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Un libro recoge la biografía del carballo gallego "más glorioso"

El árbol, en la parroquia de Mourente, tiene 30 metros de altura

A la sombra del carballo de Santa Margarita, en la parroquia pontevedresa de Mourente, pasó el Padre Sarmiento sus tardes de juegos infantiles. Sus ramas serían testigo mudo de infinitas promesas de amores imposibles de romper, según la leyenda a la que el propio Castelao dedicó una de sus ilustraciones de Cousas da vida. Este "monumento verde" tiene una altura de 30 metros y un perímetro en su tronco medio de unos ocho metros. Ahora se ha convertido en el protagonista del libro O carballo de Santa Margarida del catedrático Carlos Rodríguez Dacal, con la colaboración de Caixanova y el Ayuntamiento de Pontevedra.

El libro narra las vivencias que rodearon a uno de los ejemplares "más rutilantes" de la botánica gallega, en palabras del autor. Ya lo decía Martín Sarmiento: "Santa Margarida de Monteporreiro, que tiene el carballo mayor del Reino".

Ha merecido glosas y ha sido un testigo singular de siglos de Historia de Galicia

Sus orígenes están ligados a un robledal milenario donde los druidas realizaban todo tipo de rituales enmarcados en la Galicia más mística. Un halo misterioso incrementado por los poderes curativos de una fuente, situada en otro tiempo a sus pies y que, según la tradición popular, sanaba a ciegos y leprosos.

En 1846, el infante Enrique de Borbón y dirigentes progresistas gallegos se reunieron bajo su copa con la pretensión de derrocar a la reina Isabel II, de ahí que se le denomine también árbol de las libertades. Como hay quien sitúa el nacimiento del galleguismo en ese encuentro, se le conoce como el carballo del galleguismo, además de carballo del Padre Sarmiento, sanador o amoroso, entre otros.

Durante la Guerra Civil fue testigo de los fusilamientos de la época. El tronco aún conserva las huellas de los balazos que mataron a los condenados colocados de rodillas al pie del árbol.

El culto de los vecinos de Mourente sigue vivo. No permiten que lo hieran o golpeen con acero, rasgos típicos de los cultos paganos. Es el carballo más fotografiado, y aquí Francisco Zagala tiene un papel destacado. También ha sido el más pintado, con Enrique Campos o Manolo Rodríguez Moldes entre los autores de mayor prestigio, e incluso el más cantado, con Sarmiento de nuevo como máximo exponente.

Es el ser vivo de mayor edad de la ciudad del Lérez, de ahí que le llamen también el matusalén de Pontevedra. Ha sobrevivido a incendios y plagas, incluso al huracán que arrasó la ciudad en 1886, aunque a día de hoy su estado es "preocupante", según Dacal. Los expertos sitúan en 500 años la edad de este árbol ligado a acontecimientos históricos y populares que lo han convertido, en palabras del autor, en "el carballo más glorioso de Galicia". Aquí existían 300 millones de ejemplares en 2003, según el Ministerio de Medio Ambiente. Pontevedra destaca por su abundancia y el de Santa Margarita, "gigante con pies de barro", es el más preciado.

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