Los nacionalistas vascos ceden el Parlamento de Vitoria para que se reúnan los kurdos en el exilio

Los 65 miembros del autodenominado Parlamento kurdo en el exilio podrán reunirse en la Cámara de Vitoria el próximo mes de julio, según el acuerdo adoptado ayer por la Mesa parlamentaria con el apoyo de los tres partidos nacionalistas, el PNV, EA y EH, y con la oposición del PP y el PSE-EE. El presidente de la Cámara, Juan María Atutxa, pidió respeto a una decisión que, según dijo, "ha sido fruto de una reflexión serena". En Madrid, el Ministerio de Asuntos Exteriores "lamentó" la decisión, que había desaconsejado y que, afirmó, perjudica las relaciones de España con Turquía.

El primer ministro turco, Bulent Ecevit, declaró ayer, en Ankara, que la decisión "da alas al terrorismo kurdo" y que una reunión de esas características está en contra de "la alianza y la amistad turco-española".La patronal vasca y el Círculo de Empresarios, cuyas sociedades pueden ser víctimas de la represalias del Gobierno turco, también expresaron su disgusto por la decisión de la Mesa del Parlamento de Vitoria.

En Madrid, un portavoz de Exteriores "lamentó profundamente la invitación", recordó que "había desaconsejado su celebración" y subrayó la importancia de "preservar las estrechas relaciones que existen con Turquía". Además, precisó que, ante esa reunión, se aplicará estrictamente la ley y no se facilitarán visados a aquellas personas vinculadas a organizaciones terroristas.

La Asamblea o Parlamento kurdo en el exilio es una creación del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), al que la diplomacia española considera responsable de haber cometido "atentados terroristas". Exteriores, sin embargo, no podrá impedir la entrada a España de muchos de los miembros de la autoproclamada Asamblea, ya que residen como refugiados políticos en países de la Unión Europea y no necesitan ningún visado para cruzar las fronteras.

El Parlamento vasco recibió en enero la primera petición de los kurdos en el exilio, lo que alarmó al Gobierno turco. La Cámara aplazó entonces su decisión y, el pasado 18 de enero, su presidente, Juan María Atutxa, se reunió con el embajador turco, Gun Gur, y con Santiago Cabanas, jefe del gabinete del ministro Abel Matutes.

Esta semana, la Asamblea del Kurdistán en el exilio remitió un nuevo escrito solicitando autorización para viajar a Vitoria.

El vicepresidente primero del Parlamento y secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, explicó que su grupo se opuso porque "es un precedente un tanto irregular" que pone "en peligro las relaciones comerciales y diplomáticas".

En similares términos se pronunció el secretario primero de la Mesa y diputado socialista, Manuel Huertas: "No se puede confundir la solidaridad activa con las justas aspiraciones del pueblo kurdo, que el Parlamento vasco ha expresado reiteradamente, con la celebración de actos que interfieren negativamente en el ámbito de las relaciones internacionales, que son competencia exclusiva de la Administración central".

El PNV, por su parte, justificó el apoyo a la demanda kurda porque "Turquía no cumple con los requisitos mínimos para ser definida como un país democrático" y vive en un "régimen represor tutelado por los militares". Para los nacionalistas, el uso de la violencia de los kurdos es una respuesta utilizada "como último recurso para evitar la consumación de su genocidio".

Por su parte la Confederación Empresarial Vasca (Confebask) manifestó su profundo "malestar y disgusto" por la decisión adoptada y alertó sobre el "grave perjuicio" que supondrá para la economía vasca.

La patronal vasca recordó que hay un gran número de empresas que, "tras muchos años de esfuerzos", se han introducido en el "difícil" mercado turco, que hoy ocupa el puesto vigésimoprimero entre aquéllos a los que exportan sus productos. Turquía es uno de los mercados emergentes con "mayor potencial" de futuro para las sociedades vascas, que exportan cerca de 11.500 millones de pesetas a ese país.