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ELECCIONES, EL 22 DE JUNIO

Un encaje de bolillos llamado 'operación reformista'

Miquel Roca ha debido superar dificultades y contradicciones para poner en marcha el PRD

"Todo lo ha hecho bien". Con estas palabras, el presidente del Partido Reformista Democrático) (PRD), Antonio Garrigues Walker, calificaba recientemente la obra, de Miquel Roca, inspirador de la operación política que lleva su nombre. Garrigues, el gran sacrificado en esta operación, parecía hacer referencia no tanto a los resultados de la misma -aún pendientes del definitivo veredicto de las urnas- cuanto a las dificultades de toda índole que han debido superarse para lograr presentar a Roca, en la publicidad electoral del PRD, como Por fin, la alternativa.

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La operación reformista es, en realidad, un complicado encaje de bolillos tejido por Roca en tres años. El encaje ha sido el signo del partido desde su creación, a partir del pequeño Partido Demócrata Liberal de Garrigues, hasta la constatación de que Roca no tenía la menor intención de pasara militar en la nueva formación auspiciada por él, abandonando la dirección "por delegación" de Convergencia Democrática de Catalunya. Así, se da el caso de que ni el cabeza de lista de la operación en Barcelona (el propio Roca), ni el de Madrid (Federico Carlos Sainz de Robles) militan formalmente en el PRD; Sainz de Robles, ex presidente' del Consejo General del Poder Judicial, fue fichado a última hora, tras no pocos meses de conversaciones y contactos, y dejó relegado a Garrigues al segundo lugar en la candidatura madrileña.El ensamblaje legal en la operación reformista de CDC y, anteriormente, de Coalición Galega tampoco fue cosa sencilla -máxime cuando una parte de los socios gallegos intentó sacudirse el yugo de Roca tras las elecciones autonómicas del pasado mes de noviembre-, ni fácilmente aceptada por los comentaristas políticos. Menos traumático resultó, en cambio, explicar, cómo autotitulados socialdemócratas -comenzando por el propio Roca y continuando por Juan Antonio García Díez y Carlos Bustelo, por ejemplo- se incluían, de hoz y coz, en un partido considerado el socio español de la Internacional Liberal.

"El futuro soy yo"

Sin embargo, pese a las aparentes complicaciones y contradicciones de este encaje de bolillos, prácticamente inédito en España, y pese, también, a las malas noticias aportadas por los sondeos, que indican que el reformismo es aún poco conocido entre los españoles, las primeras impresiones muestran que Roca está logrando llevar el barco a buen puerto. "Adolfo Suárez es la historia, yo soy el futuro", suele decir el hasta ahora portavoz de la Minoría Catalana.

Aparentemente, buena parte del poder económico piensa lo mismo y, mientras el ex presidente del Gobierno se ve estrangulado por la falta de créditos, la campaña de Roca se verá nadando en la abundancia. También algunos políticos, procedentes de la extinta UCD y hoy militantes en la Coalición Popular, parecen intuir que Roca tiene porvenir en esta carrera, y ya han apalabrado "conversaciones" para después del 22 de junio, aunque "habrá que ver los resultados".

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