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Reportaje:

Un paso hacia la reconciliación

El tren vuelve a circular entre las dos Coreas por vez primera desde 1951

"El corazón de la península coreana comenzará a latir de nuevo hoy". De este modo describió ayer Lee Jae-joung, ministro surcoreano para la Unificación, el paso de dos trenes -uno procedente de Corea del Norte, y otro del Sur- a través de la zona desmilitarizada, una de las fronteras más vigiladas del mundo, que separa los dos países desde hace más de medio siglo. "Los trenes representan los sueños, las esperanzas y el futuro de las dos Coreas", dijo.

Corea del Sur desea abrir una vía de comunicación permanente para sus exportaciones a China

Se trata de la primera vez que un convoy ferroviario atraviesa la franja de cuatro kilómetros de ancho y 245 de largo, que rasga de un lado a otro la península, desde que el transporte por tren quedó suspendido en 1951 en pleno conflicto de Corea (1950-1953). Alrededor de un millón de soldados están acuartelados en las proximidades de esta tierra de nadie, último vestigio de la guerra fría. Ambas partes continúan técnicamente en guerra, ya que el armisticio que puso fin a la contienda fratricida nunca se convirtió en tratado de paz.

El convoy procedente del Norte cruzó la frontera por el extremo oriental de la zona desmilitarizada, mientras que el surcoreano lo hizo por el lado occidental. Fueron alrededor de 25 kilómetros en ambos casos, saludados con lanzamientos de globos y ondear de banderas. En cada uno de ellos, iban 150 invitados de los dos países. Sobre el transporte norcoreano, una pancarta rezaba: "Tren al que en una ocasión se subió el gran presidente Kim Il-sung [padre del actual líder, Kim Jong-il]".

Según Lee, el histórico viaje -resultado de la cumbre conjunta celebrada en 2000- supone un punto de inflexión en sus relaciones, con objeto de "vencer el legado de la guerra fría, derribar el muro de la división y abrir una nueva era de paz y reunificación", informa France Presse.

Las dos Coreas "no deberían descarrilar o dudar" en su trayecto hacia la reunificación, afirmó el consejero de Estado norcoreano Kwon Ho-ung, quien, en una velada referencia a Estados Unidos, afirmó que fuerzas extranjeras siguen siendo el principal obstáculo para la reconciliación. Seúl, consciente del enorme coste económico que supondría la unión, es partidario de un acercamiento progresivo, que los críticos han calificado de demasiado lento.

No todo el mundo saludó la ceremonia ferroviaria. Una veintena de parientes de ciudadanos secuestrados por el Norte protestaron en la estación de Munsan, de donde partió el tren surcoreano, ante lo que consideran la inactividad del Gobierno para recuperar a sus familiares. Según cifras oficiales, 485 personas han sido raptadas por el régimen de Kim Jong-il desde el final de la guerra, aunque organizaciones civiles aseguran que son miles. Además, 548 soldados del Sur fueron hechos prisioneros durante el conflicto. Pyongyang niega que haya en el país algún surcoreano en contra de su voluntad.

El simbólico viaje ha sido un ensayo, que no tiene prevista continuidad; aunque Corea del Sur quiere establecer una línea regular, que llegue a dos enclaves norcoreanos: la zona industrial de Kaesong, y el complejo turístico del monte Kumgang. El paso por carretera fue abierto en 2005. El objetivo, más adelante, sería romper con el carácter insular al que le ha obligado su aislamiento terrestre, y enviar mercancías y pasajeros a China y Rusia, a través de Corea del Norte. El Sur, cuya economía depende en gran medida de las exportaciones, ahorraría ingentes cantidades de dinero. Pero Pyongyang teme los efectos que esta apertura y la influencia extranjera puedan tener sobre el país más aislado del mundo. Hasta tal punto que el enlace ferroviario de ayer ha sufrido continuos retrasos, principalmente por las objeciones del poderoso aparato militar norcoreano.

Las difíciles relaciones entre los dos países han mejorado recientemente, después de que en febrero pasado Kim Jong-il accediera a desmantelar su programa de armas nucleares.

El tren procedente de Corea del Norte entra en la zona desmilitarizada controlada por los surcoreanos.
El tren procedente de Corea del Norte entra en la zona desmilitarizada controlada por los surcoreanos.REUTERS

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