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Entrevista:JOSÉ MARÍA DELGADO | Neurocientífico

"Mucha de la investigación sobre el cerebro no es ciencia, sino literatura"

José María Delgado (Sevilla, 1945) dirige el grupo de Neurociencias de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, uno de los más importantes de la especialidad de España. Su equipo acaba de publicar en la revista Journal of Neuroscience un trabajo que explica el mecanismo neuronal que permite mantener los ojos fijos hacia un estímulo visual. Delgado, que habla con un suave acento sevillano, de forma tranquila y didáctica, explica que mucha de la llamada neurociencia es, en realidad, sólo literatura.

Pregunta. Dígame algo nuevo sobre el cerebro.

Respuesta. Es difícil porque sabemos poco. El cerebro es muy complicado, pero no debido a que tiene millones de neuronas. El cerebro es complicado porque tiene distintos tipos de neuronas que nosotros no tenemos ni idea de lo que hacen. Sólo hay tres o cuatro tipos que podemos explicar cómo funcionan. Si cojo a unos cuantos periodistas de EL PAIS y les explico la fisiología de la motoneurona, algunos lo pueden entender porque conocemos el mecanismo. Del resto diremos que coordinan, regulan, integran... Eso no es fisiología, no es ciencia. No van a hacer lo contrario, no van a desintegrar o desregular.

"Durante el movimiento del ojo no se ve nada aunque uno no se da cuenta"
"Sólo podemos explicar cómo funcionan tres o cuatro tipos de neuronas"

P. Acaba usted con mucho de lo que se sabe por ejemplo de las áreas de asociación.

R. ¿Qué hacen? ¿Asociar? ¿Y eso qué es? No es suficiente. Mucha de la investigación sobre el cerebro no es ciencia, sino literatura. Hay que entender las estructuras una a una y detallar su funcionamiento fisiológicamente. Ése es el trabajo del futuro en neurociencia. El problema es que los experimentos son complicados.

P. Es más sencillo ver con una tomografía de emisión de positrones (PET) qué zona del cerebro se activa con una tarea.

R. La pregunta que se hacen muchos científicos es ¿dónde ocurre esto? Y no ¿cómo ocurre? Volvemos así a la teoría de que cada parte del cerebro tiene una función determinada, clara y aislada y no es así. Démosle la vuelta al experimento. Tomemos un gato con un electrodo en alguna parte del cerebro, cualquiera. Si el animal repite un movimiento, siempre el mismo, en algún momento se activará la zona a la que le has conectado el electrodo. Pero eso no significa que esa zona controle el movimiento. Como se dice en Alicia en el país de las maravillas, "si caminas lo suficiente llegarás a cualquier parte". No se pueden hacer estudios sólo con el PET, hay que hacer fisiología con animales.

P. Conclusión: el cerebro no funciona por piezas.

R. El cerebro, una vez puesto a funcionar, no funciona por piezas. Eso no quiere decir que en cualquier actividad se utilice todo el cerebro. Lo que digo es que no entiendo que se intente aislar todas y cada una de las acciones y emociones. El otro día leí que habían encontrado el núcleo de la frustración. Dudo de que exista. Sí hay lesiones en una zona concreta que afectan a actividades concretas, pero no es lo normal. Eso significa que en esa zona hay unas neuronas que hacen algo que las demás no saben hacer. Lo importante es conocer su actividad, no cuántas hay en funcionamiento. Hay movimientos que un conejo nunca podrá hacer y que un pez, con un cerebro más pequeño, sí puede hacer. No importa el tamaño.

P. Ustedes estudian el sistema que regula el movimiento del ojo, ¿por qué?

R. Porque se puede estudiar mejor que otros. Además es muy estable desde el punto de vista evolutivo. Hasta los peces tienen ojos muy parecidos a los humanos. El sistema motor varía mucho: brazos, patas, aletas, alas. Todo el sistema motor ha cambiado menos el del ojo. El ojo ha permanecido muy definido desde hace 500 millones de años. Es un sistema muy primitivo y perfecto.

P. En su último estudio, publicado en Journal of Neuroscience, describen el sistema neuronal que permite fijar el ojo en la órbita para ver un objeto.

R. Hemos descrito un sistema en una zona del cerebro llamada núcleo prepositus hipoglossi que se activa cuando hay que dirigir le ojo hacia un estímulo. En ese momento se dispara una señal de acetilcolina, que es el neurotransmisor que regula todo el proceso a través del receptor tipo M1. Es la primera vez que se explica de forma realista cómo las neuronas fijan la posición del ojo hacia un estímulo visual. Hay científicos que dicen que eso es una propiedad del circuito nervioso de la corteza cerebral, pero eso son palabras vagas. Lo bueno de la corteza es que, como no sabemos cómo funciona, cada uno le puede asignar la función que más le guste. El experimento es complicado, pero el mecanismo es simple.

P. ¿Cómo funciona?

R. Para ver un objeto, éste tiene que estar fijo sobre la retina y hay dos maneras: o el ojo está fijo sobre el objeto, o el ojo y el objeto se mueven a la misma velocidad. Así vemos los primates. Los conejos, por ejemplo, sólo ven bien lo que se mueve. Cuando miramos a un lado para ver un estímulo, las neuronas determinan la velocidad de movimiento por un brote de actividad y esta información pasa a otro tipo de neuronas, que producen una señal mantenida que hace que el ojo se quede quieto. Creemos que el ojo se queda fijo usando el mecanismo de la memoria de trabajo, la que se usa sin pensar en tu vida diaria. Uno no recuerda que ha cogido una grapadora y que ha grapado los papeles.

P. ¿Cómo llegaron a estas neuronas?

P. Sin acetilcolina en el sistema, el ojo no se fija.

R. En oscuridad, el ojo está en cualquier sitio. Uno cree que mira a un lado, pero el ojo se viene al centro de la órbita a una velocidad fija porque no existe esta señal de acetilcolina.

P. ¿Qué se sabía hasta ahora?

R. Había modelos matemáticos que explicaban la velocidad de movimiento del ojo, pero las neuronas no entienden de integrales. No se conocía el mecanismo.

P. ¿Es un mecanismo rápido?

R. ¿Cuánto tarda un corredor de 100 metros en arrancar después del pistoletazo? Unos 200 milisegundos. El ojo tarda en fijarse tras un estímulo visual unos 150 milisegundos si se hace voluntariamente. Desde que uno piensa "voy a mover el ojo" hasta que lo mueve, pasan 150 milisegundos.

P. ¿Qué ocurre durante el movimiento?

R. Durante el movimiento del ojo no se ve nada aunque uno no se da cuenta. Para ver durante el movimiento, el mundo entero tendría que moverse a la misma velocidad. Durante los 100 milisegundos del movimiento del ojo, se guarda una imagen de lo que uno estaba viendo.

José María Delgado, en su laboratorio de la Universidad Pablo de Olavide.
José María Delgado, en su laboratorio de la Universidad Pablo de Olavide.ALEJANDRO RUESGA

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