El pop y la provocación
"LA canción transmitida por Televisión Española a una audiencia mayoritaria de jóvenes, adolescentes y niños, degrada a la sociedad española, subleva al padre de familia, indigna al ciudadano responsable, quebranta la intimidad del hogar, lesiona lo establecido en la Constitución y traspasa los límites de lo tolerable. Es una vergüenza". El diario ABC publicó el editorial que contenía ese párrafo en 1983. Denunciaba que en el programa Caja de ritmos se había pasado con un vídeo del grupo femenino de punk Las Vulpes. La canción se titulaba Me gusta ser una zorra y era una versión del I wanna be your dog de The Stooges.
Fue el mayor escándalo del rock en España. Una querella del fiscal general del Estado motivó la dimisión del director de aquel espacio y la supresión del programa. El grupo tampoco sobrevivió, se disolvió tras grabar un único disco.
Pero ha pasado un cuarto de siglo. Vivimos en un mundo en el que I wanna be your dog se usa hasta en publicidad. En teoría, repetir aquello es poco menos que imposible. "Hoy en día es más difícil provocar que en los ochenta, pero Dirty Princes lo consiguieron en la fiesta del Diario Pop, de Radio 3, que hicimos en la plaza de Callao de Madrid. Consiguieron que la policía municipal les dijera que las iban a detener como continuaran con su actuación. Y que prohibieran a Radio 3 volver a hacer más fiestas allí", cuenta Jesús Ordovás, veterano locutor y dj.
Ups, pues va a ser que no. La sociedad española, o al menos una parte de ella, sigue siendo permeable a la provocación del sexo explícito ¿Y a qué más? "La verdad es que es muy fácil", dice Porta, un rapero que con 20 años ya sabe de qué va esto. "Si yo mañana quisiera salir en la tele, con hacer un tema cagándome en el Rey sabes que se va a liar".
Así de sencillo. Para el sociólogo Carles Feixa, la provocación no es necesariamente parte de la cultura juvenil pero está muy presente, a veces como un juego. "Cuando es temporal no suele ser subversiva, pero cuando es más permanente puede ser más peligrosa".
Así son los tres ejemplos de esta página. Lendakaris Muertos juegan a cabrear a su propio público saliendo al escenario con una camiseta de la selección española de fútbol. Porta ha conseguido irritar hasta a la escritora Lucia Etxebarria, que le dedicó una escandalizada columna titulada Aquí una guarra. Y Putilatex, a pesar de que sus letras puedan inducir a creer lo contrario (La madre superiora está cachonda), discrepan. "No provocamos. A nuestros conciertos viene todo tipo de gente. Y no es una forma de hablar. De repente viene un nazi y al final del concierto te da la mano y te dice: '¡Qué graciosos estos maricas!".
LENDAKARIS MUERTOS: "SÓLO CRITICAMOS"
Este cuarteto punk de Pamplona lleva tres discos sacando de quicio a todo el mundo. Aitor Goñi, su cantante, nos explica cómo se consigue.
¿A quién intentáis provocar?
A ver: aunque suene tópico, nosotros sólo decimos lo que pensamos. Lo que pasa es que algunas personas se lo toman como se lo toman. Y eso tiene sus consecuencias.
¿Estás diciendo que un grupo punk con canciones como Policía sí no pretende una reacción?
Hombre, claro. Pero más que una provocación es una crítica. Lo que pasa es que algunos toman la crítica como una provocación. Sí que hacemos crítica, eso es algo que está implícito, que cuando haces una canción quieres protestar.
¿La gente pica?
A algunos les hace gracia, a otros no y muchos simplemente no lo pillan. Por ejemplo, tenemos una canción dedicada a la policía foral navarra. Pues sé que algunos de ellos la llevan en el móvil como tono. Para mí está bastante claro que es una crítica pero ellos piensan que es una cosa a su favor. Eso, más que chocar, a mí me da risa.
¿Hay algún tema intocable?
No se me ocurre ninguno. Algunos pueden hacer más daño, pero no hay ninguno que no pudiéramos tratar.
¿A estas alturas no está un poco desfasado ir de graciosillo? ¿No os pone a la altura de los Mojinos Escozíos?
Yo creo que no. En mi opinión el humor está poco explotado. Al final, en los grupos de nuestro palo se usa muy poco. Tú oyes un grupo punk de los de cliché y parecen una panda de amargados. Es todo mala hostia. Echo de menos un poco de humor.
Vine, vi y me vendí de Lendakaris Muertos está publicado en Gor Diskak.
PUTILATEX: "ESCANDALIZAR ES IMPOSIBLE"
Él, Látex, y ella, Puti, albaceteños, hablan de monjas salidas, modernas odiosas, drogas y lo que se tercie con un humor que no todo el mundo digiere de igual forma. Sin embargo, son un éxito underground.
¿Qué es Putilatex?
Una broma que se nos escapó de las manos. Empezó como un chiste hace siete años para promocionar un festival. A la gente le gustó y aquí estamos.
¿Queréis escandalizar?
Al principio sí, ahora es imposible. Antes era mucho más fácil, hoy está todo el mundo de vuelta de todo. A la gente le da igual que le enseñes una teta o digas polla en una canción.
¿Eso no es un poco frustrante?
Bah, no mucho. Nosotros de quien primero nos reímos es de nosotros mismos. Yo no soy ningún sex symbol. Soy un gordo y ella una punki arrastrada. Pero la gente te trata como si fueras Brad Pitt. O igual se están riendo de ti y ni te enteras. Pero el caso es que mira, aquí seguimos.
Qué es más cutre: ¿meterse con las monjas o que la gente piense que eso es transgresor?
Nosotros no mandamos mensajes. Yo no me meto con las monjas. Vi en el teledario una noticia y lo conté. Yo soy supercristiano, hermano cofrade.
¿Habéis tenido algún problema?
No. Lo máximo es que hayan dicho que somos transfóbicos. Que odiamos a los transexuales. Pero hay gente cortita.
¿El pop es un arma para gilipollizar a las masas?
Absolutamente.
¿Por tanto vuestro público está compuesto por gilipollas?
No hacemos pop, hacemos electropunk.
Domund de Putilatex, está editado en Kill Your Records.
PORTA: "ME ODIAN PORQUE ES LA MODA"
Tiene 20 años, sus maquetas fueron un éxito y consiguió un contrato con una multinacional. Y hay puristas que no se lo perdonan. Otros que no lo son tanto, lo que no le perdonan es Las niñas de hoy en día son todas unas guarras.
¿Te consideras un provocador?
Yo me veo como una persona que no tiene pelos en la lengua. Y digo las cosas como las pienso. Si alguien me ataca yo no voy a tener problema en defenderme con una canción.
¿Sólo te defiendes, no atacas?
Sí, siempre. Si se meten conmigo me defiendo, pero no soy una persona que provoque a alguien sin ningún motivo.
Sin embargo, saltaste a la fama con la canción Las niñas de hoy en día son todas unas guarras. Eso es un ataque.
No, no era mi intención. La verdad es que no me esperaba la que se armó. Mis colegas me decían: "No saques esa canción, que te vas a llevar la imagen de machista desde la primera maqueta". Yo la escribí porque es lo que veo en la calle. En niñas y niños, pero como yo soy un chaval la hice sobre las niñas.
¿Y cómo llevaste la polémica?
Me da igual. Tengo que ser fiel a mí mismo y no a lo que piensan de mí. Si no quieren pillarlo que no lo pillen. No está escrito para hacer daño.
Hay gente que te odia de forma militante ¿Sabes por qué?
Yo creo que es la moda. Ahora en el rap se ha puesto de moda meterse conmigo. No me conocen, así que o es por miedo o es por envidia, porque consigo cosas que ellos no. De todas formas, yo lo llevo bien. Algunos días mejor que otros, porque soy persona, pero hago mi vida, y lo que ellos digan, para ellos.
En boca de tantos de Porta está publicado en Universal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.