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Rebelión de pacientes en el hospital de Arganda por la falta de ginecólogos

La mitad de los ocho especialistas se ha ido por desacuerdos con la dirección

"Tenemos sólo una ginecóloga y no da abasto. Está viendo cinco agendas a la vez. Son casi 60 pacientes en una mañana. No le va a dar tiempo a atenderos. Vais a tener que pedir cita para otro día. Lo siento, pero no podemos hacer más". Eran las tres menos cuarto de la tarde de ayer. El anuncio de la enfermera puso en pie de guerra a las 20 mujeres, cinco de ellas embarazadas, que esperaban en la consulta de ginecología del hospital de Arganda. Resoplidos, miradas de incredulidad, protestas en voz alta. "¡Pues vamos todas a poner una reclamación!". Dicho y hecho. Bajaron en tropel a la planta baja. "Yo necesito mis resultados ya. Tengo problemas de hierro y me tienen que decir si debo seguir con un tratamiento", se quejaba Rosi, a cinco semanas de salir de cuentas, camino de Atención al Paciente. Estaba cerrado. Sólo abre hasta las dos.

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Las enfermas tuvieron que recurrir al mostrador de información. "Queremos hablar con el responsable. Que baje el gerente". Cinco minutos más tarde las mandaban de vuelta a la segunda planta. "Abajo nos han dicho que nos van a atender a todas", informaron a las enfermeras, que no sabían nada. Efectivamente, la única ginecóloga, que llevaba trabajando desde las ocho de la mañana, tuvo que prolongar su jornada. Otro médico, acompañado de un informático que le ayudaba a manejar el ordenador, apareció a las tres para ayudarla. Elena, embarazada de 35 semanas, salió, por fin, con los resultados de su análisis a las cuatro menos cuarto. Llevaba tres horas y media esperando.

Cuatro de los ocho ginecólogos del hospital de Arganda han abandonado el centro por diferencias con la dirección, entre ellas, por quedarse solos haciendo guardias. Presentaron su renuncia hace dos semanas y ayer era el primer día laborable sin ellos. Y se notó. La única ginecóloga estaba sobrepasada. "No puede más, está agotada, antes casi se cae", contó una enfermera a las pacientes cuando la médica salió de la consulta unos minutos para comer algo. Tenía mala cara. La dotación de ginecólogos prevista inicialmente para el hospital de Arganda, 12 profesionales más un jefe de servicio, nunca se ha cubierto.

La desbandada de ginecólogos del hospital del Sureste lleva fraguándose un mes, desde la destitución del jefe de servicio. "Trató de hacer ver a la gerencia las carencias del servicio de ginecología y lo destituyeron", asegura una de las médicas que ha dejado el cargo, que pide anonimato. El gerente del hospital, Jesús Lago, explicó ayer a EL PAÍS que fue destituido "porque no estaba de acuerdo con criterios del hospital. Había diferencias diarias en la organización del servicio". Que ayer hubiera sólo una especialista en consulta fue un imprevisto, según el gerente. "La otra ginecóloga ha llamado a las nueve para decir que se había puesto mala", explicó ayer. El hospital optó por mantener las consultas previstas.Pese a que la mayoría de pacientes fueron atendidas, algunas se quedaron sin visita. Como María Isabel Gómez, que tenía cita a las 11.30 horas. Al llegar a la consulta le dijeron que no figuraba en la agenda y que tenía que pedir una nueva cita. "Dicen que seguramente me derivarán a Vallecas. Y yo vivo en Rivas", suspiraba mientras hacía cola frente a Atención al Paciente para poner una reclamación. La mayoría de las personas que esperaban frente a la oficina tenían quejas de Ginecología. "Mi hija tenía cita hoy [por ayer], pero la llamaron el viernes por la tarde para decirle que no viniera, que no había ginecólogos. La mandan a Peña Prieta, pero allí las listas están cerradas", contaba la madre de Paula, de 24 años. Hace dos semanas que las pacientes empezaron a ser derivadas al ambulatorio de Peña Prieta (Puente de Vallecas) y al hospital Gregorio Marañón. También se están derivando ecografías a la clínica privada San Camilo.

Según las médicas que presentaron su carta de dimisión, "era imposible continuar trabajando, a nivel personal y profesional". "Nos retiraron la productividad por ir con el pijama verde fuera del área quirúrgica, nos saturaron las consultas sin que lo supiésemos, estábamos solas en las guardias y no podíamos más con el trabajo que teníamos", explica una de ellas, que ha encontrado trabajo en otro hospital. El gerente aseguró ayer que es habitual y que no supone ningún riesgo que un ginecólogo esté solo de guardia, ya que le puede ayudar un cirujano general en caso de complicaciones como una cesárea.

Dos pacientes embarazadas esperan su turno en la consulta de ginecología del hospital del Sureste en Arganda del Rey.
Dos pacientes embarazadas esperan su turno en la consulta de ginecología del hospital del Sureste en Arganda del Rey.SAMUEL SÁNCHEZ

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