Una odisea para concebir al segundo 'Chu-Lin'
La osa panda del Zoo da a luz a sus crías después de dos inseminaciones
El célebre Chu-Lin ya tiene sucesores. Dos crías de oso panda nacieron ayer en el Zoo de Madrid en el segundo parto en cautividad de esta especie en España desde que en 1982 naciese el inolvidable plantígrado. Tras 135 días de gestación y dos procesos de inseminación artificial, la madre, Hua Zuiba (Boca Coloreada), ya puede olvidarse de las constantes ecografías a las que le sometieron los veterinarios, expectantes por encontrar en una pequeña pantalla en blanco y negro la prueba de su embarazo.
Los nuevos cachorros son tan pequeños que ni siquiera se ha podido conocer su sexo. Apenas han pesado 150 gramos y uno de ellos pasará unos días en la incubadora. Los esfuerzos se destinarán ahora a la supervivencia de las crías que la hembra tendrá que cuidar en solitario. Y aquí una de las claves por las que la supervivencia de esta especie pende de un hilo: el parsimonioso macho se desentiende sin contemplaciones de la cría y de la madre. "Es un animal solitario, de ahí sus peculiaridades. No tiene un concepto de familia", explicaba en julio la veterinaria del Zoo, Eva Martínez.
Las crías, de 150 gramos, son tan pequeñas que aún no se sabe su sexo
El celo de la osa dura cuatro días, cuando el macho no reacciona
La hembra cuidará sola de sus retoños, ya que su pareja se desentiende
El parto de la osa ha tenido su aquel y ha traído de cabeza a los veterinarios, que en 2009 se fijaron como prioridad preñar al animal. Fecundar a una osa panda es casi misión imposible por los problemas de reproducción originados por la endogamia.
La hembra de esta especie, de la que solo quedan 1.600 ejemplares en libertad y unos 240 en cautividad, solo está en celo cuatro días al año y, precisamente durante ese periodo, el macho se muestra apático y sin apetito sexual. Para fecundarla la han sometido a dos inseminaciones del macho, Bing Xing (Estrella de Hielo), con el que llegó como regalo del Gobierno chino en 2007. La primera no funcionó porque la madre sufrió una reabsorción del feto, complicación habitual en la peculiar gestación del panda, según los expertos.
La segunda se realizó el pasado mes de abril y, en julio, EL PAÍS asistió a una de las ecografías. Entonces, los valores hormonales detectados en la orina eran compatibles con los de una gestación, pero para confirmarlo faltaba ver el feto en la pantalla.
Bajo las órdenes en chino de sus cuidadores y con más trozos de fruta de los que podría conseguir en uno de sus días de mayor actividad, Hua Zuiba se puso panza arriba para someterse a la inspección. No se vio mucho. "El embrión del panda es de implantación tardía y puede pasarse meses flotando en el útero. Puede que no lo veamos hasta 14 días antes del parto", explicaba la veterinaria . Y algo así ocurrió.
Menos optimista se mostró el doctor que, tras rebuscar sobre el abdomen del animal, encontró el útero y comprobó que su diámetro (17 milímetros) tenía el mismo tamaño que 10 días antes, cuando se le practicó la última exploración. Ese día cundió la decepción. "A la tercera vendrá la vencida", auguraba el doctor, mientras Martínez, la veterinaria, insistía: "Hay muchas opciones". Volvió a acertar.
Los nuevos papás llenaron con su llegada en 2007 el vacío que dejaron los pandas en los años ochenta y noventa, cuando alcanzaron categoría de fenómeno mediático. El gran protagonista fue Chu-Lin, un animal que se convirtió en un símbolo de la capital y llegó a considerarse el más valioso de los Zoológicos del mundo.
Chu-Lin (1982-1996) fue el hijo de Shao Shao, la hembra de la pareja de pandas que el Gobierno chino regaló a los Reyes en 1978 durante su primera visita al país asiático. Shao Shao también fue inseminada artificialmente y protagonizó el primer parto en cautividad fuera de China. Su proceso fue incluso más alambicado porque los veterinarios recurrieron al semen de un oso que vivía en un zoológico de Londres. En el parto también dio a luz a dos pandas, pero la hermana de Chu- Lin murió tres días después.
Chu-Lin parecía destinado a estar solo. Cuando cumplió un año perdió a su madre y su padre adoptivo, no el de Londres, pasó a ser su única compañía. Cuando este murió en 1995, las autoridades chinas prometieron enviar una hembra que le hiciese compañía, pero nunca llegó. El oso murió pocos meses después.
Los pandas del zoo
- Diciembre de 1978. El Gobierno chino regala a los Reyes una pareja de pandas, Chang-Chang y Shao Shao.
- 4-9-1982. La hembra da a luz a dos gemelos, el primer caso de cría en cautividad de la especie fuera de China.
- 7-9-1982. Una de las crías muere de edema pulmonar tres días después de nacer.
- 23-12-1982. El Príncipe y las infantas eligen el nombre de Chu-Lin ("tesoro entre los bambúes" en chino).
- 24-10-1983. La madre de Chu-Lin fallece con 9 años de una infección intestinal.
- 14-12-1995. Muere el padre adoptivo y único compañero de jaula de Chu-Lin.
- 29-4-1996. Chu-Lin muere a los 13 años de una inflamación en la próstata.
- 7-9-2007 Llegan a España Bing Xing y Hua Zuiba, otro regalo del Gobierno chino a los Reyes.
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