Desarticulados seis grupos mafiosos que controlaban la prostitución china
Los 34 arrestados tenían un negocio que genera 14 millones de euros al año
La policía ha acabado con las seis mafias que controlaban la prostitución de mujeres chinas en la región. Los 34 detenidos (14 dirigentes de los grupos y 20 mujeres) generaban un negocio que superaba los 14 millones de euros al año. Para evitar ser detectados por los investigadores, los integrantes de estas bandas cambiaban frecuentemente de locales y no dudaban en ofrecer sus servicios en hoteles y en domicilios particulares. Las mujeres, que siempre ofrecían un aspecto aniñado para generar más clientela y que sólo se acostaban con clientes europeos, cobraban la mitad del precio de los servicios. El 50% restante iba a la organización, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía.
Las investigaciones comenzaron hace un año, cuando un organismo público del Gobierno regional denunció en una comisaría de policía que había un domicilio en el que menores de edad de origen chino ejercían la prostitución. La vivienda se hallaba en la calle de San Magín, en el distrito de Usera. Cuando la policía entró en este domicilio con el preceptivo mandamiento judicial, se toparon con dos mujeres que recibían a clientes en una habitación decorada con papel pintado con flores y con muñecos de Walt Disney.
Los policías creyeron en un principio que eran menores de edad, pero las pruebas periciales demostraron que tenían 24 y 28 años. Los agentes del Grupo V de la Brigada Provincial de Extranjería de Madrid y del Grupo VI de la Comisaría General de Extranjería empezaron a investigar los anuncios de los periódicos de tirada nacional que ofrecían anuncios de contactos con fotos de mujeres chinas.
Uno de los problemas con los que se toparon los investigadores fue el idioma. Eso dificultaba comprobar qué servicios iban a prestar y localizar los locales en los que ejercían la prostitución las mujeres. Además, como medida de seguridad, los seis grupos cambiaban frecuentemente de piso alquilado. Las primeras vigilancias las hizo la policía en el municipio de Coslada y en el distrito de Vicálvaro. Luego fueron cambiando de forma permanente.
100 mujeres
En la selección de mujeres se valoraba la edad y su aspecto físico. También se acordaba la disponibilidad, la aceptación de las reglas de la organización y el reparto de beneficios. Los agentes creen que unas 100 mujeres trabajaban para las seis organizaciones ahora desarticuladas.
Los responsables de las organizaciones se encargaban de gestionar las actividades de las mujeres, les alquilaban los pisos, hacían la publicidad para los periódicos y captaban nuevas trabajadoras. También se encargaban de llevar a las prostitutas a los domicilios particulares cuando tenían que hacer los servicios fuera del piso alquilado. "En algunos casos, las chicas tomaban voluntariamente medicamentos para evitar la menstruación y poder trabajar todos los días. Según los datos obtenidos, se calcula en 18.000 euros mensuales el gasto de cada organización en estas prestaciones. Sólo la publicidad costaba 12.000 euros mensuales", informó ayer la Jefatura Superior de Policía.
Según cálculos policiales, cada una de las seis organizaciones podía atender hasta 60 clientes al día. En algunas ocasiones, hasta 18 hombres esperaban en una sala para acostarse con las meretrices. Las facilidades para los clientes eran tal que las mafias disponían de datáfonos (aparatos electrónicos para pagar con tarjetas de crédito). "Aunque las seis organizaciones desarticuladas tenían una estructura similar y cobraban los mismos precios, no parece que tuvieran nexo común alguno. No competían entre ellas, ya que había negocio y dinero suficientes para todos", añadieron fuentes del caso.
Los beneficios anuales de estas organizaciones rondaban los 14 millones de euros al año. En las cuentas de algunos detenidos han sido detectados hasta 350.000 euros recibidos por transferencias extranjeras. La investigación de un delito de blanqueo de capital puso al descubierto que muchas mujeres y las mafias enviaban dinero a su país de origen grandes cantidades de dinero. Por orden judicial, algunos saldos de los detenidos han sido bloqueadas.
Fuentes de la investigación destacaron que todas las mujeres eran mayores de edad y ejercían la prostitución de manera voluntaria, salvo una, que denunció a la red por explotación sexual. La red para la que trabajaba la había quitado la documentación. Además, denunció que había sido violada por un amigo de un responsable de la organización. Los agentes han registrado seis domicilios en Centro, Usera, Puente de Vallecas, Ciudad Lineal, Tetuán y Salamanca.
En los mismos se ha detenido a 34 personas: 14 responsables de las seis organizaciones mafiosas y 20 mujeres que ejercían la prostitución y que habían vulnerado la Ley de Extranjería. Algunas de ellas han sido acusadas de asociación ilícita, lo que supone una novedad en estos arrestos. El juez ha ordenado el ingreso en prisión de los dirigentes de las redes, según fuentes del caso.
Anuncios y boca a boca
Las seis organizaciones captaban a las meretrices a través de anuncios de prensa publicados en periódicos editados en chino que se distribuyen por la capital. En otras ocasiones funcionaba el boca a boca, como han constatado los investigadores.
Cada organización tenía una empresa de publicidad distinta, que se encargaba de difundir los anuncios en los distintos medios. Ese es otro hecho que demuestra, según la policía, que las bandas eran independientes entre sí y que no tenían ninguna vinculación o responsable superior.
Estas bandas funcionaban como auténticas empresas. Cuando las aspirantes iban a las casas donde trabajaban, los responsables les enseñaban un catálogo de servicios que tendrían que hacer a sus clientes. También deberían cumplir las exigencias de la organización. Entre ellas estaba que el 50% de los beneficios iban para los jefes y el resto para la mujer.
Siempre contaban con el respaldo de la organización. Éstas dedicaban parte de sus beneficios a contratar a personal para limpiar los pisos y los chalés alquilados. Otras mujeres eran empleadas para que cocinaran la comida de las empleadas. Su grado de negocio era tal que tenían contratadas a empresas que les suministraban a domicilio y con cierta regularidad todos los productos necesarios para las relaciones sexuales, como preservativos y cremas espermicidas. "El nivel de estas organizaciones era muy alto. Siempre se ajustaban a las necesidades del cliente. Sólo bastaba con ajustar el precio. Ofrecían cualquier servicio", comentaron fuentes de la organización.
Una de las reglas que les solía imponer la organización es que nunca tendrían que acostarse con hombre de origen oriental. Siempre les aseguraban que lo harían con europeos.
La policía cree que con estas detenciones se ha acabado con las redes de prostitución ejercidas por mujeres chinas. "Sólo basta con observar que las secciones de contacto de muchos periódicos de tirada nacional han dejado de publicar estos anuncios con fotos", añadieron fuentes policiales.
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