Los nietos de españoles se organizan
Descendientes de los emigrantes en Argentina exigen un cambio legal a Zapatero
Nuestros padres perdieron la nacionalidad sin saberlo. Es absurdo, nosotros no somos españoles pero hemos vivido y sido educados como si lo fuéramos", se lamenta Guillermo García-Suárez, un técnico en ordenadores argentino cuyo abuelo nació en Cangas de Narcea (Asturias). "Hay personas viviendo en España con pasaporte italiano, cuya única relación con Italia es que tienen un bisabuelo de allí mientras que a mí no se me reconoce el derecho de ser española", añade Constanza Enrique, nieta de un emigrante de Llanos de Alba (León).
García-Suárez y Enrique son dos ejemplos de los miles de personas cuyos abuelos salieron de España para legar un futuro mejor a sus hijos. Éstos, además, recibieron por derecho la nacionalidad española pero, o bien la falta de inscripción en los registros consulares, o la no renovación de los documentos, hizo que finalmente perdieran la ciudadanía. Ahora los hijos de estos españoles nacidos fuera de España -o sus nietos- reclaman que se les reconozca la ciudadanía.
"No voy a salir corriendo a España ni esto me va aportar dinero. Se trata de una cuestión de sentimiento y de identidad", subraya Daniel Barreiro
La asociación Nietos de Españoles está formada por personas de Argentina, Uruguay, Perú, Venezuela y México que reivindican su condición de españoles. Tras años de lucha infructuosa, ahora exigen al Gobierno que cumpla su promesa electoral y que lo haga posible: se trata de reformar el artículo 20.1.b) del Código Civil que establece que tienen derecho a optar por la nacionalidad española aquellos cuyo padre o madre hubiera nacido en España. La asociación estima que esta última condición atenta contra el artículo 14 de la Constitución, que prohíbe la discriminación por razones de nacimiento. "Pedimos que sea eliminada, tal y como proponían cuando estaban en la oposición la actual vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, o la actual secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí", asegura García-Suárez. Y eso cuando está a punto de aprobarse el Estatuto de los Españoles en el Exterior, que equiparará sus derechos a los de los residentes en España.
Sin embargo, la petición choca con dos escollos. El primero, el número de personas que resultarían beneficiadas. Fuentes diplomáticas estiman que sólo en Argentina supera los dos millones. La asociación Nietos de España rebate que a lo sumo serían 500.000 en todo el mundo, ya que hay países que no tienen convenio de doble nacionalidad con España. Y el segundo,cómo encajaría un giro semejante en la política de la UE.
"No voy a salir corriendo a España, ni esto me va aportar dinero. Se trata de una cuestión de sentimiento y de identidad", subraya Daniel Barreiro, docente cuyo abuelo llegó a Argentina procedente de Toques, en A Coruña. "Vemos que hay un fuerte cuestionamiento sobre la emigración, pero nosotros no queremos entrar en esa discusión ni ser tratados como emigrantes, porque no lo somos. Somos españoles", añade. "No se trata de conseguir la ciudadanía para emigrar, sino de que hemos vivido en el interior de la colectividad española toda nuestra vida. Para ir a España ya lo podríamos haber hecho de forma ilegal", apunta García-Suárez.
Un incremento repentino de varios millones de ciudadanos españoles tendría consecuencias no sólo económicas sino también electorales, en unas condiciones en las que cada vez es más decisivo el llamado voto emigrante -técnicamente el voto de los residentes en el extranjero- tal y como pudo verificarse en las pasadas elecciones autonómicas gallegas. España no es el único país donde se produce esta situación. En las elecciones parlamentarias italianas de los próximos 9 y 10 de marzo, y por primera vez, los ciudadanos italianos residentes en el extranjero -sólo en Buenos Aires y su provincia son 620.000- elegirán 12 diputados y 6 senadores de una nueva circunscripción denominada "circunscripción exterior".
El caso de los nietos de españoles se presenta con división de opiniones entre la propia administración. Mientras el presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, de visita en Argentina hace dos semanas, se mostraba favorable a atender la petición, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, ha advertido de las dificultades que plantea y de la necesidad de tener una política continuada respecto a las condiciones para acceder a la ciudadanía española. El Gobierno español ha abordado un ambicioso plan cuyo objetivo es el millón y medio de españoles residentes en el extranjero; el Estatuto de los Españoles en el Exterior, anunciado por el presidente del Gobierno durante su visita a Argentina en enero de 2005 será aprobado en esta legislatura y pretende equiparar los derechos de todos los españoles.
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