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El clima artístico de Els Quatre Gats, en una exposición

"Cervecería, taberna, hostal". Pere Romeu, propietario de Els Quatre Gats, nunca se decidió sobre la definición más apropiada para su local. Lo que es indudable es que éste fue un centro neurálgico de la vida bohemia e intelectual de Barcelona, punto de encuentro de artistas de diversas procedencias y disciplinas. Este entorno artístico y cultural protagoniza la exposición 4 Gats-De Casas a Picasso, que reúne en el Museo Diocesano (Pia Almoina, plaza de la Catedral, 7), hasta el 4 de septiembre, un centenar de obras (pinturas, dibujos, carteles, objetos y documentación) de 36 artistas vinculados al mítico establecimiento. "La exposición se propone reflejar la confluencia de talentos y estilos muy diversos, que convirtieron Els Quatre Gats en un puente de unión entre los padres fundadores, Casas, Rusiñol y Utrillo, y la nueva generación ávida de novedades, representada por artistas como Isidre Nonell y Picasso", explica la comisaria, Charo Sanjuán, que subraya la heterogeneidad de este grupo, integrado no sólo por artistas plásticos, sino también por poetas, músicos y dramaturgos, como Joan Maragall, Isaac Albéniz, Enric Granados, Francesc Cambó y el arquitecto Puig i Cadafalch, autor del edificio de la calle de Montsió, cuyos bajos ocupó el local.

"Además, la exposición se propone resaltar la presencia de artistas que habitualmente no aparecen vinculados al Quatre Gats, como Torres-García, Joaquim Mir y Juli Vallmitjana, y descubrir nombres prácticamente desconocidos, como Eveli Torent, Joaquim Biosca y Francesc Sardà", añade.

Todas las obras seleccionadas, el 85% de las cuales proceden de colecciones privadas, fueron realizadas durante los seis años de vida de Els Quatre Gats, entre el 12 de junio de 1897 y el 26 de junio de 1903. Destaca Carrer de Sitges, de Rusiñol, que estaba colgado en la sala principal, junto a las dos obras de Ramon Casas, símbolo del cambio de siglo: el tándem, que se conserva en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, y el coche, propiedad de un coleccionista barcelonés que no lo presta nunca. Entre los numerosos retratos destacan el de Albéniz realizado por Casas; los de Rusiñol, el doctor Jacint Reventós y Pere Romeu en un campo de lirios, por Picasso, y retratos de grupo pintados por Ricard Opisso.

Tras su presentación en Barcelona, la exposición se podrá ver en el Museo de Arte Moderno de Tarragona del 8 de septiembre al 23 de octubre.

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