El jurado ve culpables a los acusados del asesinato del narco Vargas

Los siete imputados son desde ayer culpables de haber matado al narcotraficante colombiano Leónidas Vargas la tarde del 8 de enero de 2009 en el hospital 12 de Octubre. Así lo determinaron los nueve miembros del jurado tras cuatro días de deliberación y estudio del caso enjuiciado en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid. En el veredicto han prevalecido una por una todas las hipótesis del fiscal, mientras que las defensas han visto que ninguno de sus argumentos logró plantear una duda razonable. Las decisiones del jurado se han tomado por unanimidad.

Los acusados, los abogados de las distintas partes y el jurado estaban citados a las once de la mañana. La vista tuvo que retrasarse cerca de una hora, porque la única mujer imputada, Yuli Carolina Oliveros, que está embarazada, llegó con retraso, ya que acababa de dejar a sus hijos en el colegio. La presidenta del jurado leyó con tono potente y a buen ritmo el acta, formada por 17 folios. Y no dejó lugar a dudas. Todos los imputados habían participado de una u otra manera en la preparación y en el asesinato del narcotraficante Vargas.Según el veredicto, José Jonathan Fajardo recibió el encargo de matar al narcotraficante. Para ello, concertó con su ayudante y secretario Edgar Andrés Ortega Flores ejecutarlo a través de otra persona que contratarían. Llamó a Yuli Carolina Oliveros para que esta a su vez contactara con el pistolero Jonathan Andrés Ortiz. La mujer compró el billete de avión con el fin de que el sicario viajara desde Fuerteventura a Madrid.

El fiscal pidió que el veredicto fuera devuelto al jurado por tener fallos

Uno de los encargados de vigilar al objetivo fue Edgar Andrés Ortega, que acudió al hospital 12 de Octubre para ver en qué habitación estaba Leónidas Vargas y preparar así el asesinato. En esas labores de preparación también intervino Jonathan Montoya, que sabía que "esas vigilancias tenían como objetivo preparar una acción para matar a Leónidas Vargas", según el veredicto. En este operativo participó asimismo el acusado Alexander Salazar Cortés, que entregó el arma al pistolero el día del crimen.

El fallo recoge que en la tarde del 8 de enero de 2009 Jonathan Andrés Ortiz entró en la habitación 543 del hospital 12 de Octubre y efectuó varios disparos con una pistola semiautomática contra Leónidas Vargas. Este no pudo reaccionar de manera alguna "ante lo sorpresivo e inesperado de los disparos". Las balas mataron de inmediato al narco, que se desangró por una hemorragia aguda masiva. Detrás de todo ello estaba "la retribución económica que le habían prometido" a Ortiz, cuya cuantía no ha sido determinada en el juicio.

Por último, Andrei Alexandru Cadar recogió la pistola y el silenciador utilizados en el asesinato "con el encargo de deshacerse de ellos", según el veredicto. "Unos días después arrojó la pistola al río Guadarrama. Conocía que el arma se había empleado para matar a una persona y actuó movido por la gratificación económica prometida, de unos 1.000 euros", según el veredicto.

Los acusados recibieron el fallo con total frialdad. Casi no hicieron gestos durante la más de media hora que duró la lectura del veredicto. Es más, el principal acusado, Ortiz, puso la cabeza entre las piernas sin mover un músculo. Cuando la levantó vio a sus familiares llorando. Les hizo un gesto con las manos abiertas de que se tranquilizaran y les vocalizó: "No lloren".

El fiscal pidió la devolución del veredicto al jurado. La razón es que habían argumentado parte del fallo en declaraciones policiales, lo que está prohibido en un procedimiento del jurado. A la petición se sumaron de inmediato la acusación particular y las defensas. El magistrado que preside el juicio, Carlos Ollero, desestimó este extremo. Fuentes jurídicas explicaron que el fallo venía completado por todo el desarrollo del veredicto y que no era necesario alargar aún más el procedimiento. Los letrados protestaron y anunciaron recursos.

El juicio aún deparó alguna sorpresa. El presidente de la sala decretó el ingreso en prisión de los dos únicos culpables que estaban libres -Yuli Carolina Oliveros y Andrei Alexandru Cadar- tras oír al ministerio fiscal y las defensas. A las cinco de la tarde, ambos fueron conducidos por la Guardia Civil esposados y con la cara cubierta por sendas capuchas al centro penitenciario.

El ministerio público pidió al juez que impusiera las condenas máximas dada la gravedad de los hechos, mientras que las defensas solicitaron "la mínima expresión" de la pena, ya que no se ha valorado en su opinión la prueba de descargo. Los letrados anunciaron a la salida que pedirán ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) la nulidad del procedimiento por admitir las escuchas telefónicas y por no devolver el objeto de veredicto al jurado, entre otras irregularidades del proceso.

Leónidas Vargas, de 59 años, alias El Viejo o Paras de Alicante, era el jefe del clan de la Caquetá. También se le relacionaba con el cartel de Medellín. Fue detenido junto a su hijo y su yerno el 8 de julio de 2006 en un hotel de Madrid. Su arresto estaba relacionado con un alijo de 500 kilos de cocaína escondidos en un cargamento de piñas procedentes de Panamá.