“Si Messi encara sientes de todo”
El portero del Getafe fue uno de los pocos que consiguió salir imbatido ante el Barça el año pasado
Fue de los pocos que consiguió salir imbatido ante el Barça el año pasado. En el último minuto del partido en el Coliseum (1-0), Miguel Ángel Moyá (Mallorca, 1984) se encontró solo ante Messi, pero aguantó el tipo, agigantó su figura y tuvo suerte. El remate del argentino se estrelló en el poste y el Getafe firmó una campanada que espera repetir hoy (20.00, C+Liga) tras haber tumbado ya al Madrid hace tres semanas.
Pregunta. ¿Qué se siente cuando a uno le encara Messi?
Respuesta. De todo. Intentas jugar al engaño en décimas de segundo, encogerle la portería, taparle, distraerle, incomodarle.
P. ¿Cómo se hizo portero?
R. De pequeño era el más grande de la cuadrilla y cuando empecé a jugar me colocaron en la portería porque tapaba más.
P. ¿Sus referentes?
R. En la época dorada del Mallorca de Cúper yo estaba en la cantera y Roa era el ejemplo.
P. ¿Por qué hay tantos buenos porteros españoles?
R. Casillas marcó un punto de inflexión. Su aparición demostró que se podía confiar en los porteros jóvenes. Se trabajó ese puesto en las canteras, surgió la figura del entrenador de porteros y todo eso incrementó mucho el nivel.
Nuestra propuesta es tener el balón, pero ante estos equipos hay que hacer otro fútbol
P. Debutó en Primera con 20 años ante el Madrid galáctico...
R. Sí, sí. Allí tenía enfrente a Zidane, Figo, Beckham…Perdimos en Son Moix 0-1 con gol de Ronaldo. Tampoco es un mal recuerdo que Ronaldo te marque tu primer gol como profesional.
P. Fue jugador de campo en Old Trafford con el Valencia...
R. Era un partido de pretemporada y Emery hizo dos onces, uno para cada parte. En el segundo tiempo hubo una lesión y para no jugar con 10 me propuso entrar. Me puse de mediocentro con Banega. Siete pases y ninguna pérdida. Una estadística impecable.
P. ¿Por qué no triunfó en Valencia?
R. A veces, las cosas no vienen como te esperabas y mentalmente te vienes abajo. Físicamente tampoco era mi mejor momento. Venía de una lesión de cinco meses. Seguí peleando y el segundo año volví a entrar en el once por la baja de César. Comencé a afianzarme, pero tuve otra lesión de casi tres meses. Irrumpió Guaita y el resto es historia. Si eso pasó para tener una segunda oportunidad en Getafe, bienvenido sea. No lo cambio. Soy feliz aquí.
P. ¿El año pasado faltó autoexigencia en el Getafe?
R. Probablemente sí. Este es un club tranquilo sin presión social ni mediática y la exigencia tiene que venir desde dentro. Aún así, fue mi mejor temporada. Estadísticamente, por solvencia y madurez. Veo partidos de cuando empecé y del año pasado, y nada que ver. Ahora sabes leer las jugadas y no cometes fallos que antes tenías por el ímpetu de llegar a todo. “¡Si está el defensa no salgas!”, me dice mucho mi padre.
P. Destacó ante el Barça en el Coliseum. ¿Se puede repetir aquello?
R. El cupo de hazañas está bastante exprimido con aquella victoria y con la del Madrid este año. No todos los domingos son fiesta. Pero tenemos fe, ilusión y sabemos lo que hay que hacer para ganarles.
P. ¿Cuál es el plan?
R. El míster no nos engaña con cuentos. Ante Madrid y Barça nos toca jugar distinto al resto del año. Nuestra propuesta es tener el balón, jugarlo y crear ocasiones, pero ante estos equipos hay que hacer otro fútbol. El juego del Barça no tiene kriptonita. Solo estar concentrados, correr más que nunca y no dejar espacios, sobre todo por el centro. Si hay que dejar alguna rendija que sea por las bandas. Pero ante tanto talento ni la perfección te garantiza el éxito.
P. ¿Les dio una pista Georgia contra España?
R. Eso era un ejército, como lo que hizo el Chelsea o el Inter en su día. Esa no es nuestra intención. Queremos robar y salir.
P. El año pasado en el Bernabéu habló con Cristiano antes de un penalti. ¿Y con Messi?
R. Fui a incordiar para romper su concentración. Le dije: ‘No vale tirarlo al centro’. Y no lo tiró por ahí, pero lo marcó. Con Messi intentaría otro juego. Es el mejor del mundo. Sus recursos innatos no los tiene nadie.
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