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Mourinho empieza a ajustar cuentas

El técnico defiende su trienio blanco y ataca sin nombrarlos a Casillas y a Cristiano "Si hubiera sido más contundente habría traído a Diego López al final de la primera temporada”, dice

Ladislao J. Moñino

Desde hace varias semanas algunos jugadores del Real Madrid han empezado a contar los días que pueden quedarles bajo las órdenes de José Mourinho. “Paciencia, tranquilidad y que se vaya con viento fresco”, es una de las frases que se repiten durante los últimos días entre algunos futbolistas. Parte del plantel dice saber que desde hace tiempo el mánager tiene un acuerdo con el Chelsea y que, si finalmente este se concreta, solo es cuestión de esperar al próximo 30 de junio para empezar a una nueva etapa. Pero Mourinho no está dispuesto a que la transición final sea cómoda para aquellos que le han cuestionado sus métodos de jefe de clan, en el campo y en el vestuario.

Ayer, tras el aluvión de críticas recibido después de la tercera eliminación consecutiva en las semifinales de la Liga de Campeones, Mourinho decidió ofrecer una rueda de prensa. No se le esperaba, pero, como siempre que considera que tiene algún mensaje que transmitir, compareció ante los medios. Se presentó pasado el mediodía para defender su balance como entrenador del Real Madrid y en el transcurso de ese repaso a su bagaje atacó, sin nombrarlos directamente, a Iker Casillas y a Cristiano Ronaldo.

Con el primero escribió un capítulo más de un desencuentro que es de dominio público desde que el capitán decidiera no seguir contribuyendo a convertir cada clásico con el Barcelona en una batalla en la que todo valía con tal de ganar. “Si hubiera sido más determinado, más proactivo, más contundente, hubiera traído a Diego López al final de la primera temporada, lo pedí, pero no hice lo suficiente”, se lamentó Mourinho cuando fue preguntado por si cambiaría alguna de las decisiones que ha tomado en su trienio en el banquillo madridista.

No se le esperaba, pero como siempre que quiere dar un mensaje, compareció

A Cristiano Ronaldo le culpó de que el equipo se despidiera de la Liga en las primeras jornadas del campeonato. “Empezamos la Liga tristes y cuando tienes un adversario que es difícil que pierda puntos y le das la ventaja, después es difícil de llegar. Y así ha sido”, respondió con ironía Mourinho al ser cuestionado sobre si le hubiera gustado pelear más el título liguero. “Estoy triste”, fueron las palabras que pronunció Cristiano en septiembre cuando se le veía deambular por los terrenos de juego sin esa ambición y competitividad con la que suele emplearse.

La andanada contra el jugador que en el club consideran “el buque insignia del proyecto” ha llegado solo tres días después de que Cristiano se desentendiera del futuro del técnico minutos después de que se consumara la eliminación europea ante el Borussia de Dortmund en el Bernabéu. “Me preocupo de mí y del Real Madrid”, dijo el goleador portugués.

Poco dado a reconocer errores, el mánager remarcó cada palabra para reprocharse algo por primera vez en público. La mayor autocrítica que se le ha escuchado en su trienio al frente del Madrid ha sido la que se le escuchó ayer pausando cada una de las cualidades que dijo haber echado en falta para haber contratado antes a Diego López. De alguna manera, Mourinho dio a entender que Casillas hubiera ocupado el banquillo antes si él mismo hubiera actuado en los despachos con la misma fuerza que se empleó para lograr la salida Jorge Valdano.

"Empezamos la Liga tristes. Y así es muy difícil llegar", ironizó el entrenador

El rechazo entre entrenador y portero es mutuo. No se aguantan. Casillas considera que sus suplencias no tienen que ver con motivos deportivos, que responden a un conflicto personal y el mánager opina que, aparte de no entrenarse bien, el portero le ha traicionado, ha encajado goles que se podían parar en algunas de las derrotas y ha querido gozar de privilegios frente al resto de sus compañeros por ser capitán y uno de los símbolos del madridismo. “Los problemas existen cuando uno cree que está por encima del resto”, abundó indirectamente sobre Casillas.

Mourinho quería añadir en su currrículo que ha sido el entrenador capaz de sentar al capitán y al que es considerado el mejor portero del mundo. El Borussia Dortmund evitó que pudiera presumir de haber conquistado la décima con Diego López bajo los palos y Casillas en el banco.

Si algo ha definido al Madrid de Mourinho que acabó con la hegemonía liguera del Barça es que su armazón claramente empezaba por la fiabilidad de Casillas y acababa por la voracidad goleadora Cristiano. Los dos han sido decisivos en los títulos conquistados bajo la dirección de Mourinho, esa Liga de los 100 puntos, una Copa y una Supercopa.

“Los problemas surgen cuando uno cree que está por encima del resto”, afirmó

El enésimo discurso incendiario de Mourinho llegó rápidamente a las altas instancias del club, donde se interpretó según filias y fobias. Aunque el entrenador dijo no haber tomado aún la decisión sobre su futuro —“primero lo sabrán mi mujer y mis hijos”, afirmó—, algunos directivos piensan que en las tres semanas largas que le quedarían en el cargo, el mánager tendrá críticas para todo aquel que considere que las merece o tenga cuentas pendientes con él. Otros dirigentes son más diplomáticos y elaboran un discurso más conciliador. “En el Real Madrid hay libertad de expresión, José Mourinho es muy grande como entrenador”, le defiende un directivo a la vez que reflexiona sobre sus palabras: “Yo, a veces, no estoy de acuerdo con lo que dice, pero parece que todo lo malo que pasa en el Real Madrid es culpa de él, y no, el Real Madrid somos todos, en lo bueno y en lo malo. Mourinho es solo el entrenador. Si ha atacado a Casillas, que es nuestro capitán, y a Cristiano, que es el buque insignia, yo les defiendo a muerte, igual que a él”.

Que Mourinho salió dispuesto a defender su obra como inquilino del banquillo del Bernabéu lo delató la chuletilla en la que llevaba escrito el nombre de los 18 técnicos que en 21 años habían ocupado el cargo antes que él. “La Liga de los récords, es mía, vais a querer borrarla [dijo en alusión a la prensa], pero solo lo conseguiréis cuando llegue un equipo que haga 101 puntos y a ver cuándo llega ese equipo. La Copa, la ganamos después de 20 años, no debe ser fácil, tampoco. La Supercopa es pequeñita. Las tres semifinales de Champions, no me alimentan el ego, pero tampoco debe ser fácil”, dijo antes de relatar a todos sus predecesores en el cargo. “Dieciocho entrenadores y cinco semifinales de Champions, el malo de Mourinho, tres años tres semifinales en Champions, y no es fácil, pero repito no soy entrenador de egos, no soy entrenador de casis y la Liga de los 101 puntos es mía”, recalcó, cuando el miércoles, había afirmado justo lo contrario: “Si no eliminamos al Dortmund será un fracaso mío y la Liga de los 100 puntos del Real Madrid”. En su relato de logros, José Mourinho obvió que de esas cinco semifinales, cuatro fueron con Vicente del Bosque, que ganó dos para darle al club la octava y la novena Copa de Europa, y que otra, con Heynckes, sirvió para darle la séptima al club 32 años después.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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