El manuscrito de nieve
Doy por hecho que profesar literatura en la Universidad de Salamanca impone, predispone, y si gusta además, a la manera anglosajona, de esclarecer enigmas, todo hace que sea propicio que el profesor Jambrina (Zamora, 1960) se haya lanzado a componer novelas con asuntos que dilucidar. Hace tiempo me hice eco aquí de Muertos S. A., donde con la excusa de entretener(se) nos daba un puñado de relatos donde ya mostraba maneras y donde jugaba con la literatura, cuestiones relevantes sobre el Quijote o la verdadera autoría del Lazarillo, sin olvidar narrar muy hermosamente el último día de la vida de Unamuno. Quien leyó aquello -más que un divertimento-, no debió sorprenderse después de que publicara El manuscrito de piedra (Alfaguara, 2008), una estupenda novela situada a finales del XV en una Salamanca piedra histórica y piedra de escándalo, donde se suceden los muertos para que se luzca un joven estudiante, un tal Fernando de Rojas, antes de hacerse famoso con su célebre Celestina. Ahora vuelve Jambrina a la misma Salamanca donde el mismo Rojas acompañado de su fiel Lázaro va y viene por las calles -al final nevadas- de la ciudad universitaria levantando, primero, cadáveres caprichosa o enigmáticamente mutilados, y después, atando cabos, esclareciendo una cadena de asesinatos que tendrá mucho que ver con rencores, enconos y banderías. Pero como ya ocurría con su novela anterior, ésta no es, tampoco, un divertimento de profesor universitario. Jambrina, con estas dos novelas, con todas las trampas inevitables del género -documentación, papeles, legajos, manejados al dente-, ha puesto en pie un estupendo mosaico de una vieja ciudad, donde venganzas y lances de deshonor de antaño conviven con el Nuevo Mundo ya descubierto o con mujeres que, a la manera de La Latina, ansían saber, aunque sea disfrazadas de hombres. No es una novela para aficionados al género histórico, que lo es de género, sino, más bien y también, para aficionados a la buena novela, y ésta lo es.
El manuscrito de nieve
Luis García Jambrina
Alfaguara. Madrid, 2010
282 páginas. 18,50 euros
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