El genocida atracador
El Monstruo de Grbavica llegó a España hace ocho años, tras huir de una cárcel serbia. Ha sido detenido ahora en Altea. Ni siquiera la mujer que convivía con él conocía su sangriento pasado
Tiene aspecto de camionero. 41 años, complexión atlética, 1,70 de estatura, parcialmente calvo. Pero bajo esta apariencia inofensiva se esconde uno de los más temibles criminales de la guerra de los Balcanes: el montenegrino Veselin Vlahovic, conocido como El Monstruo de Grbavica, el barrio de Sarajevo donde sembró el terror entre hombres, mujeres y niños musulmanes entre 1992 y 1995. "Yo maté a más de cien moros... y quemé sus cadáveres", confió a los policías españoles que el pasado lunes le capturaron en Altea (Alicante). Fin de ocho años de huida.
Batko Vlahovic fue detenido el pasado lunes en el municipio alicantino de Altea tras salir de un domicilio de la calle de la Filarmónica (antes llamada Ingeniero Muñoz), donde residía en compañía de una viuda española de 57 años. El criminal salió de la casa con documentación falsa búlgara y, al detectar a los policías, echó a correr hasta la calle de Pont de Moncau. Ofreció una tenaz resistencia hasta que los agentes pudieron ponerle los grilletes. Iba desarmado.
"Tras escapar de la policía española pasé tres años escondido en el monte comiendo culebras", dice Vlahovic
Campeón juvenil de boxeo de la ex Yugoslavia, impuso el terror con el grupo de 'los ángeles blancos'
Los últimos golpes del famoso criminal fueron perpetrados en Dénia, Benidorm y la Facultad de Bellas Artes de Altea
"A las mujeres les hacíamos con una navaja la cruz ortodoxa en los pechos y les echábamos sal", afirma
El Grupo de Atracos y Tráfico de Armas de la Brigada Central de Delincuencia Especializada y Violenta, junto con la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de Alicante, concluían así la Operación Ringo. El objetivo de esta operación era la detención de un grupo de individuos sospechosos de perpetrar varios robos y atracos en la costa levantina. La sorpresa fue descubrir que entre los integrantes de la banda estaba nada más y nada menos que un presunto criminal de guerra: el mundialmente conocido por el alias de El Monstruo de Grbavica.
Sobre Vlahovic pesaba una orden de busca y captura internacional dictada por Bosnia el 23 de septiembre de 2008 por el cargo de genocidio cometido entre los años 1992 y 1995 durante la cruenta guerra de la antigua Yugoslavia. Las autoridades le presuponen autor de múltiples asesinatos y violaciones y otras agresiones sexuales contra civiles "no serbios". Se le imputan unos 100 asesinatos de musulmanes en Bosnia y Herzegovina.
Tras la guerra, el 15 de mayo de 1998 atracó el Admiral Café de Montenegro. Un mes más tarde, también en Montenegro, disparó en las piernas a un hombre en el curso de lo que se supone que fue un ajuste de cuentas. Detenido meses más tarde en Montenegro, consiguió evadirse de la prisión de Spuz, cerca de Podgorica, el 18 de junio de 2001, motivo por el que pesa sobre él una busca y captura internacional emitida por las autoridades de Montenegro.
El 10 de julio de 2001 asesinó de varios disparos, con un rifle repetidor, a un hombre en la puerta del bar Sekspir en Serbia, por lo que puede ser sentenciado a 15 años de prisión en ese país, constándole por ambos hechos otra busca y captura internacional cursada a través de Interpol.
Sintiéndose cercado, Vlahovic decidió cambiar de aires: dejó los Balcanes y se trasladó a España, donde contaba con algunos amigos en la costa mediterránea. La policía sospecha que es autor de una trifulca con arma de fuego ocurrida el 6 de noviembre de 2004 en un club de alterne situado en la carretera N-340 de Tarragona.
La carrera delictiva del sanguinario montenegrino prosiguió con su participación, en marzo de 2005, en el atraco, a punta de escopeta recortada, en la sucursal del Bancaja en Sella (Alicante).
Es también el presunto autor de un asalto perpetrado el 12 de abril de 2005 en un domicilio de Salou (Tarragona), en el que resultó intoxicado un bebé de 20 días por los gases de un aerosol utilizado por los asaltantes de la vivienda para adormecer a los moradores. Los ladrones obtuvieron un escaso botín: una cámara de fotos y un teléfono móvil. Esa misma noche cometió un robo por el procedimiento del butrón en el local Danny Boy de la misma localidad.
El 21 de abril de ese mismo año, la Guardia Civil estuvo a punto de cazarle cuando fue a recoger un coche aparcado junto al edificio Arco Iris de La Pineda, en Tarragona. Logró escapar a tiro limpio, aunque resultó herido de un balazo en una pierna, según ha confesado Vlahovic ahora, tras ser detenido. "Para curarme de las heridas asalté una farmacia de la zona y me escondí en el monte", ha explicado.
En mayo de 2005 -sólo un mes después de la balacera de Tarragona- fue detectado por el Cuerpo Nacional de Policía en un piso del edificio Carmen de la urbanización La Felicidad de Dénia (Alicante). Cuando iba a ser arrestado, el escurridizo atracador no dudó en saltar desde un tercer piso... y huyó de nuevo. Pero los agentes encontraron en la vivienda el revólver usado en el tiroteo con los guardias civiles y, además, unos pasaportes de los que fue posible obtener las huellas dactilares del supuesto genocida.
El Monstruo de Grbavica debió sentir el aliento de los policías en su nuca demasiado cerca. Y posiblemente decidió estar una temporada fuera del circuito criminal. O, al menos, no hay constancia de que durante ese tiempo perpetrase ningún otro golpe. "Pasé tres años en el monte comiendo culebras", ha explicado ahora a los agentes del Grupo de Atracos de la Brigada Central de Delincuencia Especializada y Violenta. Sea verdad o no, nadie lo sabe. Tal vez haya dicho eso sólo para acrecentar su propia leyenda (negra).
La policía volvió a recuperar el rastro de Vlahovic en 2009. Pero la pista definitiva la obtuvo el pasado febrero a raíz de dos robos perpetrados en sendos establecimientos de la provincia de Alicante (uno en Dénia y otro en Altea), así como el intento de robo en un domicilio de Benidorm.
Uno de los robos con fuerza cometidos el pasado mes de febrero que la policía imputa a Veselin Vlahovic es el registrado en la Facultad de Bellas Artes de Altea, y el otro tuvo como escenario un restaurante de la carretera de Les Marines en Dénia, donde los delincuentes forzaron la entrada con palanquetas. También le acusan de un intento de robo en una vivienda de Benidorm. En la facultad de Altea, el botín fue bastante exiguo: un ordenador portátil, un monitor de televisión y unos 350 euros, según fuentes de la investigación.
En Interpol constan cuatro identidades diferentes de Veselin. Gracias a eso, había logrado dar esquinazo a la policía española. Pero ahora las cosas iban a ser diferentes: los agentes del Grupo de Atracos tenían la plena seguridad de que el tipo al que iban pisando los talones era el tan buscado criminal de guerra montenegrino... Y fueron a por él. Sin pérdida de tiempo. Con las máximas precauciones.
Una vez esposado, el juez Javier Reyes autorizó a la policía a registrar el domicilio de El Monstruo en Altea, donde encontró el clásico kit del ladrón: un juego de ganzúas, destornilladores, alicates, pasamontañas, linternas y walkie-talkies.
El jefe de turno de la presidencia colegial bosnia, Zeljko Komsic, ya ha ordenado a la embajadora bosnia en Madrid, Zeljana Zovko, que "emprenda todas las medidas necesarias para preparar el inicio del procedimiento de extradición de Vlahovic".
Nada más conocerse la captura del carnicero montenegrino, muchas mujeres contactaron con la Embajada española en Sarajevo para expresar su alegría. Y no es de extrañar, teniendo en cuenta que este individuo sembró el terror entre los hombres, los niños y, sobre todo, las mujeres musulmanas de Sarajevo.
El pasado de Vlahovic está empapado en sangre. "Yo trabajaba en un casino de Sarajevo y el propio Radovan Karadzic me pidió que me encargase del barrio de Grbavica", ha comentado a los policías que le detuvieron. Karadzic, detenido en Belgrado en 2008, se declaró en 1992 presidente y jefe militar de la llamada República Serbia de Bosnia y Herzegovina y puso en marcha una terrorífica operación de limpieza étnica para exterminar a la población que no fuera serbia.
Radomir Neskovic, miembro del nacionalista Partido Democrático Serbio (SDS), tiene declarado ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) que Vlahovic era "un monstruo armado, un tipo patológico". "Queríamos librar a Grbavica de ese hombre, pero él siempre regresaba para hacer más males", tiene declarado Neskovic.
"Le gustaba conducir coches y matar musulmanes. Además, le gustaba golpearles delante de otros para demostrar sus habilidades y técnicas como boxeador. Torturaba y mataba musulmanes, pero cada vez de una forma diferente. Le gustaba experimentar", explica Bozidar Debelonogic, un antiguo soldado serbobosnio, en su libro Balija.
Campeón de boxeo júnior de la ex Yugoslavia, impuso un régimen de terror al mando de un grupo de desalmados conocidos como los ángeles blancos, que se dedicaban a asesinar a hombres, mujeres y niños. "Violábamos a mujeres. Les hacíamos con una navaja la cruz ortodoxa en los pechos y les echábamos sal para que no cicatrizase la herida", ha explicado tras su arresto. Además, montaron prostíbulos con prisioneras bosnias y croatas, muchas de las cuales acabaron suicidándose, como la estudiante Magdalena Kresic, que se arrojó por un balcón del lupanar.
Los relatos de alguna de ellas son trágicos y escalofriantes -"fui violada durante noches enteras"- y sirvieron de fuente de inspiración de la película Grbavica, de Jasmila Zbanic, premiada con el Oso de Oro en Berlín en 2006.
El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia cree que entre 20.000 y 40.000 mujeres fueron violadas durante la guerra de Bosnia por las fuerzas serbias. Estas violaciones se produjeron principalmente en Bosnia oriental (durante las masacres de Foca), y en Grbavica, durante el sitio de Sarajevo.
"Ahora puedo morirme en paz porque sé que ese monstruo está dónde debe estar", ha declarado Natasa Cengic, madre del jugador bosnio de balonmano Goran Cengic, supuestamente degollado por Vla-hovic en 1992 en el barrio de Grbavica. Cengic fue asesinado en un monte tras interceder en ayuda de un vecino, el médico Husnija Cerimagic, cuando Vlahovic y sus esbirros irrumpieron en casa de éste para fusilarlo. La madre del jugador supo siete años después del crimen dónde estaba enterrado el cadáver de su hijo.
Los policías españoles que han tratado ahora con El Monstruo han quedado impresionados por su frialdad y su falta de remordimientos: "Yo maté a más de cien moros... y quemé sus cadáveres. Ellos mataron a mi mujer y a mis hijos. No me arrepiento de nada. ¿Por qué me iba a arrepentir? Aquello era la guerra... y en la guerra pasan estas cosas".
Cuando estalló el conflicto bélico de los Balcanes, el barrio de Grbavica, en Sarajevo, se encontraba en la línea del frente. Desde el primer momento, estuvo bajo el control de las tropas serbobosnias, y la población musulmana y croata trató de escapar por miedo a las torturas, asesinatos y violaciones. Hoy es una de las pocas zonas de la ciudad que conservan el arbolado, ya que el de las otras barriadas fue talado por la población para usarlo como combustible durante los días de invierno.
Finalizada la guerra fratricida de la extinta Yugoslavia, El Monstruo escapó a Montenegro, donde en abril de 1999 fue condenado a tres años y medio "por saqueos y comportamiento violento". Sin embargo, logró escaparse en 2001 de la prisión montenegrina de Spuz, sin que se conozcan las circunstancias de la fuga.
El criminal era conocido en Dénia y Altea, donde residió los últimos años, aunque ningún vecino sospechaba quién era en realidad. Ni siquiera lo sabía la mujer, una viuda andaluza, en cuyo domicilio residía desde hace varios meses y con la que solía mostrarse cariñoso.
"Me he quedado de piedra cuando he visto la noticia en los periódicos y en la televisión. Le veíamos de vez en cuando ir a hacer la compra a un supermercado", cuenta un vecino de Altea. En alguna ocasión, el temible ex miliciano balcánico comentó que trabajaba de jardinero y que el resto de su tiempo lo ocupaba yendo a la iglesia ortodoxa rusa, un impresionante templo inaugurado en 2007 con asistencia de varios descendientes del último zar. "Él decía que iba por las noches a hacer guardia al templo", añadió otro ciudadano.
Veselin Vlahovic era conocido en el barrio como Andrés, y hay una coincidencia general en que siempre saludaba cortésmente a quienes se encontraba en su camino. La policía sostiene, en cambio, que ese hombre tan amable se transformaba cuando se convertía en Medo y estaba con sus compañeros de correrías delictivas. "Es un tipo altivo. Jamás bajó la cabeza mientras estuvo detenido. Ni siquiera lo hizo cuando le metimos en el coche esposado, nada más detenerle", recuerda un policía.
Ahora deberá responder ante la justicia por su siniestro y mortífero pasado.
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