'Todo lo que cantamos es real', afirman Los Tigres del Norte, reyes del 'narcocorrido'

Barcelona acoge esta noche la primera actuación en España de una de las más grandes instituciones de la música latina: Los Tigres del Norte. Con tres décadas de intensa carrera a sus espaldas, el grupo mexicano afincado en California llega con un doble disco recopilatorio: 30 grandes éxitos (Freequency / Gran Vía Musical). Los Tigres actuarán mañana en Alcoi; el día 11, en la sala La Riviera de Madrid; el 12, en la plaza Mayor de Salamanca; el 14, en Lesaka (Navarra), y el 17, en el Bilborock bilbaíno. 'Todo lo que cantamos es real', afirman los reyes del llamado narcocorrido.

Cuatro de los fundadores del grupo a final de los años sesenta siguen en la carretera: los hermanos Jorge, Hernán y Eduardo Hernández y su primo Óscar. Hace unos años se unió a la banda su otro hermano, el joven Luis, mientras que otro de los míticos integrantes del grupo, el saxofonista Lupe Olivo, lleva más de un año sin poder actuar a causa de una enfermedad pulmonar.

'No hemos buscado un sustituto porque se curará y cuando pueda volver, aquí tiene su sitio', explica Jorge Hernández, voz principal, acordeonista y alma de Los Tigres del Norte. 'Afortunadamente nos llevamos muy bien', afirma. 'Descendemos de una familia muy humilde que nos dio una educación muy básica, de pueblo pequeñito: mantener la familia unida y ayudarnos.

En muchas de sus canciones, Los Tigres del Norte han cantado a la emigración mexicana y muy especialmente a la ilegal, los llamados mojados, pero la suya fue una emigración casi casual. 'Acabábamos de formar el grupo, éramos unos niños', recuerda Jorge Hernández. 'Actuábamos en la frontera y nos unimos a una caravana de artistas que el Gobierno norteamericano había contratado para actuar en diferentes prisiones de California. Llegamos por tres meses y llevamos ya 30 años'. Hasta el nombre del grupo surgió de la casualidad y de la inventiva de un inspector de inmigración norteamericano que al controlar los papeles en esa primera vista les preguntó por su nombre. 'No teníamos nombre. Así que, como éramos unos niños, nos dijo que en California a los críos les llaman cariñosamente little tigers, así que apuntó Los Tigrillos que van al Norte'.

Treinta años en California no han servido para cambiar ni el pensamiento ni la esencia de estos músicos. 'Conservamos las mismas raíces que teníamos en México', prosigue el líder de Los Tigres del Norte. 'Cuando vuelvo a México visito mi rancho, me veo con mi gente y nunca pierdo ese contacto que me permite no desubicarme'.

A pesar de que entre sus más de quinientas canciones grabadas Los Tigres del Norte han tocado muchos y muy distintos géneros de canción mexicana, son sus narcocorridos los que les han propulsado a las primeras páginas de la actualidad. 'Tal vez hablar de narcocorridos sea correcto pero nosotros preferimos hablar de corridos, de historias de la vida real. Nuestros corridos son blancos, muy diferentes a los de otros que utilizan palabras duras u ofensivas que perjudican. Nosotros podemos decir lo mismo pero con otras palabras. El pueblo nos cuenta historias como si fueran telenovelas y nos piden que las cantemos'.

'No creo que se exalte un tipo de delincuencia', continúa. 'Son historias que se cuentan para que todos tomemos conciencia de lo que está pasando. Podría ser que algún niño, igual que ahora quiere ser Spiderman, se deslumbrara por las historias de esos personajes pero se trata de madurar y crear tus prototipos positivos y negativos, ver el bien y el mal y decidir. Nosotros presentamos una historia verdadera y cada uno la interpreta a su manera, al público le corresponde decidir'.

Ese intento de no tomar partido se diluye totalmente cuando se trata de corridos de índole social y política con ataques directos al Gobierno mexicano, por lo que algunas de sus canciones están prohibidas en su país de origen. 'Esas canciones hablan de hechos que han sucedido, todo lo que cantamos es real, no hay nada ficticio. Son historias que el público conoce, que el pueblo sufre'.