Un hombre muerto y dos heridos a cuchilladas en una pensión de Centro

La capital registró ayer un nuevo homicidio, apenas 36 horas después de la última muerte violenta. Un hombre de nacionalidad española, Francisco Vargas Navarro, de 23 años, fue detenido por agentes de la comisaría de Centro acusado de haber matado de una cuchillada en la arteria femoral a Sixto Espinosa Coca, un boliviano de 49 años, regente de una pensión de la calle del Doctor Cortezo. El supuesto homicida se negó a pagar el servicio a una prostituta, que, presuntamente, es la esposa del fallecido, según varios allegados. A raíz de eso, se originó una reyerta que se saldó con dos heridos más.

A las 16.55, el teléfono de Emergencias 112 recibió una llamada en la que pedían auxilio porque había personas heridas en la pensión Cueto, en el quinto derecha del número 15 de la calle del Doctor Cortezo, junto a la plaza de Tirso de Molina. Cuando acudieron unos policías de la comisaría de Centro se toparon con una persona muerta. Junto a la víctima estaba Antonio Manuel Correira Pereira, de 35 y origen portugués. Éste sufría tres heridas inciso-contusas en la parte izquierda del abdomen, el tórax y la pierna izquierda, por lo que fue trasladado en una UVI móvil del Summa al hospital Clínico.Según las primeras investigaciones policiales, el móvil del crimen fue el intento del supuesto asesino de no pagar los servicios de la prostituta. El presunto homicida, Francisco Vargas, residía en la tercera planta del número 15, en la pensión Florida. Subió a media tarde a la pensión Cueto a ver a la mujer y, tras mantener con ella una relación sexual, se negó a abonar el dinero acordado. Entonces, llegó el marido de ésta, Sixto Espinosa, y le exigió que pagara. Se inició una discusión entre ambos y el primero decidió resolverlo de manera rápida: sacó una navaja en forma de mariposa y apuñaló a la víctima, según fuentes de la investigación.

En la refriega se metió por medio el herido, Antonio Manuel Correira, que acabó con tres cuchilladas en el costado izquierdo. El supuesto homicida salió corriendo de la pensión, dejando a sus víctimas malheridas. El dueño pereció instantes después debido a la gravedad del corte en la femoral, que le hizo desangrarse en cuestión de minutos.

Los agentes que se desplazaron al lugar tomaron declaración al herido y a las personas que presenciaron la reyerta. Éstos facilitaron la descripción del presunto homicida, lo que comunicaron los agentes por radio al resto de efectivos que estaban en la calle. Unos agentes localizaron al supuesto asesino en las inmediaciones. Aún llevaba las ropas manchadas de sangre. La navaja, con restos de sangre, fue hallada cerca, según una portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. "Es una persona muy tranquila, que trabaja como camarero en un bar de Centro y que tiene un carácter muy tranquilo", señaló Miguel de Benito Sánchez, el compañero de habitación del detenido. Éste, nacido en Mérida (Badajoz), llevaba unos seis meses residiendo en la pensión Florida. Tiene un antecedente por atentado contra agente de la autoridad.

Tercer herido

Cuando los agentes estaban tomando declaración y procedían al levantamiento del cadáver, solicitaron que acudiera de nuevo a la pensión una ambulancia del Summa, ya que otro cliente del establecimiento, de 37 años, había resultado herido leve en el abdomen. Fue trasladado al hospital Clínico.

Fuentes cercanas al fallecido señalaron que la pensión, que consta de siete habitaciones, había estado regentada hasta hace poco más de un mes por una mujer que decidió traspasarla al boliviano asesinado ayer. "Son frecuentes los problemas y raro es el día que no viene la policía varias veces a una u otra pensión. No se puede ni dormir de los problemas que hay", señalaron varios vecinos. El hijo del fallecido, de unos 10 años, ajeno a lo que había pasado, llegó a la pensión sobre las nueve de la noche con su perro salchicha Campeón.

Este homicidio eleva a 56 las muertes violentas registradas en la región en lo que va de año, frente a las 99 con que se cerró el año pasado.