Cárcel para tres 'okupas' por la brutal agresión a un guardia urbano
La juez imputa a los jóvenes por tentativa de homicidio y atentado
La juez de guardia de Barcelona acordó anoche prisión provisional para tres -Rodrigo L., Àlex C. y Juan P.- de los nueve okupas detenidos durante el enfrentamiento ocurrido en la madrugada del sábado en un local de Ciutat Vella, en el cual un agente de la Guardia Urbana resultó herido de gravedad. La magistrada les imputa un delito de tentativa de homicidio y atentado, supuestamente cometido cuando el agente recibió un golpe en la cabeza propinado con una piedra durante el enfrentamiento.
Los disturbios ocurridos frente al número 55 de la calle de Sant Pere més Baix se saldaron con nueve detenidos de entre 20 y 31 años y cuatro policías heridos que acudieron a la zona para atajar una fiesta ilegal que congregó a 1.200 personas. El agente que salió peor parado fue J. S. D., de 39 años, al que se le diagnosticó traumatismo craneoencefálico y una fractura en la base del cráneo por los impactos recibidos. El Ayuntamiento de Barcelona informó ayer de que el policía se encuentra todavía ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico y que su pronóstico es muy grave, pero estabilizado.
El Juzgado de Instrucción número 18 de Barcelona, en funciones de guardia, tomó ayer declaración a los detenidos. En esa comparecencia, tanto la fiscalía como el Ayuntamiento de Barcelona, personado como acusación pública en el proceso, reclamaron prisión incondicional sin fianza para cinco de los nueve detenidos, aunque finalmente la juez sólo acordó para tres. Los otros seis quedaron en libertad con cargos.
Desvinculación
Los vecinos llevan meses soportando las fiestas ilegales que se organizan de viernes a domingo en ese local y que les causan innumerables molestias. A diferencia de lo que ocurre con otras casas okupadas, este local sólo ha generado rechazo en el barrio porque no ha sido adecentado para su uso cultural alternativo. Incluso el movimiento okupa de Barcelona se ha desvinculado de este colectivo y de las actividades que celebran en el local los integrantes de la llamada Anarko Peña Cultural.
Por otra parte, la Guardia Urbana de Barcelona vigilará el local, de propiedad municipal, para que los okupas no vuelvan a entrar en ese edificio. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, explicó ayer que se ha aislado la parte del local en la que el juez ha permitido la entrada, "y se está a la espera de finalizar el desalojo para acometer el proyecto de equipamiento previsto en el barrio". El uso que se dará al local será el de guardería y un casal que acogerá a diversas entidades.
Los okupas deberían haber abandonado el edificio el 30 de enero, pero no lo hicieron y el pasado viernes, cuando la Guardia Urbana supo que se estaba celebrando una fiesta nocturna ilegal, acudió al lugar para precintar las salas. Una treintena de personas que no habían podido entrar en el local organizaron la batalla campal ante la llegada del furgón policial.
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