Abusos a toda vela
La muerte de una cadete encendió el motín a bordo del 'Gorch Fock', el velero orgullo de la Marina alemana. Pero detrás había mucho más. El informe elaborado por un enviado del Parlamento alemán revela tratos brutales, vejaciones, acosos sexuales y amenazas de muerte
Amenazas de muerte, tratos brutales, vejaciones y acosos sexuales formaban parte de la disciplina de una de las embarcaciones más famosas de todo el mundo -el buque-escuela Gorch Fock- según el informe de un parlamentario alemán. El escándalo ha causado una enorme tormenta política.
"Si no subes hasta lo más alto nunca vas a ser un oficial", le gritó el capitán del Gorch Fock a Sarah Leena Seele, una cadete de 25 años, que encaramada en el mástil temblaba como una hoja. En cuestión de unos segundos, la recluta vaciló, perdió el equilibrio y su cuerpo se precipitó al vacío estrellándose sobre el puente de la nave. Tras su muerte, en la embarcación se desató un motín. Los mandos suspendieron el curso de formación para aspirantes a oficiales y mandaron a los cadetes a sus casas, mientras la tripulación continuaba su viaje hacia el cabo de Hornos.
Los acosos sexuales eran tan habituales en la nave que un cadete describe como "el burdel flotante más grande del mundo"
Aunque la historia recuerda el mítico amotinamiento del Bounty, el velero británico cuyos marineros en el siglo XVIII abandonaron al capitán William Bligh cerca de Tahití, esta ocurrió hace pocos meses, el pasado 7 de noviembre, a bordo de un velero que, en su periplo alrededor del mundo, se encontraba anclado en el puerto de Salvador de Bahía, en Brasil.
La Marina alemana aclaró la muerte de la joven y logró silenciar el motín. O eso parecía, porque a primeros de año Hellmut Königshaus, un miembro del partido liberal alemán, enviado por el Parlamento para verificar las condiciones de las Fuerzas Armadas, describió en un informe desgarrador todos estos acontecimientos y muchos más.
Sarah Leena Seele era una mujer fuerte y ambiciosa, que amaba su profesión. Sin embargo, en algún momento de la travesía llamó a su madre por teléfono y le dijo: "Tú no tienes idea de lo que pasa ahí arriba". Pocos días después moriría. Su familia ha denunciado a la Republica Federal Alemana por homicidio involuntario. Las circunstancias de su muerte aún siguen siendo un misterio.
"Estábamos en el puerto de Salvador de Bahía y el entrenamiento empezó a las siete de la mañana", cuenta un compañero de la recluta fallecida, que no quiere revelar su identidad. Los cadetes habían llegado hacía apenas dos días al puerto brasileño para empezar su curso de formación. Enseguida fueron conscientes de la dificultad que suponía subir a lo alto de los mástiles para arreglar las velas. "Sarah aseguró que no podía seguir adelante, pero el capitán le ordenó que se comportase". En un momento dado sus compañeros observaron cómo se arrodillaba y alguien le preguntó que si todo iba bien. Ella respondió que sí. Poco después caería al vacío.
Tras la muerte de la joven, el capitán del Gorch Fock dirigió unas breves y frías palabras a la tripulación y a los cadetes: "Los aviones se caen, los autos chocan y aquí también suceden accidentes". Norbert Schatz ya era conocido por sus métodos educativos y por presionar a los marinos hasta el límite de sus fuerzas. La última entrada del diario de a bordo online de la web de la nave (gorchfock.de), del 11 de enero de 2011, lo refleja fielmente. La Marina militar chilena le había aconsejado seguir una ruta alternativa para circunnavegar el cabo de Hornos, debido a las condiciones adversas. "Pero Schatz quería navegar en el océano abierto. Las recomendaciones hablaban de danger (peligro) y bad water (aguas peligrosas). Pero él quería hacer sentir a la tripulación el ímpetu del océano y a los jóvenes la fuerza salvaje de la naturaleza", escribe el redactor de a bordo.
Los oficiales del velero compartían los métodos de Schatz. Cuatro días después del fallecimiento de Seele, el 11 de noviembre, las imágenes muestran a varios oficiales organizando una especie de fiesta de carnaval. Algunos de ellos, incluso, habrían llegado a reunir dinero como premio para quien "le pegara a la recluta más fea". Fueron precisamente estos hechos los que terminaron con la paciencia de los aspirantes a oficiales y les llevaron a la rebelión.
Lo que pasó a continuación no ha sido aclarado. Tampoco se sabe hasta qué punto llegó el conflicto. Del informe se desprende que los cadetes se rebelaron contra los mandos, cansados de las prácticas vejatorias y las humillaciones infligidas por sus superiores. El capitán intentó apaciguar el conflicto y encargó a dos cadetes que mediasen con los "rebeldes", pero el intento fracasó.
La protesta interna creció, los mediadores y otros cadetes fueron expulsados del curso, acusados de "falta de cooperación" y de "motín e incitación a la insubordinación", según los documentos de la investigación citados por los medios alemanes. El curso se suspendió, y los cadetes fueron repatriados en avión, mientras la fragata, con su tripulación, siguió primero hacia Buenos Aires y luego hacia el cabo de Hornos.
La prensa alemana destacó lo inusual de los hechos: en 52 años de historia del barco había habido accidentes mortales, pero nunca se había interrumpido el curso. Más tarde, en un intento de silenciar los hechos, fueron retiradas las acusaciones contra los reclutas.
Todo permaneció oculto hasta que la prensa alemana publicó el contenido del informe de Hellmut Königshaus, miembro del partido liberal alemán, enviado por el Parlamento para verificar el estado de las fuerzas armadas, en el que los cadetes denuncian terribles novatadas y describen el trato brutal y los acosos sexuales a bordo. "Sube al palo sin protecciones o te mandamos a casa y puedes decirle adiós a tu carrera", era una amenaza típica. Una recluta narra, además, el encuentro en la ducha con tres de sus superiores: "Acuérdate de que la nave es como la prisión, en las duchas, hay que cuidar tu trasero", le dijeron, antes de que lograse huir. En este clima tenso se produjo la muerte de Sarah Leena Seele.
A pocos días de la presentación del informe, el ministro de Defensa socialcristiano Karl Theodor zu Guttenberg ordenó la interrupción del viaje del Gorch Fock y pidió una investigación. Desde entonces y hasta esta semana el barco ha permanecido amarrado en el puerto de Ushuaia (Argentina), adonde llegó una comisión de investigación. El capitán fue destituido antes de que empezaran las investigaciones, lo que causó una gran polémica entre la jerarquía militar, que por primera vez desde su toma de posesión se volcaron contra el ministro. Un miembro de la comisión, Michael Brühn, ex capitán de la nave, ha sido comisionado para llevar el velero de vuelta al puerto de Kiel, en Alemania.
El revuelo que estos hechos han provocado en los medios de comunicación alemanes ha causado un efecto dominó y cada día aparecen nuevos detalles y denuncias de ex reclutas, ex oficiales o familiares. Los que estuvieron en el Gorch Fock no dejan de contar nuevos hechos sobre excesos sexuales y juegos violentos a bordo de la nave, a la que un cadete llega a describir como: "El burdel flotante más grande del mundo".
Las imagenes publicadas por el diario sensacionalista Bild muestran con detalle algunos episodios de la vida a bordo: baños en vómito, latigazos, trampas medievales, sadismo y vejaciones de todo tipo. Existe, también, un video de un ritual de iniciación al paso del Ecuador que muestra una humillante carrera de obstaculos, en la que las reclutas son repetidamente golpeadas.
Tras la muerte de Sarah Leena Seele ha salido a la luz otro accidente mortal, el de Jenny Böcken, que murió en 2008, con solo 18 años, cayendo por la borda del velero y ahogándose en el mar del Norte. Los padres de la joven consideran que fueron insuficientes las investigaciones que la Marina Federal realizó tras el fallecimiento de su hija y han presentado una denuncia ante la Justicia ordinaria para que se reabra el caso. Aseguran que tienen indicios de que Jenny fue acosada sexualmente en el barco y de que no murió en un accidente, como indica la versión oficial.
"Considero probable que Jenny fuese presionada y que cayese por la borda durante una pelea. Un accidente no tiene sentido. Desde el principio pensé que todo había sucedido por una coerción sexual", afirmó Uwe Böcken, padre de la cadete.
Existe algo más que una simple intuición. La madre de la víctima asegura que un día antes de morir Jenny le mandó un e-mail, que aún conserva, en el que le explicaba que necesitaba hablar con un ginecólogo urgentemente y le pedía que le reservara una cita para el mismo día de su vuelta. El texto del mensaje, publicado por el diario sensacionalista alemán Bild, decía: "Mamá, tengo que visitar al médico. En último caso, podría ir de urgencias el sábado por la noche. Explícale (al médico) la situación. Espero que me ayude, si no, no sé que haré...". El médico del Gorch Fock argumentó que se le había diagnosticado un quiste de ovario, sin embargo, "a la luz de los últimos acontecimientos (las especulaciones de abusos), me parece muy raro que Jenny quisiese acudir a un ginecólogo de su confianza tan rápido como fuese posible", comentó el padre.
Hellmut Königshaus volvió a declarar el pasado 25 de enero ante el Parlamento sobre las denuncias de los cadetes. Aunque relató "borracheras a bordo", "amenazas de muerte" y "entrenamientos brutales", trató de rebajar el tono de las críticas: en su opinión, antes de la última muerte no había grandes "incidentes a bordo de los que se tuviera que informar", matizó que en las entrevistas se produjeron denuncias "no masivas" contra la actuación de algunos oficiales y abogó por una selección y preparación más rigurosa de los cadetes del Gorch Fock.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, dentro de la jerarquía militar algunos encuentran absurda la decisión del ministro de Defensa Zu Guttenberg de suspender el viaje de la nave y destituir a su capitán antes del comienzo de las investigaciones. Se le acusa, entre otras cosas, de buscar protagonismo y de querer acallar las polémicas surgidas desde el seno mismo del Ejército y que afectan gravemente a su imagen.
Otros indican, sin embargo, que detrás de la insólita decisión de Zu Guttenberg hay mucho más. Reinhold Robbe, miembro del SPD (Partido Socialdemócrata), ex responsable del Ejército, pide al ministro de Defensa que aclare públicamente las razones de la suspensión fulminante del capitán y asegura: "Me parece entender que el ministro tuvo válidos motivos para actuar como hizo".
Esta historia, cuyo final aún está por escribir, puede acabar con la carrera del capitán Norbert Schatz, un marino de 53 años, del que muchos oficiales aseguran que era el mejor de los capitanes.
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