Como una casa ardiendo
Cuanto más rápido caiga el precio de la vivienda, más rápida será la recuperación
Los promotores inmobiliarios españoles sienten el dolor causado por el estallido de la burbuja de la vivienda. Las ventas de casas se están desplomando, con lo que está desapareciendo el efectivo que tanto se necesita para pagar las deudas. Al Gobierno español se le han ocurrido dos medidas más para intentar ayudar. Pero no tendrán mucho impacto, porque el inflado mercado de la vivienda español tiene demasiados problemas como para que la solución sea rápida.
Zapatero ha prometido a los promotores 3.000 millones de euros -a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO)- para refinanciar préstamos existentes. El objetivo es darles acceso a financiación a más largo plazo hasta que el mercado se recupere. A cambio, los promotores deben alquilar las viviendas, algo que el Gobierno espera que estimule el anémico mercado de alquiler.
Pero los 3.000 millones del Gobierno son una gota en el océano frente a la enorme reserva de casas sin vender. Con un precio medio por vivienda de 200.000 euros, y asumiendo que están financiados al 50% con deuda, el dinero del Gobierno sólo afectará a 30.000 viviendas. Es equivalente al 3% del millón de casas sin vender que UBS calcula que andan por el mercado. Es más, el mercado del alquiler no florecerá realmente mientras el Gobierno no apruebe una ley que flexibilice el arrendamiento para los arrendatarios.
Zapatero quiere también introducir sociedades de inversión inmobiliaria para fomentar la inversión en el sector. Estas sociedades de inversión, ampliamente utilizadas en Estados Unidos y más recientemente en Reino Unido, reducen los obstáculos y los impuestos a las inversiones conjuntas en inmuebles. Pero la experiencia británica muestra que podrían tardar años en desarrollarse. Un retraso quizá útil, porque resulta difícil ver quién va a querer invertir en ellas ahora mismo.
Éste no es el primer intento gubernamental de intentar que arranque el moribundo sector de la construcción. Ya ha prometido ayudas a la financiación de viviendas protegidas, entre otras cosas. Pero hay mejores usos para el dinero, como reconvertir a los trabajadores de la construcción desempleados.
La triste verdad es que la burbuja inmobiliaria española es demasiado grande como para encontrar una solución sencilla. El sector necesita una dolorosa reestructuración. Los precios de las viviendas se han triplicado en una década. Su reducción devolverá el equilibrio al sector. Cuanto más rápidamente caigan, más rápida será la recuperación. -
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.