supera el 25%, muy por encima de la media provincial y andaluza. Más de 2.000 desempleados, aunque desde otros sectores se duplica esa cifra que no se computa a los trabajadores que están en la actualidad en regulación de empleo ni a los autónomos que han cesado su actividad. A finales del pasado año, coincidiendo con las fiestas navideñas, la mayoría de las ladrilleras del municipio aprobaron expedientes de regulación de empleo de carácter temporal para intentar dar salida mientras tanto al elevado stock de ladrillos sin vender. Los expedientes eran de cuatro o cinco meses por lo que varias empresas están reanudando la actividad en las últimas semanas. Pero, ¿hasta cuándo? "Cuando lleguen las fiestas de julio se aprovechará para hacer otra parada técnica y muchas industrias ya no abrirán sus puertas", vaticina Juan Soriano, gerente de la Asociación de Alfareros, un sector doblemente golpeado por la crisis: si no se hacen casas, menos aún se vende cerámica artesanal para jardines y decoración de interiores.
Excesiva dependencia
Parece evidente que, en el futuro, sólo las ladrilleras más competitivas y las que han apostado por las nuevas tecnologías podrán mantenerse vivas. "Ha sido un error la elevada dependencia económica del municipio de un solo sector. Hay otros potenciales no hemos sabido explotar", admitía el alcalde de Bailén, Bartolomé Serrano, tras la última reunión de la Mesa por el Empleo, un instrumento impulsado por el Ayuntamiento hace tres años para intentar anticiparse a la crisis.
Serrano considera que si el ladrillo va a perder protagonismo en la economía, las administraciones deben impulsar un plan de reindustrialización en Bailén. "Hace falta una auténtica reconversión industrial", confiesa el alcalde, que critica el retraso injustificado de la Junta en la puesta en marcha del Centro de Transportes de Mercancías, una iniciativa pendiente desde 1998.
El Partido Popular, socio de gobierno del grupo independiente al que pertenece el alcalde, ha sido el más crítico con el nuevo modelo de Zapatero. Su portavoz, Martín Olea, dice que las consecuencias para el municipio de Bailén serían "alarmantes". Y llama la atención sobre la paradoja de que la anterior ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, prometiera en las pasadas municipales la creación de un Museo del Ladrillo en Bailén, y ahora Zapatero plantee un "cementerio" para el ladrillo.
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