"Deseo que pasen más cosas en Cuba"
Nunca una "erre" que superar fue tan famosa: que la revolución evolucione, pidió simplemente el cantautor cubano Silvio Rodríguez, al presentar en marzo en La Habana su último disco, Segunda cita. Un mes antes, el preso de conciencia Orlando Zapata había muerto en Cuba tras una huelga de hambre de 85 días y al Gobierno de Raúl Castro le llovían las críticas. Silvio dijo aquella tarde que estaba del "lado" revolucionario, pero fue claro al apostar por los cambios: "La vida nacional, el país, pide a gritos una revisión de montones de cosas, de montones de conceptos, hasta instituciones". Sus declaraciones, siendo su voz un emblema de la revolución, fueron saludadas hasta por los anticastristas más combativos.
"Yo no quiero tumbar al Gobierno, fui mal entendido por algunos"
"No me molesta", reflexiona, "aunque es probable que haya sido mal entendido por algunos". "Yo no quiero tumbar al Gobierno, nunca he pretendido semejante cosa. Yo quiero mejorar la sociedad para fortalecer la opción que escogimos". Reitera lo que dijo entonces: hacen falta transformaciones, "sobre todo económicas". "Despejarle el camino al trabajo es lo más urgente. La productividad después cambiaría muchas cosas, incluso la corrupción que tanto daño hace".
"La evolución deseable", a su modo de entender, "es la que profundice y amplíe lo logrado, en la salud, en la educación, en la asistencia a la vejez, en la cultura, en los deportes, en todas las ventajas con las que nace un ciudadano en Cuba". Todo eso, "con menos burocracia y más participación ciudadana"; "es de esperar un socialismo de estructuras menos centralizadas, al menos algún día".
Acaba de regresar de una gira por Estados Unidos que también fue noticia de primera página. Dos conciertos con todas las entradas vendidas en el Carnegie Hall de Nueva York, presentaciones de costa a costa, decenas de entrevistas. Todo un éxito. Después de 30 años sin poder actuar en EE UU, el Gobierno de Barack Obama le concedió el visado, igual que ha hecho recientemente con otros artistas cubanos.
Parecería que algo está cambiando, aunque Silvio cree que no tanto: "Obama ha regresado las relaciones a donde Clinton las tenía, y a la vez ha declarado que no va a levantar el bloqueo. Está usando una política ambivalente". "Si Washington elimina el bloqueo", dice, "muchas cosas podrían cambiar en Cuba". Por eso, anima a los estadounidenses, como primer paso, a permitir a sus ciudadanos viajar a Cuba libremente.
En EE UU le preguntaron muchas veces por los presos políticos en su país. En todas las ocasiones se pronunció por liberarlos. De vuelta, ha celebrado la decisión del Gobierno de excarcelar a 52 prisioneros de conciencia. "Siempre dije que debíamos dejarles en libertad por sentido común, no por canje ni por otro tipo de cuentas. Haber dado ese paso unilateralmente ha sido ganancia neta para Cuba". Silvio se crece: "Se ha dado un ejemplo, y esa altura ya no hay quien nos la quite, digan ahora lo que digan".
¿La liberación de los presos es un primer paso? ¿Servirá de algo si no se hace más? "No minimizo la importancia de las excarcelaciones, pero tampoco la exagero", responde. "Cuba pende más de lo económico que de lo político, pero no tengo forma de saber si van a ocurrir más cosas y mucho menos cuándo; sencillamente supongo que sí, espero que sí, deseo que sí".
Silvio es un hombre político y lo lleva a mucha honra. Critica la reciente expulsión del Partido Comunista de Esteban Morales, prestigioso académico que denunció a los corruptos "en altas esferas de poder" que se "apalancan para cuando la revolución caiga". "Haberlo expulsado es una mierda. Significaría que los militantes del partido se han de callar. Su carta de protesta la publiqué en mi blog", dice. Del mismo modo, exigió a Obama en Washington que liberara a "nuestros cinco héroes", los agentes cubanos condenados en EE UU por infiltrarse en los grupos anticastristas violentos.
Inevitable hablar de cómo ha visto el regreso de Fidel Castro a los escenarios públicos después de cuatro años de ausencia. Algunos lo han interpretado con inquietud, como una señal de que los cambios no van a ser fáciles. "Lo que tengo claro es que está muy bien de salud. No dudo que ahora mismo se esté riendo de las especulaciones", dice, y se ríe él también.
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